En esta entrevista, el profesor de la UAH habla de sus nuevos retos y de la destacada relación entre la UAH y el Ministerio de Defensa, materializada, entre otras iniciativas, en la impartición del Grado de Medicina en el Centro Universitario de la Defensa,

Santiago Coca Menchero.

para formar a los futuros médicos del Ejército español.

-Profesor, es una gran responsabilidad la que usted afronta con este cargo, pero imaginamos que también debe suponer una gran alegría…
-Estoy muy contento porque este nombramiento es una muestra de confianza por parte de mis superiores en el Ministerio de Defensa que, como cualquier muestra de confianza, lleva consigo una gran responsabilidad. Una de las principales misiones que tiene en este momento la red sanitaria del Ministerio de Defensa es la formación y el adiestramiento: tenemos que conseguir una formación de excelencia y mantenerla en el tiempo mediante programas de formación continuada. Además, necesitamos que las prácticas médicas sean también de excelencia para que, cuando tengamos que afrontar situaciones reales, que casi siempre se desarrollan en circunstancias especiales, también intervengamos con todas las garantías.

-¿Cuáles son sus competencias en la Inspección General de Sanidad de la Defensa?
-Mis competencias incluyen la dirección de la política sanitaria del Ministerio de Defensa, la formación continuada del personal encargado del apoyo sanitario en operaciones militares y la formación y adiestramiento del personal militar sanitario para un apoyo pericial. En este momento, las especialidades médicas que existen en el ejército son Enfermería, Medicina, Odontología, Farmacia y Psicología y el ejército dispone de unos 800 enfermeros, cerca de 700 médicos, 50 odontólogos, 200 farmacéuticos y 200 psicólogos. En total, disponemos de una plantilla próxima a los 2.000 profesionales sanitarios.

-Poder ocuparse de la planificación y el desarrollo de la política sanitaria en el Ministerio de Defensa es el culmen para un catedrático de Anatomía Patológica que también es general de brigada médico.
-No soy el primer catedrático de Anatomía Patológica militar. Ha habido una gran tradición en el ejército: recuerdo a don Angel Valle Jiménez, a don Agustín Bullón…Para mí, desde luego, es todo un empeño. El objetivo es que la formación del sanitario militar sea de la máxima calidad y, precisamente, en este sentido, es con la Universidad de Alcalá con la que tenemos firmados todos los convenios. Nuestra ‘joya de la corona’ es el Centro Universitario de la Defensa que desarrollamos en colaboración con la UAH y, después de 3 cursos, solo podemos decir que está funcionando a la perfección. Yo soy el delegado del rector en el CUD y tengo que indicar que ha sido un acierto contar con los profesionales docentes e investigadores de la UAH para impartir la docencia en todo lo relativo a Medicina.

-¿Es fácil conjugar esas dos facetas?
-Fácil no, pero con dedicación y esfuerzo se lleva adelante. Sobre todo si hay vocación. Y, en este caso, hay intereses comunes muy importantes, como es la formación. Se trata de un proyecto muy ilusionante que va a dar unos magníficos resultados en el futuro y resolverá uno de los problemas más importantes que tenemos en este momento: la captación de médicos. En los próximos años todos los oficiales médicos del ejército tendrán el título de la UAH y eso es un orgullo tremendo.

-¿Hay posibilidades de ampliar el CUD de la UAH a otras disciplinas relacionadas con la sanidad?
-Es posible, creo que sería una buena idea, pero esa decisión tienen que adoptarla mis superiores en el Ministerio de Defensa. De todos modos, además del CUD en la actualidad ya hay convenios para la formación de posgrado muy interesantes.

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