Economía hipocarbónica: alternativas con futuro hechas presente en la UAH

El impulso de la economía hipocarbónica (la que fomenta la sostenibilidad, la reducción de CO2 y la eficiencia energética) es uno de los objetivos marcados por la UE dentro de la estrategia Horizonte 2020.

En esta entrevista el delegado del rector para la Sostenibilidad y Calidad Ambiental, Jesús Cano, explica qué es economía hipocarbónica y cuáles son algunas de las líneas de investigación que se están desarrollando en la UAH en este ámbito.

Jesús Cano.


-Profesor, ¿qué es la economía hipocarbónica?

-En este término podríamos englobar todos aquellos procesos o soluciones energéticas que disminuyen la emisión de CO2, bien porque se consume menos energía, bien porque se utilizan energías renovables, como la solar o la eólica, bien porque se usan mecanismos alternativos (como las bacterias) para producirla. El objetivo último, en este caso, es mejorar la eficiencia energética y reducir las emisiones de CO2 a la vez que se generan nuevos nichos de empleo gracias a la innovación.

-Es un tipo de economía que cada vez tiene una mayor trascendencia, tanto en la UE, que ha establecido normas para reducir las emisiones de CO2 en las próximas décadas, como en Estados Unidos, donde hay iniciativas legislativas que apuestan por las energías renovables…
-Sí. Nos hemos dado cuenta que la actividad que desarrollamos está generando consecuencias negativas para el planeta y es nuestra responsabilidad tomar medidas para, por un lado, racionalizar los recursos de los que disponemos y, por otro, lograr una mayor sostenibilidad gracias a la investigación y la innovación. Y ese es el objetivo último de las medidas que están adoptando los distintos gobiernos, conscientes de la necesidad de actuar.

-En una Universidad como la UAH, referencia en el ámbito de la sostenibilidad, tal y como indican rankings y estudios como GreenMetric o el de Coolmyplanet, ¿qué líneas de investigación se están llevando a cabo en el ámbito de la economía hipocarbónica?
-Hay varias líneas de investigación. Por un lado, se está trabajando en el diseño de redes inteligentes para aprovechar la energía de una forma más eficiente o para integrar las energías renovables en estas redes de modo que la eficiencia sea mayor. Son grupos como Gheode, coordinado por Sancho Salcedo; Geiser, coordinado por Francisco Javier Rodríguez Sánchez, o Geintra, coordinado por Jesús Ureña, entre otros.
Por otra parte, hay grupos de investigación que están trabajando en la eficiencia energética en hogares o en edificios públicos, como Radiation and Sensing Group, coordinado por Pablo L. López Espí; Tecnología mecánica, eléctrica y térmica para aplicaciones energéticas, de José Luis Pérez Díaz; Ingeniería Electrónica aplicada a Espacios Inteligentes y Transporte, de Ignacio Bravo o ISIS, coordinado por Miguel Ángel Sotelo, entre ellos.
En el área de arquitectura, el grupo de Intervención en el Patrimonio y Arquitectura Sostenible, de Enrique Echeverría, está llevando a cabo un proyecto que tiene como finalidad el diseño y desarrollo de un sistema integral de inspección y evaluación energética de edificios de elevado potencial de ahorro, que permita proponer medidas de rehabilitación eficaces para la disminución de la huella de CO2. En el área del Derecho también se han hecho en la UAH algunos pinitos relacionados con este ámbito y, de hecho, el grupo Derecho y Empresa, coordinado por Manuel Lucas, va a publicar próximamente un libro sobre régimen jurídico y fiscal de las energías renovables.
En el ámbito de la microbiología y la ingeniería química disponemos grupos que están trabajando con bacterias. El grupo de Bioelectrogénesis, coordinado por Abraham Esteve, trabaja transformando la energía química de las aguas residuales en electricidad y utilizando esta electricidad para su tratamiento, tanto para la depuración como para la desalación, en el caso de agua marina. El grupo Degradación microbiana de lignocelulosa: aplicaciones biotecnológicas y medioambientales, de Enriqueta Arias, por otra parte, investiga la degradación de materiales lignocelulósicos que, en el caso de no ser reutilizados, se destruirían por combustión con la consiguiente emisión de CO2.

-Profesor, la UAH es un referente en sostenibilidad y eficiencia energética en España, ¿retos a corto y medio plazo?
-Uno de los objetivos principales es avanzar en la eficiencia energética en nuestra Universidad. Actualmente disponemos de una planta de tecnología geotérmica en el Edificio Polivalente, que cubre casi la totalidad del gasto energético de climatización y agua caliente sanitaria del edificio; un motor de cogeneración en el Edificio Politécnico, que proporciona la energía para la climatización del edificio y nos posibilita vender el excedente de energía a la red eléctrica española; y paneles solares en el Jardín Botánico, que suministran energía al edificio del propio Jardín y a la fotolinera, que fue el primer punto de recarga de vehículos eléctricos que utiliza luz solar para producir electricidad en España.
Se prevé también la instalación de fuentes adicionales de energía renovable, como una cubierta solar fotovoltaica en el Pabellón de Deportes Rector Gala, un sistema de producción minieólico en los alrededores del Edificio de Ciencias, o un sistema de climatización mediante biomasa en las residencias de CRUSA, que sustituya al sistema de gas natural con el que contamos actualmente.
Por otro lado, estamos renovando la totalidad de la iluminación interior de la Universidad instalando equipos con tecnología LED, lo cual nos permitirá, según nuestros cálculos, alcanzar un ahorro de potencia de unos 1.331 Kw, un ahorro de consumo de unos 3.107.400 Kw/año y reducir las emisiones de CO2 en unas 1.025 toneladas al año.
Pretendemos ser pioneros implantando un Sistema de Gestión de la Energía ISO 50001, estableciendo procesos de control de consumo y coste energéticos, y favorecer un mejor uso de las energías renovables y de nuestros excedentes energéticos.
Y también tenemos como reto el diseño de una estrategia que favorezca la reducción en la utilización de papel y que promueva la eficiencia energética de los sistemas de impresión. A este respecto, hemos llevado ya a cabo algunos estudios preliminares que indican que podríamos conseguir ahorros energéticos de en torno a un 30% si vamos mejorando paulatinamente los casi 1.800 equipos de impresión que existen en la UAH.

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