El uso prudente de antibióticos, objetivo prioritario frente a las resistencias bacterianas



En estas fechas se celebra el ‘Día europeo del uso prudente del antibiótico’. Coincidiendo con la conmemoración, el profesor de la UAH y jefe del servicio de Medicina Interna del hospital Universitario de Guadalajara, Manuel Rodríguez Zapata, habla de automedicación y abuso de antibióticos.

Manuel Rodríguez Zapata.
Alexander Fleming descubrió los efectos antibióticos de la penicilina en 1928. A día de hoy siguen siendo el elemento químico más eficaz contra las bacterias. No obstante, el consumo abusivo y sin control de los antibióticos está produciendo resistencias que ponen en peligro su efectividad.
-Profesor, este año el ‘Día europeo del uso prudente del antibiótico’ está dedicado a la automedicación, ¿somos conscientes de los perjuicios que ocasiona?
-Toda la medicación que no esté indicada por un médico es mala y, desde luego, cuando hablamos de automedicación en un tratamiento antibiótico es mala sin paliativos. Normalmente los pacientes se automedican con un antibiótico determinado por múltiples motivos, porque en alguna ocasión les ha venido bien o porque les ha sobrado de un tratamiento anterior… En cualquiera de esas circunstancias están cometiendo un error. El uso indebido de antibióticos genera problemas sanitarios muy graves: aparte del coste económico, de la mala actuación y de los efectos secundarios, está provocando la resistencia antibiótica de las bacterias.
Otro de los efectos que puede producir el tratamiento inadecuado de antibióticos es la modificación de la flora endógena (gérmenes no patógenos, que no producen enfermedad, que se localizan en nuestro organismo e impiden, en muchas ocasiones, la colonización de gérmenes patógenos). Si nosotros modificamos esa flora endógena con el abuso y mal uso de antibióticos estamos favoreciendo la aparición de infecciones.
Además, preocupa mucho la aparición de gérmenes resistentes en los centros hospitalarios, que obliga a tener programas de optimización del uso de antibióticos, a crear zonas de aislamiento para los pacientes que los padecen y que pueden producir micro-epidemias dentro de los servicios hospitalarios; pero también preocupan esos gérmenes resistentes, difíciles de tratar, que están apareciendo entre la población, fuera del ámbito hospitalario, con un perfil distinto, porque son muy peligrosos a nivel sanitario y poblacional.

-Los españoles somos muy propensos a la automedicación…
-En general los países del sur tenemos más capacidad para la improvisación, somos más indisciplinados y, por tanto, somos más proclives a la automedicación. De hecho, no solo nos automedicamos más que otros, es que recomendamos y alentamos a nuestros conocidos a que lo hagan.
Y, además, dentro de esa falta de disciplina de la que hablo, muchas veces no cumplimos con las prescripciones que nos indica el facultativo en dosis y en plazos. Empezamos a notar mejoría y abandonamos el tratamiento. No somos conscientes de que, aunque hayamos mejorado, en nuestro organismo todavía hay gérmenes que están produciendo la infección y el problema es que los que sobreviven tienen muchas posibilidades de producir infecciones con resistencia a estos mismos antibióticos.

-¿Los facultativos y los farmacéuticos deberían ejercer un mayor control en este asunto?
-Los profesionales sanitarios estamos bien entrenados en este asunto, por nuestra formación, por nuestra experiencia y por la presión de las instituciones y sociedades científicas. Tenemos la obligación de prescribir antibióticos de forma reglada. Lo que tiene que cambiar, en realidad, es la mentalidad de la población. En ese sentido, lo que tenemos que hacer es mejorar la educación de la sociedad y afinar las dianas informativas sobre los efectos del consumo abusivo de antibióticos.

-El uso de los antibióticos en la medicina supuso una gran revolución, ¿qué otra revolución está por llegar?

-Efectivamente, los antibióticos fueron una revolución para la medicina en general. Pensemos en la cirugía en general, en la cirugía del trasplante… Los antibióticos han resuelto una cantidad enorme de problemas por las que antes la gente se moría, se ha reducido enormemente la muerte por enfermedades infecciosas que son comunes: la neumonía, la tuberculosis…
¿Otra revolución que sustituya a los antibióticos?. Creo que revoluciones en medicina ha habido, hay y habrá y en estos últimos tiempos, además, se están produciendo de forma acelerada en múltiples ámbitos.