Un estudiante de la UAH gana el concurso de emprendedores University Creativity & Innovation



Santiago Jiménez Cortés
, estudiante de Arquitectura en la UAH, es uno de los ganadores del University Creativity & Innovation Challenge, organizado por Junior Achievement y la Fundación Repsol, y que propone como reto diseñar un plan de negocio.

-¿Por qué decides participar en el proyecto University Creativity & Innovation Challenge?
-Durante los últimos años de carrera he intentado aprender sobre temas tangenciales relacionados con la tecnología, el arte y

Santiago Jiménez.
la creatividad o la empresa. Siempre que puedo asisto a charlas, exposiciones, talleres... y cuando vi esta oportunidad no me lo pensé, ya que promovía la innovación y la creatividad. Aunque Repsol, uno de los organizadores, buscaba perfiles más enfocados a sus ámbitos de trabajo (energía, economía, ingenierías…) yo me presenté y en la carta de motivación les comenté que estudiaba Arquitectura, pero también les hablé de mis inquietudes y del interés que tenía en este tipo de eventos y, finalmente, me aceptaron.

-¿En qué ha consistido el reto y qué es proyecto 'Light' con el que habéis ganado?

-Durante dos días nos reunimos cerca de 50 universitarios junto a empresarios, trabajadores y voluntarios de Repsol y Junior Achievement. Tuvimos tres charlas: la primera sobre creatividad con un joven emprendedor que había estado en Sillicon Valley, otra sobre generación de modelos de negocio y una última con un coach estupendo sobre cómo realizar un elevator pitch -contar un proyecto en tan solo cuatro minutos (lo que puede durar un viaje en ascensor) y convencer al cliente de que es el mejor-. Allí nos dividieron en grupos de entre cuatro y seis personas, con los que desarrollaríamos nuestro proyecto a lo largo de los dos días. El reto era llevar a cabo un producto o servicio para mejorar la concienciación social sobre la necesidad de reducir el consumo energético. Nuestra respuesta consiste en una app para concienciar a la población y con la que el usuario puede conocer su gasto energético y cómo mejorarlo. Para motivar acciones más ecológicas la app registraría cuándo, por ejemplo, compartimos coche para ir al trabajo o cuándo llenamos la lavadora hasta arriba para ahorrar agua y luz. Sus ‘buenas’ acciones se premiarían con ‘lights’, un tipo de moneda que los usuarios pueden canjear en los negocios adheridos a modo de descuentos. Los comercios, además, obtendrían un sello de responsabilidad social y medioambiental, también muy apreciados en la actualidad.

-Quizá lo más original de esta propuesta es que has participado en equipo, con universitarios que no conocías. Es un buen modo de enfrentarse al mundo empresarial real ¿no?
-Sí, una de las claves para poder llevar a cabo un proyecto es el equipo con que contemos, más allá de los perfiles individuales que lo formen, porque muchas veces conocemos casos de personas muy preparadas y solventes ‘en lo suyo’ pero que no saben cooperar con otros. A la hora de entrar en el mundo profesional muchas veces son tan o más importantes nuestras habilidades sociales que el currículum. En ese aspecto estoy muy contento con haber conocido a otros jóvenes con este tipo de aspiraciones, ya que trabajamos muy a gusto y en equipo.

-No has terminado el grado, pero ya tienes una ‘startup’ en marcha, háblanos de este proyecto
-Hace un par de años nos dimos cuenta de lo veloz que avanza la tecnología y cómo nuestras estructuras docentes e incluso profesionales no llegan a usar estas herramientas porque no dedican tiempo a su entendimiento y aprendizaje. Impresiones 3D, realidad virtual o aumentad…están aquí para quedarse. Dentro del campo del diseño, la publicidad, los videojuegos, el cine o incluso, la construcción, todo este tipo de tecnologías son una oportunidad que en muchos países crean puestos de trabajo y permiten el desarrollo de otros muchos campos. Vimos la necesidad de aparecer como intermediarios entre las ideas de la gente y cómo poder mostrarlas de forma eficaz. Ofrecemos un servicio de formación aunque también preparamos proyectos para otros.

-Eres muy joven, pero ya apuntas maneras como emprendedor, ¿cuáles son las claves?

-El otro día leí un estudio que buscaba antecedentes en las vidas de emprendedores de éxito que marcaran la diferencia con otros que aspiraban a un empleo más rutinario o convencional; se determinó que no había un ‘gen emprendedor’ sino que era más una actitud recibida del entorno en que se desarrollan esas personas. Creo que algo estamos haciendo mal en nuestra sociedad: a todos los niños les gusta dibujar, bailar, descubrir cosas... sin embargo desde pequeños se nos educa para memorizar y aprobar exámenes, y parece que eso es lo más importante, aprender unas respuestas por las que luego nos van a dar una nota o un título; y así llegamos a tener personas muy preparadas con titulaciones másteres que no son capaces de plantear soluciones disruptivas a los problemas de hoy. Henry Ford decía que se dedicó a fabricar coches sin preguntar a nadie porque de haber preguntado qué querían, sus coetáneos le habrían pedido un caballo más rápido. Los emprendedores deben ser creativos, visionarios y valientes para caminar en lo desconocido, nadie te da un título de ‘emprendedor’, pero es que de momento este tipo de formación y talento no se encuentra dentro de las aulas. Steve Jobs decía que eran esos locos que se atrevieron a pensar distinto los que cambiaron el mundo. Como sociedad creo que nos queda mucho por aprender para valorar la creatividad, el arte, el avance científico... que son cosas que a priori no van a generar ‘dinero’, pero que son las que permiten que avancemos.

-Estás estudiando Arquitectura en la UAH, el sector no está muy boyante que digamos, ¿cuáles son tus aspiraciones?

-La construcción en España está en crisis y la idea del arquitecto en nuestra sociedad también está muy devaluada (y por merecimientos propios a veces, ya que muchos han servido a la especulación); sin embargo, a eso nunca lo llamaríamos ‘buena arquitectura’ y en cualquier caso la arquitectura es mucho más que la construcción. En el grado aprendemos diseño, arte, historia, cálculo de estructuras, urbanismo, proyectos... y un sinfín de campos que nos hacen poder dar respuesta a muchos ámbitos. Haciendo alusión a esta postura multidisciplinar mi sueño para un futuro es poder dedicarme a la realización de proyectos, en principio arquitectónicos, pero también artísticos, sociales, empresariales…Lo fundamental es rodearse de un equipo eficaz con el que trabajar con una misma ilusión y tratando de buscar un mundo un poco mejor.