Rosalía Peña Ros, reconocida por sus colegas de Informática con el Premio AENUI a la Calidad Docente



La profesora del Departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, Rosalía Peña Ros, ha recibido este año el Premio a la Calidad e Innovación Docente, que otorga la Asociación de Enseñantes Universitarios de la Informática (AENUI).

En esta entrevista, Rosalía Peña habla de su trayectoria docente y valora el premio recibido.

-Profesora, imaginamos que recibir un premio de los propios tiene una doble satisfacción

-Este premio es un reconocimiento a la trayectoria y me lo otorgan mis colegas, miembros de la Asociación de Enseñantes

Rosalía Peña Ros.
Universitarios de la Informática, que colaboré a fundar hace ya casi 2 décadas, con el objetivo de favorecer la colaboración docente entre distintas universidades y de facilitar las herramientas necesarias para el desarrollo de la docencia, compartiendo recursos y experiencias. Desde AENUI hemos realizado talleres de formación en la docencia de habilidades profesionales para profesores de Informática en muchas universidades españolas.
Y sí, estoy muy contenta con este reconocimiento, porque me lo hacen mis compañeros y también porque es un premio al esfuerzo desarrollado durante toda mi carrera docente por hacer llegar mis conocimientos del modo más sencillo y ‘productivo’ posible.

-La Informática como asignatura es una disciplina relativamente reciente

-De hecho, cuando yo comencé mi carrera docente, no existía esta titulación. Tuvimos que ‘construir’ desde cero y cometimos algunos errores. Mi generación es culpable, por ejemplo, de la inclusión de los anglicismos en la informática, cuando en castellano hay palabras con un equivalente precioso. Linkeamos -y declinamos el verbo en todas sus formas- cuando ‘enlazar’ es un verbo precioso y plenamente significativo…
Los informáticos éramos ‘friquis’, éramos ‘locos de la colina’, se han hecho estereotipos terribles en las series de televisión con los informáticos… Pero es verdad que estábamos iniciando y ha sido complicado construir, en todos los aspectos, incluidos la ética. Y aquí también nos hemos encontrado con algunos conflictos: nadie duda que la Medicina o el Derecho tengan una asignatura que aborde la deontología profesional. En el caso de la Informática era casi impensable que un informático impartiera esa asignatura.
Soy partidaria de introducir las asignaturas transversales en las asignaturas convencionales. El desarrollo de cada competencia se asocia a dos o tres asignaturas, en años sucesivos, dando la oportunidad de madurarlas. Cada asignatura asume un par de competencias, no más, y eso permite que nos centremos, la ‘entrenemos’ y la evaluemos.
Por otra parte, unas materias se prestan más que otras a entrenar una competencia concreta: por ejemplo, gestión del tiempo enlaza muy bien con ingeniería del software; deontología con bases de datos e ingeniería; las primeras asignaturas de programación se enriquecen con el trabajo en equipo, entrenando valores como el compromiso, la comunicación… y se dejan aspectos de liderazgo para asignaturas posteriores.

-La Informática es un ámbito de conocimiento vivo…
-Es indiscutible. La Informática es imprescindible a nivel social, forma parte de nuestra cultura general. La capacidad de acceso a la información mediante la Informática es espectacular y necesitamos tener unas nociones básicas para poder tener ese acceso.
Y no hablo solo del conocimiento de la Informática a nivel de usuario. Acabamos de modificar en España la ley de Educación y es una verdadera pena que hayamos desperdiciado la ocasión para incluirla como asignatura en el plan de estudios de Primaria hasta Bachiller, porque la Informática ayuda a resolver problemas y potencia capacidades como el razonamiento. Los planes de estudio deberían incluir formación en algorítmica, como materia básica, junto con las matemáticas y el lenguaje. Muchos países ya lo están haciendo.