A mediados del siglo XVI, los carmelitas levantaron un convento dedicado a la virgen del Carmen en la universidad Complutense de Alcalá de Henares, que hoy forma parte del conjunto de edificios renacentistas y barrocos de la ciudad. Con ellos comparte tipología y técnicas constructivas y forma el importante casco histórico de la ciudad y universidad patrimonio de la humanidad. Se trata de un edificio modesto basado en un sistema constructivo de muros de ladrillo y tapial con bóvedas encamonadas, no estructurales, utilizando la piedra exclusivamente para las portadas de las iglesias y en los zócalos para proteger a los muros de la humedad del terreno.

El convento mantuvo su función original durante tres siglos con diferentes reformas y ampliaciones hasta que en el traslado de la universidad, provocada por diversas circunstancias entre ellas las desamortizaciones del siglo XIX y el traslado del patrimonio mueble del convento a otros lugares, se perdieron sus archivos y se difuminaron muchos aspectos de su historia, que no se han recuperado. Ya en 1973, sin propietarios definidos ni medios para restaurarlo, la espadaña, las bóvedas y parte de los muros de la iglesia, corrían peligro de desplomarse, por lo que fueron demolidas. Esta situación junto con la presión que el crecimiento urbano ejercía sobre las parcelas del centro de Alcalá, presagiaba la desaparición del viejo edificio, que se utilizaba como almacén.

Pero cuando la Universidad regresó a la ciudad en 1977 se recuperaron los colegios históricos que aún se conservaban, para devolverles el uso docente y regenerar la trama y la vida de una ciudad acometiéndose la rehabilitación del Carmen Calzado que se prolongaron desde 1998 durante cinco años.

Al no localizarse el patrimonio documental del antiguo convento, el proyecto de restauración se basó en los resultados de las excavaciones arqueológicas previas, así como en el estudio de sus fábricas y su trazado, y en su comparación con los demás edificios de Alcalá contemporáneos con él. Luego, durante las obras, se mantuvo el mismo método con una supervisión arqueológica e histórica que permitió rescatar entre otras cosas, algunos restos de decoración mural hasta entonces ocultos.

El edificio en un primer momento se pensó utilizar como biblioteca central de la universidad, aunque con el empuje de la titulación de arquitectura, situada en el Politécnico, se decidió trasladarlo a este edificio siendo desde entonces la sede de la Escuela de Arquitectura.

Es ahora el momento, casi 25 años después, de recuperar toda la historia del edificio y su recorrido desde el convento carmelitano hasta la actualidad, teniendo en cuenta sus obras, los diferentes usos que pueda servir para ponerlo en valor y permitir adecuarlo a las nuevas necesidades de la vida universitaria y Complutense con estas Jornadas en las que participarán distintos especialistas en arquitectura.

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