Los mejores proyectos fin de carrera de Arquitectura se exhiben en la UAH
Un total de 268 Proyectos de Fin de Carrera (PFC) han participado en la III Muestra PFC de las Escuelas de Arquitectura de España organizada dentro de la X Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo, que se celebra actualmente en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y Geodesia de la UAH y en la que se exhiben los 20 proyectos más destacados por los distintos sectores participantes en la selección. La muestra se exhibe en la Escuela hasta el día 6 de noviembre de 2009.
Una terminal metropolitana en Nuevos Ministerios (Madrid), un proyecto de ciudades escondidas para un país africano, un museo de arte contemporáneo en A Coruña o un punto de información sobre el vino son alguno de los proyectos seleccionados de distintas universidades del país en la III Muestra PFC y que pretende ser, entre otras cosas, un escaparate de la formación que reciben los alumnos en las escuelas de arquitectura españolas y también una forma de diagnosticar cuáles son las tendencias de la arquitectura en España guiados por los trabajos de los alumnos más brillantes de las escuelas, según ha indicado el profesor coordinador de la iniciativa por la UAH, Roberto Goycoolea Prado. Roberto Goycoolea -el tercero a la derecha- con algunos de los autores de los proyectos seleccionados en la III Muestra de Proyectos Fin de Carrera.
-¿Qué destacaría de esta tercera muestra?
La cantidad de participantes. En esta tercera convocatoria han participado 268 proyectos de 20 de las 27 escuelas de arquitectura existentes en España. 50 de esos proyectos han sido seleccionados por las propias escuelas y el resto han sido enviados a título individual por arquitectos que han presentado sus proyectos fin de carrera en los dos últimos años. Hemos dado un salto cuantitativo muy importante motivado sobre todo por dos de las novedades incorporadas este año: por un lado, se ha posibilitado la presentación de los proyectos vía Internet, lo cual ha facilitado la accesibilidad al proceso de selección y, por otro lado, también se ha permitido que los jóvenes arquitectos accedan a la selección a título individual, mientras que en ediciones anteriores eran únicamente las escuelas las que proponían a los candidatos.
-¿Y de la calidad de los proyectos qué puede decir?
-Hay de todo, si bien con un nivel medio bastante alto. Pero algo que nos ha llamado a todos la atención es ver cómo la incorporación de las nuevas tecnologías al diseño está propiciando que se presenten proyectos impensables hasta hace pocos años. Las nuevas tecnologías están cambiando los sistemas de representación tanto desde el punto de vista gráfico como de la imaginación formal, y eso posibilita que se estén haciendo cosas que hace muy poco tiempo ni siquiera podrían representarse.
-Esta muestra trata de percibir las nuevas tendencias de la arquitectura, ¿qué puede decir al respecto?
-Lo primero que tenemos que decir es que, a excepción de ciertas corrientes, propiciadas por determinados tutores que están teniendo enfoques particulares desde el punto de vista conceptual y también desde el punto de vista formal, la característica general es que hay bastante homogeneidad en el enfoque y presentación que se da a los distintos proyectos presentados. Y esto creemos que es debido a la generalización de conocimientos y contenidos que ofrecen por un lado las revistas disciplinares y por otro lado Internet.
-¿Quiere decir que hay poca imaginación?
-No, en absoluto. De hecho, podemos dividir los trabajos presentados en cuatro bloques bien diferenciados que son un claro reflejo de lo que está ocurriendo en la ciudad a nivel arquitectónico: por una parte, están los proyectos muy especulativos, en los que se proponen nuevas formas de ocupación del territorio o de habitabilidad; por otra, están los proyectos muy especulativos a nivel formal, en los que lo importante es la forma, más allá de la funcionalidad. Hay otros proyectos más técnicos, más realistas, por decirlo de algún modo, que buscan nuevas funcionalidades y luego hay otros proyectos, muy pequeños, que podría hacer a nivel profesional cualquiera de estos recién licenciados: pequeños museos, centros médicos, etc. No obstante, en la mayoría de los casos son proyectos a gran escala, tan grandes que, como apuntó el Jurado de la Bienal, impiden llegar a la concreción del detalle y esto en el fondo lo que marca es un problema que hemos detectado en todas las escuelas y es la discusión entre si el proyecto fin de carrera tiene que ser el último proyecto académico del alumno o el primer proyecto profesional, porque estamos hablando de proyectos que en la vida real manejarían grupos muy grandes de arquitectos y que en el PFC lo hace sólo un alumno que tiene que dedicar, a veces, hasta un año y medio a realizarlo. Es algo que está a debate y que tendremos que resolver con los nuevos planes que exige el Plan Bolonia.
-Profesor, ¿hay ilusión entre los arquitectos recién licenciados en un momento como éste, con una crisis económica muy importante que afecta de forma más acuciante, si cabe, al sector de la construcción?
-Sí. Yo creo que hay ilusión y aunque parezca paradójico la crisis es un aliciente para los buenos proyectos. Los alumnos que hasta hace poco empezaban a trabajar en tercero de carrera ahora no pueden hacerlo y tienen más tiempo para dedicarse a sus PFC. Esto está marcando una dedicación distinta, el nivel es muy alto. De hecho, en nuestra Escuela el grupo de investigación “Expresión y percepción de la arquitectura”, realizó un análisis comparativo de la formación en distintos países, constatando que el nivel español no tiene nada que envidiar al de los países punteros, más bien al contrario.
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