El profesor de la UAH Miguel González Herráez, Premio de Investigación Miguel Catalán 2014




La UAH está de enhorabuena. Por segundo año consecutivo, uno de sus profesores más prometedores ha obtenido el Premio de Investigación Miguel Catalán en Ciencias Experimentales, que concede la Comunidad de Madrid a investigadores menores de 40 años.

Se trata del profesor titular del Departamento de Electrónica, Miguel González Herráez, miembro del grupo de investigación Fotónica, GRIFO, que recibe este reconocimiento ex aequo con el biólogo Fernando Tomás Maestre Gil.

Miguel González Herráez.


Dotado con 21.000 euros, el Premio Miguel Catalán tiene por objetivo incentivar la actividad investigadora y recompensar el esfuerzo, la excelencia investigadora y las trayectorias profesionales en Ciencias y Humanidades. En el caso de Miguel González Herráez, la Comunidad reconoce con él ‘sus importantes trabajos de investigación en la medida distribuida de dispersiones en fibras ópticas, con los que ha logrado varias patentes internacionales’.

Este premio llega en un momento brillante para este joven investigador de 37 años: obtuvo el Premio Joven Investigador de la UAH con 31 años, tiene el honor de haber logrado la primera ERC Starting Grant de la UAH y ha recibido recientemente el Premio Madri+d a la Mejor Patente con un sistema para la mejora del rango dinámico y la reducción de medida en sensores distribuidos sobre fibra óptica. Por si fuera poco, en 2012 recibió el Premio ‘Agustín de Betancourt’, otorgado por la Real Academia de Ingeniería.

-Profesor, menudo año de reconocimientos…
-Sí, la verdad es que este año ha comenzado muy bien… Estoy muy contento con este premio y lo que lamento –dice bromeando- es que poco a poco me voy acercando a los 40 y luego va a ser más complicado recibir reconocimientos de este tipo.

-Tiene una trayectoria impecable. ¿Dónde está el truco?
-No hay truco. Todo es fruto del trabajo y del equipo del que te rodeas. También cuenta la suerte. Cuando llegué a la UAH en 2004 tuve una conversación telefónica con un colega de la que surgió una idea para modificar la velocidad de la luz en fibras ópticas, a temperatura ambiente y en cualquier longitud de onda. Conseguimos sintonizar la velocidad de pulsos de luz entre 71.000 kilómetros por segundo hasta el infinito, algo que ha tenido una gran repercusión a nivel mundial. De hecho, el DARPA, la agencia de investigación en defensa americana, invirtió más de 20 millones de euros en un programa destinado a avanzar en esta idea y se creó un congreso mundial que todavía se celebra. Esa fue la puerta que me abrió muchas vías de actuación y muchas posibilidades para obtener financiación, para poder desarrollar nuevos proyectos.

Luego llegó la ERC Starting Grant, que nos está permitiendo desarrollar con lafinanciación adecuada un proyecto ambicioso. Una de nuestras líneas de trabajo en el grupo GRIFO son los sensores distribuidos sobre fibra óptica. Se trata de sensores que, sobre un cable de fibra convencional, permiten analizar de forma independiente distintos parámetros como la temperatura, la presión, la deformación, la vibración… en cada punto de la fibra. La patente que hicimos en el 2009 ha tenido un éxito importante, ha revolucionado el panorama de los sensores distribuidos y está teniendo aplicación ya en instalaciones como oleoductos, gaseoductos, redes ferroviarias y otras grandes infraestructuras en las que se instalan tendidos de fibra lineales. Una de las aplicaciones finales de este proyecto sería conseguir un sistema de monitorización biomecánica en prendas de vestir para controlar, por ejemplo, si la persona que lleva esa prenda tiene riesgos de caída o su temperatura está alterada. Sería muy interesante para los deportistas y también para las personas mayores dependientes.

Por otra parte, participamos en otro proyecto colaborativo ECOAL-MGT, cuyo objetivo es estudiar de forma continua las pilas de desecho de carbón e identificar los peligros y la evolución de los escenarios que permitan generar acciones a tiempo para minimizar el impacto negativo de esos restos de carbón.

-¿Qué le ha aportado la ciencia, profesor? ¿Por qué optó en su día por la docencia y la investigación?
-Porque me gusta y porque es lo que se me da bien. Sé que tengo cierta intuición para ver por dónde van las cosas. ¿Qué me ha aportado? Mucho trabajo y muchas alegrías. Cada alegría viene acompañada de más trabajo… y de una manera de ver la vida, enfocada a resolver problemas pequeños. Acabas teniendo cierta capacidad analítica para ver dónde están los fallos y cuáles son las posibles soluciones.

-Para la UAH es una suerte que usted, que se doctoró en la Universidad Politécnica de Madrid y fue miembro del CSIC, forme parte de su plantilla
-Yo llegué a la UAH en el año 2004, con una plaza de profesor interino y estoy muy satisfecho con la decisión. La Universidad siempre me ha apoyado. Siempre he tenido respaldo para ‘meterme en mis líos’, cada vez más gordos, y la institución ha sido generosa conmigo, empezando por mi Departamento y continuando con la Escuela. Desde luego, estoy muy agradecido a mis compañeros del Departamento de Electrónica y a Carmen Sastre, la responsable de Administración de la Escuela Politécnica. Estoy a gusto y espero seguir estándolo. No me veo en otro sitio.

-Profesor, no corren buenos tiempos para la investigación científica, pero su trayectoria demuestra que en los malos tiempos también se puede salir a flote y continuar creciendo
-Sí, es verdad que a mí en esta época no me ha ido mal… Mi imagen como investigador se ha ido consolidando desde el año 2005, justo en los años previos a la crisis. En mi caso, la financiación no ha sido un problema, fundamentalmente porque casi toda ha venido del exterior. El objetivo ahora es tratar de seguir creciendo y eso solo se logra con resultados.

-Háblenos de futuro, ¿qué tiene en sus manos ahora?
-En este momento estoy revisando una nueva patente que, si funciona, nos mantendrá a un gran nivel dentro de 5 años. No puedo adelantar nada, claro, pero se trata de una nueva idea que debería permitir una nueva dimensión en el control y resolución de estos sensores.

Publicado en: Archivo UAH investiga