La UAH edita una guía para crear contenidos digitales accesibles a personas con discapacidad



La guía es fruto de los trabajos de investigación desarrollados en dos proyectos europeos coordinados en la UAH, ESVI-AL y USO+I, por los profesores José Ramón Hilera y Elena Campo respectivamente, y responde al compromiso de la Universidad con las personas con discapacidad.

Disponible en español y en inglés en la web www.esvial.org/libros , este documento puede descargarse de forma gratuita en formato ‘word’ y ‘pdf’, y aporta recomendaciones sobre cómo realizar documentos, presentaciones, vídeo, audios y

Elena Campo y José Ramón Hilera.
páginas web.

-¿Qué es un documento accesible, profesores?
-Elena Campo: La accesibilidad es la condición que tienen que cumplir los contenidos digitales para que sean perceptibles, comprensibles y utilizables por cualquier persona, independientemente de si tiene o no algún tipo de discapacidad. Documento digital accesible es por tanto aquel que permite a una gran mayoría de personas acceder sin problemas a la información que contiene.

-¿Hay muchos documentos inaccesibles en Internet?
-José Ramón Hilera: La gran mayoría de los documentos que encontramos en Internet no son accesibles, ya que no reúnen las características exigidas para que una persona con discapacidad pueda acceder sin obstáculos. Pero pocas personas se cuestionan si el material que cuelgan en la red es accesible o no. Este proyecto comenzó con la intención de capacitar a profesores universitarios del ámbito de América Latina en la realización de documentación accesible. Después pensamos que esas recomendaciones son válidas para todos, de ahí la edición de esta guía, útil para cualquiera que maneje documentos digitales.

-¿Y cuáles son las recomendaciones que debemos seguir al pie de la letra para que nuestro trabajo sea accesible en la red?
-José Ramón Hilera: Lo primero que tiene que quedar claro es que los consejos son universales y aplicables a cualquier tipo de tecnología. En la guía, para aportar ejemplos, utilizamos algunos de los editores más comunes, como ‘word’ para textos o ‘powerpoint’ para presentaciones con diapositivas, pero eso no significa que no pueda realizarse con otras herramientas informáticas. Por otro lado, hay editores, como Microsoft Office 2010, que ya incorporan una opción para comprobar si los distintos contenidos que estamos elaborando reúnen las condiciones de accesibilidad mínimas.
Partiendo de esas premisas, algunas de las recomendaciones para crear documentos accesibles con un editor de texto son las siguientes: hay que indicar el idioma en que está escrito un documento (para que el programa lector de pantalla que usa una persona ciega pueda generar la voz en el idioma correcto). El texto tiene que ser claro, la tipografía ‘sans serif’, como Arial o Verdana, ayuda a hacerlo más legible, y el cuerpo de la letra debe ser superior a 12 puntos. Es aconsejable evitar la letra cursiva y no abusar de la negrita. En el caso de los textos, la estructura también es muy importante, y es fundamental el uso de estilos en los títulos en las secciones, lo que permite generar de forma automática la tabla o índice de contenidos desde el que se pueda navegar directamente por las secciones sin tener que leer todo el documento desde el principio. Cuando insertamos una imagen siempre es recomendable incluir un título o un pie de foto que se pueda citar, y añadir un texto alternativo describiendo el contenido de la imagen, para que lo pueda escuchar un usuario que tenga problemas para verla correctamente.
El color también es un elemento a tener en cuenta. En importante evitar el uso del color como elemento indicador y a cuidar el contraste de colores. Finalmente, si es necesaria la utilización de enlaces dentro de un documento, los del tipo ‘pinche aquí’ o ‘más información’ no son lo más adecuado.
Estas normas son también aplicables a otro tipo de documentos digitales: webs, presentaciones…

- Cuando hay imágenes de por medio, como en presentaciones o vídeos, ¿las acciones son diferentes?

-Elena Campo: En las presentaciones la norma fundamental es que se agregue texto alternativo a imágenes y objetos de tal manera que, al pasar el puntero por encima de ellas los lectores de pantalla ayuden a las personas invidentes a comprender el significado de las mismas. En las tablas, debemos especificar la información en los encabezados de columna para poner en contexto al oyente, ayudar a la navegación por la tabla y comprobar que todas las diapositivas tienen título. Por otro lado, hay que evitar el uso de animaciones y transiciones automáticas. En lo que respecta a materiales audiovisuales, volvemos al sentido común: los vídeos tienen que disponer de una transcripción del texto o audiodescripción, para invidentes, y también tiene que estar subtitulado, para personas con problemas auditivos. Y, por último, las páginas web deben ser responsivas, manejables en cualquier tipo de soporte (ordenador, Tablet, teléfono móvil…), con una presentación coherente y homogénea en los elementos de navegación. Por otro lado, existen herramientas que valoran el nivel de accesibilidad de las páginas web y hacen recomendaciones para su mejora: eXaminator, que es española, y Tingtun Ckeckers son dos de ellas.

-El mensaje, profesores, es que se puede y se deben hacer materiales digitales accesibles

-Elena Campo: Desde luego, son pautas muy simples, sin ninguna dificultad técnica. El coste es solo de tiempo. Y, sin duda, la pauta más importante es dejarse guiar por el sentido común y huir de excentricidades.
-José Ramón Hilera: Es importante recordar que para la Administración Pública es una exigencia legal, incluso, ya que la normativa española exige que el material digital sea accesible. Y eso afecta, entre otros, a las universidades. Es decir los docentes y PAS que elaboramos documentos digitales tenemos la obligación de que sean accesibles. Y esta guía nos puede ayudar a conseguirlo.