Hongos terapéuticos. Todo un mundo por descubrir
En la UAH hay un experto en este ámbito, el profesor Carlos Illana, que nos ilustra en esta entrevista sobre las propiedades terapéuticas de los hongos.
Pertenecen a ese grupo menos vistoso de ‘plantas sin flores’ que generan poco atractivo, pero guardan en su interior –a veces microscópico- gran cantidad de secretos por descubrir. Entre ellos, su poder terapéutico.
Carlos Illana. |
A muchos se les escapa o no caen en la cuenta que el origen de la penicilina está relacionado con un hongo, un moho, ‘Penicillium’. Él solito ha sido capaz de salvar millones de vidas en el último casi siglo desde su descubrimiento. Por tanto, más allá de verlos como un rico manjar o como un peligro mortal –en el caso de las especies venenosas- esta información trata de conocer el valor terapéutico de estos organismos, tan versátil que a lo largo de la historia han sido protagonistas de grandes fantasías y verdaderos dramas.
No hay mucha literatura en la que se mencionen los hongos como remedios para tratar multitud de enfermedades aunque en algunas civilizaciones, como la oriental, se utilizan desde siempre para ahuyentar los males.
-Es un plato magnífico en las cocinas, pero poco se sabe de las propiedades terapéuticas de los hongos
-Es cierto que hay literatura científica dispersa, pero hay pocos manuales sobre los hongos medicinales. A mí, sin embargo, siempre me ha interesado este aspecto de los hongos, que podemos decir que tienen en sí mismos una cara y una cruz, porque pueden ser curativos, pero también son generadores de enfermedades, como la micosis.
El descubrimiento de la penicilina, el primer antibiótico, está directamente relacionado con un hongo y continuamente se están investigando nuevos hongos con propiedades antibióticas, aunque muchos de ellos no llegan al mercado porque no resultan rentables para la industria farmacéutica o porque no superan los ensayos clínicos.
-Hay muchos tipos de hongos, ¿cuáles son los que tienen más propiedades terapéuticas?
-Nada tiene que ver con el tipo de hongo. Los hay leñosos, parásitos, en los árboles, que viven en el suelo… En cualquier lugar puede localizarse un nuevo hongo. Hace unos años laboratorios Merck disponía en Madrid de un grupo de investigación que localizaron en el río Lozoya una especie de hongo nueva, ‘Glarea lozoyensis’, que cultivaron y en la que detectaron que producía un metabolito que ha servido para diseñar un fármaco, la ‘caspofungina’, que se usa ahora en hospitales como antimicótico, sobre todo en personas inmunodeprimidas, afectadas por infecciones fúngicas severas. También la ‘ciclosporina’, que se utiliza en pacientes trasplantados, se obtuvo por primera vez a partir de un hongo localizado en un Parque Natural de Noruega. La insulina utilizada en pacientes de diabetes, las estatinas, que se usan para bajar el colesterol, tuvieron también su origen en un hongo. Fingolimod, se usa para tratar algunos casos de esclerosis múltiples y su principio activo es un metabolito producido por un hongo que crecía sobre la larva de una mariposa… Como puede ver, los casos son múltiples y el tipo de hongos también…
-¿Por qué a menudo observamos con recelo a los hongos?
-Tienen a veces ‘mala prensa’ por puro desconocimiento, aunque esto está cambiando mucho. Es cierto que hay especies venenosas que hay que evitar. Son pocas especies, pero son también muy abundantes, y lo que hay que hacer es aprender a reconocerlas, no cogerlas ni, desde luego, comérselas. Y es cierto también que los hongos generan enfermedades en las plantas que pueden producir grandes pérdidas económicas en el sector de la agricultura y hacer verdaderos estropicios en zonas verdes y arbóreas… Son perjudiciales porque algunos son parásitos de plantas y animales, y otros son destructores, pero también tienen muchos beneficios.
-La medicina china tradicional sí usa con frecuencia los hongos…
-Los hongos se usan en la cultura oriental desde hace miles de años, aunque ahora empezamos a conocer y a cultivarlos en occidente también. Hay 2 especies que tienen muchísimas propiedades: ‘Cordyceps sinensis’ que, de forma natural solo crece en las montañas del Himalaya en verano y es carísimo. Es el parásito de una larva de una mariposa. También está el caso de ‘Ganoderma lucidum’, otro hongo que en España también se puede encontrar, pero en China se cultiva y es muy consumido porque tiene muchas propiedades medicinales. Se reduce a polvo y se toma en infusión o se comercializa en cápsulas y pastillas. Son hongos que sirven para todo, porque tienen muchas propiedades.
-Todavía queda mucho por descubrir…
-Se conocen en torno a 80.000 especies, pero las opiniones más conservadoras calculan que puede haber 1,5 millones de especies; las más optimistas hablan de entre 4 y 5 millones…Sí, queda mucho trabajo por delante. Es cuestión de continuar investigando y seguir obteniendo metabolitos –compuestos que producen los hongos- y ver sus propiedades. En la película española ‘Un monstruo viene a verme’ el monstruo es un tejo, árbol del que se extrae la molécula del ‘Taxol’, un compuesto anticancerígeno. El ‘Taxol’ está dentro de las células del árbol porque lo genera un hongo endófito. Los millones de especies que quedan por descubrir, en su mayoría, son hongos endófitos, que están dentro de las células de las plantas. Así que todavía nos quedan muchas sorpresas…
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