Manuel Calderón, profesor de la UAH:‘la Fundación Casa de Alba garantiza el porvenir de sus fondos'



Tras el fallecimiento de Cayetana de Alba se ha vuelto a hablar del ingente patrimonio histórico-artístico de la Casa de Alba y las perspectivas de futuro que se abren en esta nueva etapa. En esta entrevista, el profesor del Departamento de Ciencias Jurídicas de la UAH, José Manuel Calderón Ortega, especialista en la historia de la Casa de Alba, nos acerca a los contenidos y la trascendencia del Archivo de la Fundación Casa de Alba.

- Descríbanos brevemente cuál es el valor patrimonial del Archivo de la Fundación Casa de Alba, que parece incalculable
- Lamentablemente, el Archivo actual es una mínima parte del que existió antes de la Guerra Civil. En noviembre de 1936 el palacio de Liria fue bombardeado, produciéndose una destrucción del 90% de los fondos archivísticos y del 50% de la

Manuel Calderón Ortega.
Biblioteca. Afortunadamente, pudo salvarse la mayor parte de los objetos artísticos, como muebles, pinturas, esculturas y otras piezas, así como unas 400 cajas que constituían el llamado ‘Fondo Histórico’, y que contenían muchos de los documentos de mayor valor histórico. Al mismo tiempo, el padre de la duquesa, don Jacobo, demostró un enorme interés en devolver a la Biblioteca de la Casa su pasado esplendor.

-¿Cuál es la ‘joya’ del Archivo y por qué?
- Destacaría dos joyas fundamentales: la primera es la llamada Biblia de la Casa de Alba, encargada por el maestre de Calatrava Luis de Guzmán (antepasado de la duquesa de Alba) en 1423 al rabino Mosé Arragel de Guadalajara, primorosamente iluminada y que ‘vivió’ todo tipo de aventuras hasta que en el siglo XVII fue entregada al conde duque de Olivares, permaneciendo desde entonces en poder de sus descendientes, los duques de Alba.
En segundo lugar, los Autógrafos de Colón, un conjunto de documentos relacionados directamente con el descubridor de América, que constituyen el mayor fondo que existe en el mundo.

-El objetivo de la Casa de Alba es que este archivo se ponga en valor en manos de investigadores, de ahí que se esté procediendo a la digitalización de los fondos, ¿cómo va ese proceso y cuándo podrá consultarse en Internet?
-Por iniciativa de don Carlos Fitz James Stuart, entonces duque de Huéscar y vicepresidente de la Fundación Casa de Alba, comenzó en 2003 un ambicioso proyecto de modernización, con la adquisición de equipos informáticos y programas de gestión de archivos históricos. El fruto de este trabajo hasta el momento ha sido la creación de una completa Base de Datos de las Secciones Alba y Montijo, a la que seguirá en un futuro próximo el resto de los fondos y la incorporación de la base de datos a la página web de la Fundación. También está realizándose la digitalización de los fondos documentales para su conservación en soportes informáticos, a disposición de los investigadores. Lógicamente es un proceso lento y sobre todo muy caro, pero en la actualidad se ha digitalizado aproximadamente un 15% del Archivo. También existe el decidido propósito de ponerlo a disposición de los investigadores en internet a medio plazo.

-Usted, como gran conocedor de la historia de la Casa de Alba, ¿por qué cree que será recordado el ducado de doña Cayetana, más allá de la crónica rosa y las distintas concepciones que diferentes sectores sociales puedan tener?
-La importancia de la recientemente fallecida duquesa de Alba ha sido considerable desde el punto de vista de la historia familiar, pues desde el año 1953 en que se convirtió en 18ª duquesa de Alba, llevó a cabo distintas empresas culturales. Culminó la reconstrucción del palacio de Liria, que fue una obra titánica y, además, en unos momentos en los que la aristocracia derribaba y vendía sus palacios y residencias madrileñas, restauró el palacio de Monterrey de Salamanca y supo convertir ambos en magníficos museos para exponer el legado artístico de sus antepasados y las obras de arte que fue adquiriendo a lo largo de su vida.

-En estos días, tras la defunción de la duquesa de Alba, se ha hablado mucho de su patrimonio, pero es evidente que éste trasciende a los titulares y que, gracias a la Fundación, no peligra su dispersión. La creación de esta Fundación hay que ponerla en el ‘haber’ de la duquesa…
- No cabe duda de que las Fundaciones constituyen un mecanismo muy eficaz para el mantenimiento y conservación del patrimonio histórico artístico en posesión de los particulares, y su funcionamiento está tutelado por las instituciones públicas, que velan por el cumplimiento de sus obligaciones. La Fundación Casa de Alba fue creada en 1976 por la duquesa doña Cayetana y desde los años ochenta ha venido desarrollando una decidida política de colaboración con historiadores e instituciones españolas, que han dado lugar a la firma de distintos convenios y la celebración de exposiciones, congresos y publicaciones. Desde luego el porvenir está garantizado pues el duque don Carlos es buen conocedor de las circunstancias histórico artísticas de la Casa de Alba y siempre ha demostrado una especial sensibilidad por todo lo que hace referencia al cuidado y preservación del legado que ha recibido.