Alejandro Valdivieso, un arquitecto de la UAH en Harvard



Alejandro Valdivieso
es el primer estudiante de Arquitectura de la UAH admitido en el ‘Master in Design Studies de la Graduate School of Design’ de la Universidad de Harvard.

Los estudios de Arquitectura de la UAH tienen cada año más prestigio. Así lo avalan los sucesivos premios que reciben sus estudiantes y la alta inserción laboral que consiguen los arquitectos formados en la UAH a nivel internacional. En esta ocasión, Alejandro Valdivieso ha recibido algo más que un premio: se trata del primer arquitecto de la UAH admitido en el

Alejandro Valdivieso.
Master in Design Studies - MDesS (‘History and Philosophy of Design’) de la Graduate School of Design, en la Universidad de Harvard.

-Cuéntanos cómo te sientes siendo el primer estudiante de Arquitectura de la UAH admitido en el ‘Master in Design Studies’?
-Tal vez sea el primero de la UAH en este programa, pero hay varios arquitectos, compañeros de la UAH, que están ahora mismo realizando programas similares en otras universidades, como la Universidad de Columbia, en Nueva York. Entiendo que esto significa que hemos recibido una excelente primera formación en la UAH, que nos ha permitido dar el salto tanto dentro como fuera de España. El sentimiento es sobre todo de agradecimiento hacia aquellos profesores que nos apoyaron día a día y cuyo compromiso con la labor docente y con el ejercicio profesional marcaron nuestros primeros pasos. La Escuela de Arquitectura de la UAH tiene antiguos alumnos cursando este tipo de programas, pero también tiene alumnos trabajando fuera y dentro de España en algunos de los mejores estudios de arquitectura, desde OMA, en Rotterdam, a Foster and Partners, en Londres.

-¿Qué te lleva a presentar la solicitud para este Máster y qué esperas de la formación que recibirás en Harvard?
-En este momento estoy redactando mi tesis doctoral y mi objetivo a la hora de solicitar este Máster es poder continuar mi formación en un programa en Teoría, Historia y Crítica de la Arquitectura y trasladar allí parte de mi investigación. Se trata de un programa muy específico que, además, está especialmente dirigido a aquellos profesionales de la arquitectura que trabajan también en un contexto académico, como investigadores y profesores, que pretenden desarrollar una tesis doctoral, como ocurre en mi caso, y que además desarrollan una labor editorial y de difusión, algo que forma parte también de mi quehacer como arquitecto desde hace años. De hecho, publico artículos en la revista Ciudad Viva, un proyecto editorial sevillano.
La tesis doctoral que desarrollo en Madrid y la investigación que desarrollaré en Harvard profundizan en la importancia que las revistas de arquitectura editadas en una época determinada, y en las que participaron unos agentes concretos, han tenido en la construcción de lo que hoy entendemos como cultura arquitectónica libre de dogmas y, por tanto, en el ejercicio de la arquitectura.

-Por cierto, iniciaste tus primeros pinitos como divulgador de Arquitectura en la UAH

- Sí. Con un grupo de compañeros pusimos en marcha los talleres [R]ACTIVA) en el año 2004. Más tarde, me encargué de la edición de un libro que recogió todo lo acontecido en los talleres, que recibió el Premio Distinciones COAM 2010 a la difusión de la arquitectura.

-¿Crees que la calidad de la formación recibida en la UAH ha sido importante a la hora de acceder a este máster?
-Sin duda, aunque yo reivindico el papel de los profesores, de las personas, por encima de la institución. En este sentido, en mis años de formación en la Escuela de Arquitectura de la UAH coincidí con un grupo de profesores extraordinarios, que siguen siendo un referente. Es el caso por ejemplo del profesor José Julio Martín Sevilla, a quien conocí en primer curso, o del profesor Roberto Goycoolea. Otro ejemplo es el del profesor Sánchez Lampreave, quien dirigió entonces mi Proyecto Final de Carrera y que ahora codirige mi tesis doctoral.
Por otro lado, la formación española del arquitecto tiene mucho reconocimiento fuera de España, y esto es un factor muy importante a tener en cuenta: no sería exagerado decir que estamos más valorados fuera que dentro, independientemente de la ‘crisis’ y otros condicionantes.
Estados Unidos es un buen ejemplo de ello: la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Harvard ha tenido ya tres directores del Departamento de Arquitectura españoles, formados en España; el primero de ellos, Josep LLuis Sert, entre 1953 a 1969. En la actualidad también hay arquitectos formados en España no solo dando clase o investigando en universidades norteamericanas de primer nivel, sino ocupando puestos de mucha responsabilidad. Es el caso, por ejemplo, de Alejandro Zaera en la Universidad de Princeton, o el de Iñaki Alday y Margarita Jover en la Universidad de Virginia, entre otros

-Cuéntanos tus sueños como arquitecto, ¿qué te alienta a ejercer esta profesión?
-Lo que verdaderamente me interesa es el valor cultural de la arquitectura y la importancia de la historia. Creo que es la historia la que nos permite construir lo que hoy de manera maniquea se llama innovación. Por eso, y desde que entré en la Escuela, me llamaron mucho la atención todos aquellos arquitectos que entendían la arquitectura como un presente continuo, donde el ejercicio profesional era solo una parte de su trabajo, complementado y recíprocamente sustentado con la labor docente y de investigación. Siempre he sentido especial predilección por aquellos arquitectos que alumbraban a los alumnos a aprender arquitectura en las escuelas y desarrollaban una intensa labor teórica a través de sus textos y que, en definitiva, eran capaces de desarrollar una estrategia teórica para una práctica proyectual: ese cruce o esa convergencia entre palabras y dibujos me interesa especialmente.

-¿Crees que después de esta crisis la figura del arquitecto se verá reforzada?

-Creo que más que verse reforzada, la figura del arquitecto será distinta; de hecho ya lo es. Intuyo que lo empezó a ser hace tiempo. No solo se están produciendo cambios internos en la profesión y en sus estructuras (colegios profesionales, en primer lugar), sino que se están discutiendo sus competencias profesionales, con planteamientos dudosos: es difícil entender el problema cuando todo se reduce a índices de productividad.
En relación con la crisis en sí misma, a lo que se entiende por crisis, o a lo que se ha vendido como crisis, no creo que genere oportunidades sino más bien todo lo contrario. Veo como una desgracia que la gran mayoría de los arquitectos jóvenes españoles hayan tenido que emigrar, más allá de que sea muy importante no asentarse en un lugar y una visión menos local contribuye sin duda a una mejor formación.