Hace unos días un ‘drone’ irrumpió en el estadio de fútbol del Partizán, en Belgrado, con una bandera albanesa, cuando se estaba disputando un partido entre Serbia y Albania, de clasificación para la Eurocopa 2016. Este incidente fue el preludio de enfrentamientos entre jugadores y afición y pone de nuevo sobre la mesa cómo deportes como el fútbol son todavía una

Alejandro Quiroga Fernández de Soto.

Alejandro Quiroga habla de 'Goles y banderas' en su último ensayo.

-¿De qué trata el ensayo ‘Goles y banderas’?
-El libro trata de estudiar cómo se utiliza el fútbol para reforzar identidades nacionales a lo largo de todo el siglo XX y hasta nuestros días. Analizo cómo las identidades españolas se han ido transmitiendo vía equipos de fútbol, sobre todo a partir de la selección española de fútbol, y dedico especial atención a Cataluña y al País Vasco, fundamentalmente al Fútbol Club Barcelona y al Athletic Club de Bilbao.

-De hecho, el fútbol en España, ha servido para mirar la bandera de otra forma ¿no?, sobre todo a raíz de los últimos éxitos de la selección española
-Es cierto que el abuso que hizo la dictadura franquista de la identidad española tuvo su resaca durante décadas. Lo que ocurrió en la década de los 2000 es lo que los expertos denominan una ‘resignificación de símbolos nacionales’, es decir, que el mismo símbolo que antes se vinculaba con el franquismo y la extrema derecha cambia de significado y ahora se identifica con la monarquía constitucional.
Es un proceso que se ha repetido en todos los países que han tenido dictaduras fascistas. En Alemania esa ‘reconciliación’ con la bandera ya es evidente en el Mundial de 2006 y en Portugal desde la Eurocopa de 2004 también se ven más banderas en la calle.

-Entonces podemos decir que el deporte, en este caso el fútbol, ha ayudado a cambiar mentalidades…
-Sí, ha ayudado, desde abajo, a cambiar los vínculos relacionados con la bandera que se habían creado desde arriba. El cambio generacional también ha ayudado en todo este proceso, porque son los jóvenes, que nacieron después del franquismo, los que llevan la bandera con naturalidad y la exhiben sin prejuicios. Esto ha servido para cambiar las connotaciones de la bandera.

-Ahora, en Cataluña, la ‘señera’ y el fútbol también tiene sus vínculos
-El caso del Barcelona es muy complejo, porque ha servido para muchas cosas a lo largo de su historia. Durante el último franquismo sí sirve en cierta medida para transmitir una ideología y sentimientos catalanistas pero, sobre todo, sentimientos democráticos, reivindicativos de un cambio de sistema. El Barça también fue en esa misma época un elemento de integración importante. Los inmigrantes que llegaban a Cataluña utilizaban el Barça para integrarse socialmente. Y luego está la dimensión internacional, ya que el Barça tiene peñas por todo el mundo y se utiliza para transmitir identidad vinculada con España. Hay que ver todas esas capas en su conjunto, aunque es verdad que en los últimos años algunos directivos del Barça sí se han ido relacionando cada vez más a movimientos independentistas.

-¿El caso del Athletic Club de Bilbao es diferente?
-Es un equipo que sirve para integrar, sobre todo a los vizcaínos. Digamos que este club es como una especie de pegamento entre personas con distintas ideologías. En ese sentido, desde la Transición sirvió como mecanismo de integración. Con respecto a su política de fichajes habría que señalar que en los últimos años se han ido abriendo y el lugar de nacimiento no importa tanto, lo que importa es que el jugador esté formado en la cantera del Athletic.

-¿Cuál es el equipo de fútbol que más está identificado con lo español, con la bandera?
- Yo creo que todos los equipos españoles venden nación desde el momento en que participan en una liga española y también compiten a nivel internacional. Y es verdad que es un elemento de promoción de España muy importante.

MOVIMIENTOS NACIONALISTAS-GLOBALIZACIÓN
-Y ya hablando de otra cosa, profesor: en Occidente están floreciendo los nacionalismos locales: Escocia, Cataluña…
-Somos bastantes los historiadores y politólogos que llevamos años argumentando que los procesos de globalización llevan a un aumento de los movimientos nacionalistas, porque tienden a reforzar la identidad nacional de los Estados. Me explico: como los Estados cada vez tienen menos poder para establecer políticas económicas ‘locales’, refuerzan las políticas culturales y de promoción de la nación como forma de justificar su poder. Por otro lado, lo que se ha producido en los últimos años es un auge de movimientos nacionalistas dentro de estructuras estatales. En Europa del Este este movimiento es claro tras la caída del Muro de Berlín ; en Europa Occidental se han creado estructuras estatales que permiten la consolidación de estructuras autonómicas que, por lógica, pretenden ir acumulando poder. Si a esto sumamos una situación de crisis económica, tiene bastante sentido que florezcan los nacionalismos.
Solo hay que recordar que en 2007, en Cataluña, el apoyo a la independencia estaba en un 15%; ahora ronda el 45%. ¿Por qué en 5 años el 30% de la población catalana, que no tenía el mayor interés por la independencia, empieza a pensar que esto es una buena opción?. Creo que, sobre todo, está vinculado a la crisis económica, porque este tipo de mensajes ilusiona, emociona, y son más fáciles de transmitir cuando las cosas no van bien y los representantes políticos no saben o no pueden dar soluciones políticas a la situación económica. Si a esto sumamos la crisis institucional y social en la que está sumido nuestro país desde el año 2008, el cóctel está servido.

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