La concepción romántica del arqueólogo como un ‘explorador del pasado’ que busca entre las arenas del desierto los vestigios de otras civilizaciones ha pasado a mejor vida. Los arqueólogos son profesionales muy especializados, dotados con una amplia formación que abarca distintos ámbitos científicos. Por eso, la UAH ha ofrecido un taller que pretende acercar al público en general el trabajo del arqueólogo haciendo especial hincapié en las labores de prospección arqueológica, para lo cual hoy en día es imprescindible el uso del GPS. Una de las promotoras, Cristina de Juana, explica por qué y para qué se utiliza este instrumento en arqueología

-¿Qué es una prospección arqueológica?
-La prospección arqueológica es una técnica de investigación mediante la que exploramos la superficie de un territorio concreto en el que se presume o se conoce la existencia de yacimientos arqueológicos. Es un método que evita intervenir en el yacimiento a la vez que aporta información sobre el mismo. Y uno de los instrumentos que utilizamos es el GPS.

-¿Qué ventajas tienen las prospecciones arqueológicas y cómo ha mejorado vuestro trabajo desde que las utilizáis?
-En la actualidad la prospección arqueológica ha cobrado mayor protagonismo porque resulta una metodología no destructiva, a diferencia de la excavación y, además, resulta más económica. Sus ventajas en los estudios son múltiples pues permiten entender las pautas de distribución de las poblaciones en el territorio, el aprovechamiento de recursos o la adaptación al medio, así como las relaciones entre diferentes grupos. Todas estas características la convierten en un tipo de intervención de gran valor por sí misma.

- ¿Cuál es la utilidad concreta del GPS, dentro de las técnicas de trabajo de la arqueología?
-En los últimos años la metodología en arqueología se ha hecho mucho más compleja y eso ha llevado al desarrollo de diferentes áreas de trabajo como la arqueometría, la arqueobotánica, la arqueozoología o la antropología física. Además, las intervenciones arqueológicas no pueden privarse de contar con un método de georreferenciación fiable que sitúe sobre un mapa todo el registro arqueológico. En este sentido, y cuando nos vemos obligados a desplazarnos, como ocurre en las prospecciones arqueológicas, el GPS cumple un papel fundamental en la localización geográfica de yacimientos.

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