40 años del fin de la guerra de Vietnam, la primera televisada en directo



Este año se han cumplido 40 del fin de la Guerra de Vietnam y los profesores de la UAH Isabel Iriepa y Julio Cañero revisan las circunstancias de un conflicto bélico que sigue generando polémica en la actualidad.

En esta primera parte, el director del Instituto Franklin-UAH y profesor de Filología Inglesa, Julio Cañero, analiza el impacto que tuvo la Guerra de Vietnam en la sociedad y la influencia de los medios de comunicación en el discurrir del conflicto bélico.

-¿Cuál fue el impacto que tuvo una guerra de estas características en la sociedad de EEUU?

Julio Cañero.

-El impacto fue enorme. Al contrario de lo que pueda parecer, la participación en la guerra de Vietnam contó con un gran apoyo popular al comienzo: el enfrentamiento con la Unión Soviética (reflejado en la lucha por la conquista del espacio) y la reciente victoria en la guerra de Corea colocaron al gobierno estadounidense a la cabeza de los líderes del mundo libre. Este primer apoyo se va reduciendo a medida que avanza la guerra, especialmente con la llegada de los primeros reclutamientos o ‘draft’, que afectan sobre todo a minorías afroamericanas, latinas y de blancos pobres y que contrastan con la política estadounidense del momento, cuyo presidente, Lyndon B. Johnson, promovía en ese momento leyes pro derechos civiles y luchaba contra la discriminación. Por este motivo, la guerra comienza a adquirir un componente social muy importante.

-¿Cómo se percibe la derrota en EEUU y cuál es la magnitud del llamado ‘Síndrome de Vietnam’?
-En 1968 Johnson decide no presentarse a la reelección, y uno de los motivos es el conflicto vietnamita: no se percibía un final claro y el bando comunista cada vez tenía más posibilidades de victoria. El partido republicano gana entonces las elecciones y Johnson es sucedido en el cargo por Richard Nixon, quien prometió en campaña poner fin a la intervención estadounidense en la guerra y fue centrando toda la atención del Gobierno en la prosperidad económica del país. La política de Nixon en el conflicto se ‘vietnamiza’, y las tropas norteamericanas van siendo reemplazadas gradualmente por las vietnamitas. El gobierno estadounidense en general y sus soldados en particular sufrieron el llamado ‘Síndrome de Vietnam’, una sensación colectiva de derrota que afectó a la personalidad del Estado, generando un espíritu autocrítico, especialmente por ser la primera derrota de su historia reciente. Este sentimiento comienza a desaparecer con la llegada a la presidencia de Ronald Reagan a comienzo de los años 80, que vuelve a transmitir a la población una idea de fortaleza y confianza en sus fuerzas armadas y el sistema en general.

-Esta guerra fue la primera televisada y contó con una gran cobertura mediática, ¿fue un conflicto especialmente duro en comparación con los anteriores o la reacción fue mayor debido a este impacto mediático?
-Creo que las dos cosas: todas las guerras son duras, pero en ese momento las familias estadounidenses estaban viendo lo que les ocurría a sus hijos en Vietnam. Es cierto que la reacción aumenta a medida que llega más información a las televisiones y sobre todo por los casi 60.000 muertos estadounidenses cuyas familias estaban viendo el conflicto en directo. Las guerras han cambiado, y la televisión y los medios de comunicación han ayudado a generalizar lo que es el auténtico horror de una guerra.

-La mayoría de los estadounidenses no comprendía por qué participaban en una guerra que no afectaba al país, ¿EE UU podría volver a implicarse en algo tan ajeno aparentemente a su política?
-Lo extraño sería que no lo hiciera. Cada vez que los intereses de EEUU o de sus aliados se han visto en conflicto el país ha intervenido. Pero también se ha producido una reacción autocrítica ante estas intervenciones: la Guerra de Irak, por ejemplo, fue uno de los motivos que impulsaron la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca.


Desgraciadamente, el legado de la Guerra de Vietnam no se limita al ámbito político. En la actualidad, miles de personas siguen padeciendo las secuelas del armamento químico empleado durante la guerra. La profesora de Química Orgánica Isabel Iriepa, explica cuáles son sus efectos en la salud humana.

Isabel Iriepa.
-¿Por qué durante la Guerra de Vietnam se recurrió a armas químicas en lugar de los recursos convencionales?

-Es una forma de vencer al enemigo manteniendo el territorio lo más intacto posible, para poder utilizar los edificios e infraestructuras una vez invadido el espacio, algo que no se puede hacer, por ejemplo, con armamento nuclear, que inutiliza el terreno.

-¿Qué armamento químico se utilizó durante la Guerra de Vietnam?
-El territorio en el que se desarrolló la guerra estaba mayormente cubierto por bosques de manglar, en los que se escondían los miembros de las guerrillas vietnamitas. Para poder privar a los enemigos de esta ventaja, el ejército estadounidense destruyó la vegetación y los cultivos empleando principalmente dos compuestos químicos: el napalm y el agente naranja, llamado así por el color del bidón que lo contenía. Este último es un defoliante, resultado de mezclar dos herbicidas al 50 % (uno de ellos se sigue utilizando actualmente), en cuya síntesis aparece un compuesto secundario, una dioxina, cuyo nombre químico es 2,3,7,8-tetraclorodibenzodioxina (2,3,7,8-TCDD), considerada uno de los agentes más tóxicos sintetizados por el hombre.
En el caso del napalm, se trata de una gasolina mezclada con un palmitato, lo que genera un gel de gasolina que alcanza más de 1.000 grados y sigue ardiendo incluso una vez consumido aquello que está quemando.

-Y en el momento de su uso ¿eran conscientes de que la dioxina del agente naranja estaba haciendo efecto?
-No hay una respuesta clara sobre si la intención era dañar vidas humanas. En la actualidad, el gobierno del país norteamericano está indemnizando, no solo a sus propios soldados, sino al gobierno vietnamita, porque reconoce los efectos secundarios de este compuesto. En principio se utilizó como herbicida con la intención de despejar el campo de batalla y de destruir los cultivos vietnamitas, para que la población emigrara a las ciudades, mucho más controladas por el ejército estadounidense. Por otro lado, en los casos particulares conocidos de envenenamiento con esta dioxina no se produjo la muerte, así que puede ser que el factor letal que arrasó Vietnam fuera la cantidad utilizada. En cualquier caso, el napalm sí se estaba utilizando de manera consciente y destructiva.

-¿Cuánto tiempo tarda en desaparecer por completo el efecto de estos compuestos?
-Según algunos estudios, la media es de unos 10 años, que se pueden reducir empleando un tipo de bacterias, pero la realidad es que aún se observan los efectos del agente naranja. A pesar de que los terrenos afectados ya están repoblados, se han producido consecuencias en el organismo de las terceras e incluso cuartas generaciones de las personas expuestas a la dioxina, por lo que se deduce que produce una mutación genética hereditaria.