Antonio López Alonso: "la literatura libera ansiedades y me gratifica mucho"



Antonio López Alonso, catedrático de Traumatología y Ortopedia en la UAH, ha ganado el V Premio Nacional Ducal de Loeches con una de sus últimas novelas: ‘La rebelión de los vagabundos’. El doctor, que tiene en su haber una treintena de títulos publicados, entre novelas, ensayos, biografías y poesía, habla en la entrevista de su vocación como escritor.

Afirma con rotundidad que ser docente es lo que más satisfacciones le aporta y eso es la parte central de su vida, junto a su vocación de médico. “El amor que proceso a mis enfermos es equiparable al que proceso a mis alumnos, aunque con quien más feliz me encuentro es con mis alumnos, pero compagina esta vocación docente y de doctor con otra vocación no menos satisfactoria, la de escritor. Acaba de ganar un premio nacional de narrativa, ha sido finalista del premio Planeta de novela y es un ‘productor’ incansable de historias humanas llenas de verdad. López Alonso abre su corazón al diario digital de la UAH.

Antonio López Alonso con el libro premiado.

-Usted es de esos docentes que se implican de lleno en la Universidad en la que trabajan y, en este caso, en la actividad cultural de la UAH
-Sí, monté el aula de poesía y también el aula de teatro dentro de la facultad y este año entregaremos el 4º Premio de Cuentos Antonio López Alonso, abierto a la participación de alumnos de Medicina de toda España. Creo que es importante que los docentes nos impliquemos con nuestra Universidad.

-¿Y qué le atrae más, su profesión de docente y médico o su cualidad de escritor?
-La docencia es el centro de mi vida y la medicina la ejerzo con el mismo amor. Poder curar el dolor de los enfermos que llegan a ti parcial o totalmente yo lo inscribo en el contexto de mis sueños, y estar con mis alumnos es lo que me hace más feliz. Escribir forma parte de mi espacio de ocio, es una forma de liberar ansiedades. Escribir, la verdad, me gratifica profundamente.

-Y en literatura ha tocado casi todos los palos: narrativa, poesía, ensayo...
-Sí. Los dos libros de poesía que he escrito me los prologó Claudio Rodríguez, mi paisano de Zamora, y también me siento muy cómodo escribiendo ensayos, pero de mis últimos 7 libros 5 han sido novelas... Con la novela me siento mejor en este momento porque manejo personajes como el que maneja marionetas, aunque luego esos personajes adquieren vida propia y se te escapan de las manos...

-Imaginamos que su condición de médico le será muy útil para dibujar esos personajes, porque en este tipo de profesiones se aprende mucho del ser humano...
-Aprendes mucho de la decepcionante condición del ser humano. Estamos viviendo una época marcada por la falta de humanidad. Como decía Saramago antes de morir, el ser humano está en plena decadencia...Y eso es lo que trato de reflejar en ‘La rebelión de los vagabundos’, precisamente.

-Cuéntenos cómo surgió esa historia...
-Yo me levanté un buen día y leí un suelto del periódico. No, no era la portada, era un suelto en el que contaban que habían quemado vivo a un indigente mientras dormía dentro de una cabina de teléfonos. Eso me causó un impacto brutal, me sacó de mi sitio y me puse en marcha. Esta novela es fruto de ese impacto emocional y también de un prolongado trabajo de campo en los bajos del metro de Madrid y en las zonas periféricas de chabolas. He hablado con los vagabundos, he vivido con ellos. Primero me acerqué con miedo, después fui superando ese miedo y al final la experiencia me produjo una profunda tranquilidad interior.

-Tenemos el estereotipo de que los vagabundos suelen ser enfermos síquicos, esquizofrénicos normalmente...
-El protagonista del libro es un enfermo sicótico pero sin apellidos... Pero yo también me he encontrado con personas de todo tipo. Hay personas que rechazan la sociedad en la que viven, que busca otras metas, y como la sociedad que le rodea no le permite conseguirlas y encuentran en la indigencia una solución. Y hay gente también que se aísla de la sociedad y sólo se encuentran consigo mismos viviendo en la indigencia. Y también hay muchos drogodependientes. De hecho, en una parte del libro utilizo la jerga que usan los drogodependientes ...

-En el libro los vagabundos se rebelan...
-Sí, la muerte del anciano en la cabina es el detonante para que los indigentes, a los que la sociedad considera seres perversos, reaccionen. Es una novela sin concesiones en la que no dejo títere con cabeza, pero también es una novela que habla de amor, del amor entre un padre y un hijo... Es cierto que está cargada de verdad, pero también está cargada de utopía.

-¿Y el siguiente proyecto, cuál es?
-Hace tres meses presenté mi último ensayo sobre Cervantes: ‘Ficción, locura y realidad en El Quijote’, y ya van 5; y ahora estoy escribiendo un ensayo sobre medicina deportiva relacionado con los corredores de fondo. Hay que seguir adelante, ya sabe, siempre, porque todos estamos metidos en la misma batalla por la vida. La literatura es una de las batallas de mi vida.