Reciclar medicamentos sí, pero con cabeza

Roberto Amador y Angélica Santamaría, estudiantes de Farmacia de la UAH han elaborado un informe para medir el impacto económico de los restos de medicamentos que se depositan en el punto Sigre de la farmacia y han sacado a la luz una realidad importante: La mitad de los envases que se tiran no están caducados; más del 50% son financiados por la Seguridad Social y un 25% del total de los envases está completo y en perfecto estado. Las soluciones a este despilfarro pasan por una mayor educación y concienciación ciudadana o el uso de recetas electrónicas.

Angélica y Roberto, en uno de los puntos Sigre de una farmacia del centro de Alcalá
Los medicamentos, al igual que el cartón, los envases, el vidrio o los deshechos orgánicos, se reciclan, aunque cada uno a su manera. Cuando un medicamento no nos vale tenemos que depositarlo en el contenedor Sigre de una farmacia para su correcto tratamiento pero ¿Qué nos podemos encontrar en un punto Sigre? ¿Cuántos medicamentos tiramos los ciudadanos? Y el quid de la cuestión ¿Hacemos un consumo responsable de los medicamentos? ¿Sabemos reciclarlos correctamente? Las proporciones, el gasto y en general la lectura económica, nos dicen que no.

Angélica Santamaría y Roberto Amador, alumnos de Farmacia de la Universidad de Alcalá, han realizado un estudio en el que el tema a abordar ha sido el impacto económico de los restos de medicamentos que se depositan en el punto Sigre de una farmacia. El informe revela un alto porcentaje de reciclaje de envases completos y no caducados y es más, un 90% de éstos, están financiados por el sistema de salud.

“Decidimos chequear los productos que se depositan en el contenedor de una farmacia de Alcalá, durante un mes” explica Santamaría. “Fueron 437 y los clasificamos según el uso terapéutico, cantidad, fecha de caducidad y envases completos, e hicimos estadísticas para sacar conclusiones”. Unas cifras que llevó a ambos estudiantes a “ver cuánto gasto suponía los medicamentos que se tiraban, sobretodo aquellos que no estaban caducados y los envases que estaban enteros” según cuenta el coautor del estudio, Roberto Amador.

Lo que dice el contenedor Sigre

Genéricos
Los medicamentos de uso general son los que más se reciclan.

Número uno: Paracetamol
Los que más se desechan en esta farmacia han sido, en cabeza el paracetamol, seguido por el omeprazol, e ibuprofeno.

El 50% financiados
Más de la mitad de los envases no tienen cupón precinto, por lo que son financiados por la Seguridad Social.

Un cuarto, sin usar
Uno de cada cuatro envases, depositados en el punto Sigre de la Farmacia chequeada está completo y en perfecto estado. Esto hace que un 25% de los envases, se reciclen sin que se hayan tocado.

Recetados y desechados
Se gasta mucha financiación ya que el 80% de los envases de paracetamol depositados en el punto Sigre, habían sido recetados.

Un 50% sin caducar
El 50% del total de los envases recogidos del punto Sigre de la Farmacia, no están caducados, su otra mitad para completar la unidad, sí.

Sorprendidos comprobaron que la mitad de los medicamentos tirados, eran productos no caducados; que los que más se reciclan son los medicamentos de uso general, a la cabeza el paracetamol, seguido por el omeprazol, e ibuprofeno; que uno de cada cuatro envases depositados en el contenedor está completo y en perfecto estado y que más de la mitad de los envases no presentan cupón precinto, por lo que han sido financiados por la Seguridad Social, “éstos son los que pagamos todos”.

Ellos lo traducen a números: “Hemos visto que el gasto en un mes en esta farmacia ha sido de 1.512 euros en envases completos y en perfecto estado, al año serían más de 18.000 euros. Hay más de 70 farmacias en Alcalá y podríamos estimar este gasto como media anual” exponen los autores. Ahora toca multiplicar. “Sólo en Alcalá tiraríamos más de un millón de euros en envases en buen estado al año. Imaginaros si se extrapola a las 2.200 farmacias de la Comunidad de Madrid”.

Soluciones para un consumo racional
Desde el departamento de Farmacia de la UAH comentan que es un problema de educación poblacional al uso de medicamentos y de los prescriptotes, que deberían ejercer un mayor control. “Medicamentos genéricos como el paracetamol o el ibuprofeno, son fármacos que te los receta el médico y si terminas el tratamiento y no consumes todos, se pueden guardar para utilizarlos en otras ocasiones. No es necesario tirarlos” apunta Santamaría a lo que añade Amador “es bueno tener una especie de botiquín en casa, pero no tener 20 cajas de las mismas medicinas. Los típicos tratamientos basados en el por si acaso”.

Hoy en día, hay varias soluciones efectivas para poner un mayor control a la hora de usar racionalmente los medicamentos y evitar el despilfarro. La receta electrónica o E-receta se perfila como una de las mejores medidas. Un procedimiento electrónico con el que el paciente puede retirar los medicamentos que tienen prescritos desde cualquier farmacia del país, sin necesidad de una receta médica en papel. De esta manera las órdenes de tratamiento se almacenan en una base de datos a la que se accede desde el punto de dispensación para su entrega al paciente.

Con un sistema informatizado es más fácil llevar un control de los medicamentos, “así uno se puede llevar la medicación cuando se necesita. Si tienes un tratamiento para un mes, por ejemplo, constaría, y puedes ir unos días antes de que se te agote el medicamento y lo renuevas. Vas al día y si acabas el tratamiento a lo mejor tienes que tirar media caja pero no cinco cajas de fármacos enteros y útiles” concluyen los dos alumnos.