Oro, incienso y mirra
El profesor del departamento de Biología de Sistemas de la Universidad de Alcalá, Cesar Menor Salván, nos explica qué son dos de los elementos que los Reyes Magos regalaron al niño Jesús: el incienso y la mirra.
- El oro es más conocido, pero ¿qué son el incienso y la mirra?
- Hay una relación entre ambos. La mirra es una gomorresina, esto es, un exudado que emite un pequeño árbol espinoso llamado árbol de la mirra (Commiphora myrrha). Todos los árboles y arbustos de la familia Commiphora producen gomorresinas, así como en general la familia a la que pertenecen, las Burseráceas. Pero la resina de la mirra es la más aromática y valiosa. Decimos que es una gomorresina porque está formada por una mezcla de goma, polisacáridos que producen muchos árboles (por ejemplo, los almendros y ciruelos producen gomas), y de resina, formada por una familia de compuestos llamados terpenos, y que es similar a la resina de los pinos y otras coníferas, y que le aporta sus propiedades aromáticas.
El árbol de la mirra se encuentra desde el noreste de África, la península arábica y hasta la India, por lo que siempre fue un producto tradicional muy importante en esas zonas. Se obtiene haciendo cortes en la corteza del árbol, que, a modo de defensa, segrega la gomorresina, que se recolecta y deja secar, endureciéndose. El nombre tiene un origen curioso: el mito griego de Myrrha. Esta era la bella hija del legendario rey Cinyras de Chipre. Ella se enamoró de su padre y con ayuda de Afrodita, le engañó para tener relaciones sexuales con él. Descubierto el incesto, el padre intentó matar a Myrrha, y la persiguió hasta Arabia, donde ella pidió ayuda a los dioses, que la transformaron en árbol. La mirra serían las lágrimas de pena, y el aroma, reflejo de su belleza.
Respecto al incienso, es una denominación que hace referencia a diferentes tipos de resinas y sus mezclas preparadas para su uso, como por ejemplo ser quemado por su aroma. Sin embargo, la definición más precisa del incienso es lo que conocemos como frankincense o frankincienso. Esta es la resina de otro árbol de la familia de las Burseráceas, el olíbano (Boswellia sacra), que habita en las regiones secas del noreste de África y en la península arábiga.
- Actualmente, ¿tienen algún uso?
La mirra tiene usos actualmente, aunque no tiene la importancia que tuvo en la antigüedad. Se sigue utilizando su aceite esencial y la resina en sí por sus propiedades medicinales y sus componentes se utilizan en la industria cosmética y de perfumes. El aceite de la mirra tiene un repunte en sus usos cosméticos, aprovechando el tirón comercial de lo ecológico y natural, pero su uso debe hacerse con precaución, pues las resinas y sus aceites tienen una composición compleja que incluye componentes que pueden ser irritantes.
La mirra tiene propiedades antisépticas y antiinflamatorias y algunos de sus componentes químicos, como el curzereno, que también se encuentra en la cúrcuma, han mostrado propiedades anticancerosas y antiinflamatorias. En general los terpenos de la mirra son antisépticos, pero su uso farmacológico, aunque ha dado buenos resultados in vitro, es difícil que lleguen a tener un uso clínico. Las propiedades farmacológicas de los terpenos de la mirra, los inciensos y las resinas en general están relacionadas con su papel en la fisiología de árbol: defensa y protección frente a infecciones provocadas por hongos o microorganismos y a los ataques de insectos. Los aromas que tienen también juegan un papel clave en la comunicación entre plantas.
Las propiedades antisépticas de la mirra le dieron un protagonismo clave en la antigüedad: su uso en los productos para embalsamar. En las momias del antiguo Egipto se ha encontrado mirra y frankincense.
Para nosotros actualmente, y en concreto en nuestro laboratorio, las resinas actuales son una referencia clave para el estudio de la evolución de los ecosistemas. Las resinas pueden fosilizar, produciendo ámbar, y los componentes de resinas de árboles muy antiguos se han preservado en multitud de restos paleontológicos y en el carbón. El estudio comparado de la composición de resinas fósiles y las resinas actuales permite trazar la evolución de los bosques durante millones de años. Por ejemplo, hemos podido encontrar mirra fósil en yacimientos de carbón de hace 45 millones de años.
- ¿Cuál es el origen de estos tres?
- El origen del oro es obvio: minas y yacimientos. Como hemos comentado, la mirra y el incienso (o específicamente el franquincienso) proceden de árboles de la familia de las Burseráceas, en especial el árbol de la mirra (Commiphora myrrha) y el olíbano (Boswellia sacra)
- ¿Por qué los Reyes Magos regalaron estas resinas al niño Jesús, según la Biblia?
- La Biblia no especifica por qué regalaron estas resinas a Jesús, así como tampoco quiénes eran estos famosos ‘reyes magos’. El número y nombres de estos magos que visitaron a Jesús es incierto, pues en la Biblia no se especifica ni cuántos eran, ni cómo se llamaban, ni qué medio de transporte usaban; tampoco se decía que fueran reyes de ningún sitio; probablemente fueran sabios o astrónomos, y la famosa estrella de Belén probablemente fuera un fenómeno astronómico no totalmente evidente para la gente común, por lo que solo los expertos supieron predecirlo e interpretarlo. La única referencia a los presentes de los ‘magos’ se encuentra en el Evangelio según San Mateo, versículo 2, donde se especifica que le ofrecieron oro, incienso y mirra como presentes.
El incienso y la mirra, durante la época romana, eran bienes muy valiosos. Sus múltiples usos, en especial los usos rituales y religiosos, dieron lugar a un floreciente negocio con la estabilización del imperio romano, que posibilitó el transporte desde las zonas de producción, principalmente desde Arabia, creándose una Ruta del Incienso. Ello incrementó enormemente el precio del franquincienso y la mirra, que se convirtieron en artículos de lujo e inversión que competían con el oro en valor. Mas detalles ofrece Orígenes de Alejandría, quien, en torno al año 250 escribió un tratado de apologética cristiana titulado Contra Celsum, en el que explica que los regalos que los magos (no reyes magos, sino en el sentido del latín magus, hombres sabios) entregaron a Jesús “oro, a saber, como para un rey; la mirra, como para un mortal; e incienso, como a un Dios” (Contra Celsum, libro I, cap. 60). Esto refleja, naturalmente, la utilidad de los tres materiales: el oro, como símbolo de la riqueza real, la mirra, utilizada en rituales funerarios, y el incienso, utilizado en ritos religiosos.
El comercio del incienso y la mirra fue muy próspero para la Arabia romana. Con el decaer del imperio y las dificultades en el comercio, el precio y uso de ambos productos cayó. Actualmente, el incienso es muy barato y la mirra, aunque sigue siendo una de las resinas más caras, no tiene nada que ver con el valor que alcanzó en la época romana.
Publicado en: Entrevista