José Antonio Lorente:‘La criminalística es mucho más apasionante que la mejor de las películas'



El IX Encuentro de Investigadores del IUICP que se ha celebrado recientemente en la UAH bajo el título ‘En la vanguardia policial y forense’ ha tenido entre sus ponentes al profesor José Antonio Lorente, que impartió la conferencia ‘El ADN en la defensa de los Derechos Humanos’.

 

Lorente es el promotor y coordinador del programa ‘DNA-ProKids’, que emplea el ADN como herramienta para la lucha contra el abuso infantil, especialmente en Latinoamérica. También es el impulsor del programa 'Fénix' de

José Antonio Lorente.
Identificación Genética de Personas Desaparecidas, director científico del Convenio del Programa de Identificación Genética de Detenidos Desaparecidos en Chile y promotor del Programa Andaluz de Identificación Genética Materno-Infantil. Este catedrático de Medicina Legal en la Universidad de Granada y profesor de Criminalística dirige además el Centro Pfizer-U.G-Junta de Andalucía de Genómica y Oncología (Genyo), y es responsable del Laboratorio de Identificación Genética de la U.G.

-Luchar contra el tráfico de menores, la identificación de cadáveres de personas desaparecidas... ¿qué otros beneficios pueden aportar los análisis ADN con respecto a los derechos humanos?
-Cualquier delito no aclarado y no sometido a la justicia pasa a quedar como pendiente sin resolver; si los casos se acumulan se genera impunidad a medio y largo plazo, porque los criminales delinquirán con la seguridad de que no se les va a detener y castigar. Con este planteamiento, que es cierto, los análisis de ADN aportan su granito de arena en favor de los derechos humanos en todos los campos en los que son aplicables. En los países donde no se usa el ADN por falta de medios, los crímenes graves de tipo sexual son una epidemia impune, igual que lo es la trata de seres humanos. Por ello, a mí me gusta considerar a la criminalística en general como protectora de los derechos humanos, porque evita que se produzcan más casos solucionando los que se producen y cerrando las puertas a la impunidad. Yo no me limito a esperar a que se den casos especiales para valorar el uso o aplicación del ADN, sino que lo extiendo a una seguridad jurídica que debe aplicarse a todos los países y en todos los delitos.

-El proyecto que lidera, DNA proKids, es un ejemplo claro de que la ciencia puede y debe estar al servicio de la humanidad en lo grande y en lo pequeño…¿Cómo surge este proyecto y cuáles son los retos a corto plazo en este ámbito?
-La idea surgió y fue madurando en el Departamento de Medicina Legal de la Universidad de Granada entre 2000 y 2004. Yo observaba en múltiples viajes la gran cantidad de niños casi abandonados en las calles de numerosas ciudades de Latinoamérica y Asia, y las autoridades nos decían que no sabían ni podían averiguar quiénes eran sus familias. Los primeros trabajos comenzaron en Guatemala entre 2004 y 2006, y en este momento estamos ayudando a instituciones y organismos públicos oficiales de 16 países del mundo a generar dos bases de datos genéticas paralelas. Una, con ADN de todos los menores encontrados fuera de su hogar, en la calle, en centros de acogida… que normalmente son víctimas de explotación laboral, sexual, mendicidad o incluso son obligados a delinquir. La otra base de datos está conformada por ADN de las familias de niños que han desaparecido y que pueden ser identificados por este medio. Es muy importante resaltar que en ciertos países se dan niños en adopción sin comprobar que la mujer que los da es la verdadera madre y en esto también ayuda el ADN.
Los objetivos inmediatos son introducir nuevos países y aumentar el número de muestras en las bases de datos nacionales para tratar de resolver el mayor número de casos posibles, así como conseguir que nuevos países se unan a la Ley ya vigente en Guatemala (Ley Alba-Keneth de 10 de septiembre de 2010) que es la primera y única del mundo que exige que a los niños no identificados se les haga un análisis de ADN para facilitar su identificación por comparación con sus familiares.

-La ciencia también debe tener como objetivo la cooperación internacional…

- Efectivamente, los problemas que la ciencia trata de resolver son siempre universales, nunca locales, aunque algunos estudios se originen para resolver problemas locales. Ello implica que la colaboración debe ser universal para resolver los problemas de la ciencia y para resolver los problemas de la aplicación de la ciencia. Sin duda alguna, la criminalidad transnacional y la organizada son ejemplos paradigmáticos de la necesidad de una colaboración internacional.

-Profesor, usted es catedrático de Medicina Legal, un ámbito fundamental en la investigación policial y muy revalorizado a nivel social, entre otras cosas, gracias a las series de TV de investigación policial. ¿La realidad supera a la ficción?
-La realidad supera a la ficción siempre, para lo bueno y para lo malo. Dicho esto, lo que las buenas series y películas muestran suele ser verídico, pero en la realidad las cosas no son tan sencillas ni está todo tan claro; al ser más complejo y lento, hace intervenir a más personas, se trabaja más en equipo, se estudian aspectos más diversos, se contrastan más opiniones… y esto hace de las ciencias policiales y de la criminalística algo mucho más bonito y apasionante que la mejor de las películas.
La parte mala de la realidad, pero que hemos de asumir, es que no siempre se resuelven todos los casos; unos pocos pueden quedar pendientes, pero es que ni la ciencia ni el hombre que la hace son perfectos.

-¿Qué opinión le merecen los trabajos que se están llevando a cabo desde el Instituto Universitarios de Investigación en Ciencias Policiales que lidera la Universidad de Alcalá?
-Ciertamente es algo encomiable y destacable al máximo nivel el esfuerzo que desde la Universidad de Alcalá se está haciendo con el IUICP, porque la Universidad ha sido capaz de unir a expertos del máximo nivel del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y de la Guardia Civil (GC) para trabajar conjuntamente con académicos y estudiantes en materias del máximo interés. Si tenemos en cuenta que tanto la Guardia Civil como la Policía tienen el máximo nivel científico y profesional, que es comparable o incluso mejor que el de cuerpos policiales de otros países -muy conocidos por la televisión que casi los convierte en mito- pues nos encontramos con una ecuación perfecta: UAH+CNP+GC = Ciencias Policiales de Vanguardia. Unas ciencias policiales que siempre deben de estar basadas y complementar la investigación sobre el terreno, a la inteligencia e información y al estudio de la escena del crimen, aspectos que nunca deben olvidarse ni relegarse.