Combatir la violencia en la escuela: una cuestión de prevención y educación



El grupo de investigación de la UAH ‘Inclusión y mejora educativa: aprendizaje cooperativo, convivencia y mediación’ desarrolla programas para la prevención y abordaje educativo de este problema creciente: en el último año se han duplicado en la Comunidad de Madrid el número de denuncias por acoso escolar, según la Asociación Madrileña contra el Acoso Escolar y la Comunidad de Madrid ya ha anunciado la creación de un observatorio para la convivencia escolar.

El coordinador del grupo, Juan Carlos Torrego Seijo, habla en esta entrevista sobre el acoso escolar y analiza el incremento de la violencia en la escuela.

-Profesor, ¿qué es acoso escolar, cuándo debemos utilizar estos términos en el ámbito de la escuela?

Juan Carlos Torrego.

-El acoso es una conducta de persecución o violencia física y/o psicológica que realiza un alumno o grupo de alumnos contra otro, al que elige como víctima. Esta acción, negativa e intencionada, sitúa a las víctimas en posiciones de las que difícilmente pueden salir por sus propios medios. La continuidad de estas relaciones provoca en las víctimas efectos claramente negativos: descenso en su autoestima, aislamiento, rechazo al entorno escolar, dificultades de concentración, estados de ansiedad e incluso cuadros depresivos, lo que dificulta el desarrollo normal de los aprendizajes y la integración social de la víctima. El acosador, por otra parte, desarrolla una personalidad violenta que va a tener graves repercusiones en su desarrollo personal. En cualquier situación de acoso tienen que contemplarse las siguientes características: reiteración en los ataques, de carácter físico o psicológico; intencionalidad de hacer daño a la víctima y asimetría de poder entre quien ejerce el maltrato y quien lo recibe.

-¿Cualquiera puede ser víctima de ‘bullying’?

-Suelen ser chicos y chicas inseguros, débiles, cautos, tranquilos, sensibles, con percepción negativa de sí mismos y autoestima baja y también suelen ser físicamente más pequeños y débiles que sus agresores. Puede haber también alguna característica diferencial que actúe como reclamo (ser gordito, bajo, feote, usar gafas, tener un problema de dicción, ser demasiado inteligente o destacar por sus notas (el ‘empollón’), el color de la piel..). A veces, y de forma más frecuente entre las chicas, la persona objeto de maltrato es aislada por el grupo debido a conflictos acontecidos (celos, problemas de protagonismo o liderazgo, alianzas …). Con frecuencia también las víctimas tienen dificultades para establecer relaciones sociales y para mantenerlas (personas solitarias con escasa relación con iguales). Suelen estar apegados a sus familias, principalmente a la madre. Al recibir agresiones aumenta su ansiedad y perciben el centro como un lugar inseguro y hostil. En ocasiones pueden desarrollar enfermedades de origen psicosomático como cefaleas o problemas digestivos, cuadros de ansiedad o depresión.

-Los agresores también tienen un perfil concreto…
-Son alumnos que afrontan los conflictos que plantean las relaciones sociales utilizando la violencia y la fuerza y buscando la sumisión de la víctima, que tienen problemas para empatizar y no tienen sentimiento de culpabilidad. Su nivel de integración escolar suele ser bajo y generalmente los padres justifican los actos violentos de sus hijos, o simplemente no están presentes para establecer normas y límites.
Los agresores necesitan del silencio y la complicidad de los espectadores, que mayoritariamente son los compañeros de las víctimas y de los agresores. En muchas ocasiones permanecen pasivos frente a la situación de maltrato de la que son testigos, bien por miedo a ser también maltratados o por una actitud de falta de compromiso y empatía con la víctima.

-¿Se está recrudeciendo el acoso escolar o los últimos acontecimientos son hechos puntuales que nada tienen que ver con un aumento de estas situaciones?
-No es un fenómeno reciente. Estas situaciones han existido siempre, si bien el desarrollo de las tecnologías está generando nuevos formatos de acoso que antes no existían.

-¿Qué tipos de acoso son los más frecuentes?
- Ni la Comunidad Autónoma ni el tamaño de la población determinan el tipo de acoso,como tampoco lo hace la titularidad del centro. Las situaciones de acoso se dan en todos los estratos sociales. En cuanto a la tipología del acoso los porcentajes se distribuyen del siguiente modo: agresiones verbales (entre el 27 y el 32% del total); exclusión social (8-11%); agresiones físicas indirectas (6-16%); amenazas (6,4%), agresiones directas (3,9%) y abusos sexuales y amenazas con armas (0,5-0,9%).

-Imaginamos que se trata de un asunto a abordar por toda la comunidad educativa pero, ¿cuáles son las pautas a desarrollar en el aula?
-El centro debe realizar una reflexión sobre cuáles son las líneas generales y las actuaciones concretas a desarrollar para gestionar la convivencia, y comprometerse en un plan que incluya iniciativas de prevención primaria y secundaria. Las primarias están orientadas a la mejora de la convivencia y deben ser útiles para evitar que se produzcan situaciones de maltrato: es el caso de los ‘programas de alumnos ayudantes’, que además de colaborar en el desarrollo social de los alumnos y alumnas directamente implicados, son de gran utilidad en la prevención del maltrato entre iguales, según investigaciones recientes. Las iniciativas de prevención secundaria están enfocadas a intervenir cuando se dan situaciones de maltrato y se quiere impedir que se conviertan en crónicas. Hoy ya es una necesidad, pero también una exigencia legal, que todos los centros cuenten con un plan de convivencia y un protocolo de actuación para hacer frente al acoso escolar.

¿Qué recomendaciones daría a un estudiante que perciba que está siendo acosado?

-Desde luego, no consentirlo y compartir la preocupación con personas cercanas de su entorno, educadores, familia, compañeros y, si se dispone en el centro, con el programa de alumnos ayudantes. El 13% de víctimas señala que nadie les ayuda, porcentaje que aumenta cuando se calcula respecto de quienes reciben las agresiones aparentemente más graves.

- ¿En qué está trabajando su grupo de investigación en relación con este tema?

-Estamos impulsando una línea de formación consistente en un curso de postgrado sobre mediación y resolución de conflictos que aborda este asunto de forma monográfica, junto con una línea consolidada de investigación sobre estas temáticas.