UAH, una buena pista de despegue para realizar estudios en el extranjero

 

La UAH no es solo una de las universidades públicas españolas que recibe mayor porcentaje de estudiantes extranjeros, tal y como ha acredidato recientemente el GRUP Survey de Shanghái. Además, en esta Universidad también son muchos los estudiantes que deciden realizar estancias en el extranjero.

La UAH es una de las universidades españolas que recibe mayor porcentaje de estudiantes extranjeros. Lo indican los rankings especializados y también lo señala el número de matrículas que se gestionan cada año. Durante el curso pasado, más de 6.000 estudiantes, procedentes de más de un centenar de nacionalidades diferentes, estudiaron en la UAH y en sus centros.

Pero este fenómeno, que no es casual, sino que obedece a una elaborada política de internacionalización, tiene una puerta de entrada y otra de salida, ya que cada curso se incrementa el número de estudiantes, investigadores y profesores de la UAH que optan por realizar una estancia internacional. Y esta Universidad es ya, igualmente, una de las universidades públicas españolas con mayor porcentaje de alumnos que realizan estancias en el extranjero.

El curso pasado la UAH tramitó la salida de 450 estudiantes Erasmus y casi otro centenar se acogieron a distintas becas de movilidad global.

Asimismo, desde el Vicerrectorado de Investigación y Transferencia se gestionaron más de un centenar de ayudas a la movilidad para personal docente e investigador y PIF (Personal Investigador en Formación).

En esta información hablan 2 estudiantes que decidieron abrir la puerta a la aventura internacional para completar sus estudios.

José María Llorente, estudiante de Arquitectura en la UAH. Ha estudiado en Argel y asegura que ha vivido una de las mejores experiencias de su vida.


-¿Qué te alentó a solicitar una beca de movilidad global?
-Es difícil dar una sola razón; en primer lugar está el hecho de poder completar mi formación en otra universidad, que permite enriquecer mis estudios con una perspectiva diferente a la de Alcalá. Pero, sin duda, lo más importante son todos los aprendizajes que uno se ve obligado a hacer por el hecho de estudiar y vivir en un país extranjero, que no tienen necesariamente que ver con lo estrictamente académico: otra cultura, otro paisaje, otra lengua, otras formas de vivir… Todo esto es lo que buscaba y lo que me alentó a pedir la beca.

-¿Por qué elegiste Argelia?
-Yo quería un destino árabe y, si podía ser, magrebí. Pienso que el Magreb siempre ha sido y será una región muy importante para nuestro país, aunque existe una falta de interés flagrante por estos países en comparación con otros lugares. Por ejemplo, de acuerdo a los convenios de movilidad que nuestra universidad tiene establecidos, resulta aparentemente más fácil ir a la lejana Corea que a Marruecos. Por eso busqué mi plaza en Argelia. Pienso, además, que poder hablar la lengua y tener una experiencia de estancia allí puede darme una ventaja profesional en el futuro.

-¿Te has sentido arropado por la UAH a la hora de gestionar los trámites y ante cualquier eventualidad?

-El Servicio de Relaciones Internacionales no solo me ha arropado en todo lo que a trámites se refiere, sino que además han sido fundamentales para contactar con la universidad de destino y llevar a buen puerto la obtención de mi plaza allí, porque no existía convenio previo, con la dificultad añadida que eso suponía.

-¿Por qué animarías a vivir esta experiencia?

-Creo que este tipo de experiencia permite viajar con mayúsculas; es decir, conocer y mezclarse enteramente con otras formas de vida y con otro contexto académico. Esto aporta aprendizajes que difícilmente pueden adquirirse de otra manera. Creo que este tipo de estancias son una de las partes más valiosas de la formación universitaria y debemos luchar por mantener los sistemas de becas que las hacen posibles.


Gabriel Gómez Molina es estudiante de Ingeniería de Telecomunicaciones en la UAH. El curso pasado estudió en Corea, en la Hankuk University of Foreign Studies. Él valora muy positivamente su estancia en la República de Corea, un país muy distinto, pero igualmente atractivo para aprender y también para pasarlo bien, según su opinión.

-¿Qué te alentó en su momento a decidir pasar un curso en una universidad extranjera?
-En mi caso, esta es mi segunda experiencia como estudiante de intercambio, pues en el curso 2011-2012 estuve estudiando en la Technische Universität Darmstadt (Alemania). En ese intercambio tuve una grata experiencia y decidí repetir, aunque esta vez un poco más lejos, en Corea.

-¿Por qué elegiste Corea?
-Ya conocía parte de la cultura de este país, porque tengo algunos amigos coreanos, y también tenía interés en aprender un idioma asiático. Además, Corea es un país con muchas empresas de electrónica y comunicaciones, por lo que también decidí ir a Corea con la idea de buscar unas prácticas en una empresa que me proporcionase un poco de experiencia laboral.

-¿Ha sido fácil estudiar en Corea?
-Al principio, tuve bastantes problemas para realizar la inscripción en la universidad de Corea, ya que yo soy el primer estudiante de la UAH que ha venido a la Hankuk University of Foreign Studies, si no me equivoco; pero con la ayuda del Servicio de Relaciones Internacionales de la UAH solucioné todos los contratiempos.

-¿Por qué animarías a tus compañeros de la UAH a vivir este tipo de experiencias?

-Como ya he dicho antes, esta es mi segunda vivencia como estudiante de intercambio y es algo que recomiendo a todo el mundo, incluidos mi hermano y primos que están ahora mismo en la universidad también. Creo que vivir y estudiar fuera durante 6 meses o 1 año aporta conocimientos y experiencia que no puedes tener de otro modo. Sobre todo, aprendes a solucionar por ti mismo los problemas de la vida cotidiana. Al principio puede parecer todo muy complicado, pero una vez llegas al destino que has elegido y haces amigos y exploras el lugar, las cosas se vuelven mucho más fáciles y se lo pasa uno muy bien.

Es cierto que a veces no se pueden convalidar todas las asignaturas, pero así y todo, yo creo que es una experiencia que merece la pena, porque va más allá del ámbito académico. Se aprenden idiomas y culturas diferentes, lo que ayuda, en mi opinión, a tener una mente más abierta y a tener una mejor compresión de lo que significa ser extranjero.