La UAH organiza, en la Semana de la Ciencia, dos coloquios sobre el habla de los madrileños



Florentino Paredes,
profesor del Departamento de Filología, Comunicación y Documentación de la UAH, coordina durante la Semana de la Ciencia dos conferencias-coloquio sobre el habla de los madrileños, una de ellas centrada específicamente en el habla de los adolescentes.

Los trabajos de investigación llevados a cabo en el Departamento de Filología, Comunicación y Documentación de la UAH han llegado a dos conclusiones: por un lado, el habla de los madrileños tiene cada vez menos particularidades con respecto a la del resto de hispanohablantes; por otro, los adolescentes tienen un vocabulario muy rico en algunos ámbitos. En torno a estos estudios, el Departamento ha organizado dos conferencia-coloquio en la Semana de la Ciencia. que explica el profesor

Florentino Peredes.
Florentino Paredes.

-¿En qué consisten estos coloquios y a qué públicos van dirigidos?
-Se trata de dos conferencias relacionadas con el habla de Madrid. Son de diferente carácter. En una de ellas vamos a presentar el léxico que conocen los estudiantes preuniversitarios de la Comunidad de Madrid, fruto del estudio llevado a cabo entre 600 estudiantes de 2º de Bachillerato. En la otra conferencia abordaremos algunas características del habla de los madrileños relacionadas con la fonética (la aspiración de la ‘s’, la pérdida de la ‘d’), la gramática (el laísmo, el leísmo y el loísmo, el uso de los diminutivos) o el discurso tras una investigación llevada a cabo por el equipo de Sociolingüística de la UAH en los distritos de Salamanca y Vallecas.

-Es la primera vez que realizáis estos talleres en la Semana de la Ciencia, ¿cuál ha sido la razón?
-Las propuestas surgen como resultado de los trabajos de investigación que estamos realizando sobre la ciudad y la Comunidad de Madrid. Estamos a punto de publicar dos libros, uno titulado ‘Patrones sociolingüísticos de Madrid’ y otro, ‘El léxico disponible de los estudiantes preuniversitarios madrileños’. Entendemos que la investigación cobra sentido en la medida en que los resultados se difunden en la sociedad y pueden ser aprovechados para fines diversos.

-Ambos coloquios abordarán las peculiaridades del habla de los madrileños y, de forma más específica, las de los adolescentes madrileños ¿cuáles son esas características?
-Como ya he señalado, en uno de ellos nos vamos a centrar en el léxico disponible, es decir, las palabras que conocen los estudiantes acerca de diferentes temas: por ejemplo, el cuerpo humano, las profesiones, los juegos, etc. En concreto, vamos a presentar algunas diferencias entre el habla de los madrileños y de las madrileñas, o entre el habla de los jóvenes frente a los mayores. Por ejemplo, se dice que el diminutivo sirve para indicar tamaño pequeño de la cosa nombrada, pero cuando los madrileños usan el diminutivo no lo hacen normalmente para eso, sino como un modo de presentar subjetivamente su visión de las cosas. Así, a veces lo usan para amortiguar el impacto que una palabra puede tener, como por ejemplo cuando alguien dice que está ‘jodidillo’; otras veces se emplean para indicar familiaridad con los objetos, como cuando decimos que nos tomamos una ‘cervecita’; y otras se usa para indicar que algo no es el mejor representante de la idea que se quiere trasmitir, como cuando alguien dice que tiene un ‘noviete’ (a quien se aplica este diminutivo posiblemente no lo considere el hablante el ideal de novio).

-Los madrileños tienen vocablos y expresiones que han ‘exportado’ al resto del país
-Hay que decir que los trabajos que hemos hecho no se han centrado en las peculiaridades madrileñas, no hemos querido buscar las palabras extrañas o raras. Al revés, lo que hemos buscado es la manera de hablar normal en Madrid. Entre esas expresiones normales podemos señalar como típicas de Madrid algunas ya arraigadas, aunque también en retroceso a veces, sobre todo entre los jóvenes, como ‘estar al loro’, estar atento; ‘molar cantidad’, gustar mucho; comerse una rosca’, tener éxito en una relación amorosa… etc

Lo que sí hemos constatado es el elevado número de palabras que conocen los estudiantes madrileños. De hecho muchas veces hemos tenido que buscar información sobre palabras muy poco frecuentes e incluso sobre otras que no están siquiera incluidas en el diccionario. Por ejemplo, entre los alimentos y bebidas los estudiantes escribieron ‘onigiri’, que es el nombre de un plato japonés; en el léxico de la escuela nos ha sorprendido encontrar tecnicismos como ‘tórculo’, que es un tipo de prensa para calcografías, o la ‘creta’, un tipo de pintura; y entre los nombres de los animales, aparecían algunos como ‘tigrón, solífugo, órix, onza, esparrall, escalo, emú, carpín, cacho, arruí, etc’.

-Parece que la globalización, que lo abarca absolutamente todo, ‘invade’ en igual medida la lengua hablada…
-Sí, parece que estamos asistiendo a un proceso de igualación lingüística, sobre todo en el léxico, de manera que los hispanohablantes usamos cada vez más las mismas palabras para designar los mismos conceptos. De hecho, en el léxico disponible de los jóvenes madrileños apenas hemos encontrado dialectalismos propios de Madrid y casi todo el léxico recogido coincide con el que se ha encontrado entre los jóvenes aragoneses, los andaluces o los castellano-leoneses, por ejemplo. Es una consecuencia de la globalización que propician los medios de comunicación y que hace que se pierdan algunas peculiaridades y rasgos idiosincrásicos. Pero no hay que lamentarse de ello, entre otras cosas porque lamentarse no soluciona nada. Si esta igualación facilita la comunicación entre todos los hispanohablantes y no sirve para empobrecer el lenguaje, bienvenida sea.