La urna aparecida en la lápida del Divino Vallés vuelve a la Capilla de San Ildefonso 4 años después

 

Tras la restauración de la urna en el Museo Arqueológico Regional (MAR) y de un estudio exhaustivo de los huesos llevado a cabo por las expertas de la UAH Virgina Galera y María Dolores Garralda, el cofre ha regresado a la Capilla de San Ildefonso y se puede contemplar en el exterior del muro.

Hace casi 4 años, el 14 de abril de 2011, durante las obras de restauración de la Capilla de San Ildefonso, se localizó un cofre de plomo que contenía restos óseos justo detrás de la lápida sepulcral de don Francisco Vallés, médico de Felipe II. Desde el primer momento se especuló con la posibilidad de que esos huesos pertenecieran al que se conoce como creador de la anatomía patológica moderna.

Imagen de los restos óseos localizados en la urna.


El vicerrector de Extensión Universitaria y Relaciones Institucionales, José Raúl Fernández del Castillo, la viceconsejera de Turismo y Cultura, Carmen González, y el director general de Patrimonio Histórico, Fernando Gonzalo Carrión, han visitado recientemente la Capilla de San Ildefonso, a la que ha vuelto la urna, ya restaurada, que contiene los restos que se atribuyen al Divino Vallés.

Los estudios realizados evidencian que los huesos hallados en el interior de la urna pertenecen a varios humanos (adultos y niños) y a animales. Asimismo, la historia corrobora que este gran médico renacentista español, al que Felipe II denominó ‘el Divino’ (por curarle de la gota) falleció en Burgos en 1592 y que sus restos se trasladaron a la Capilla por expreso deseo del rey para darles sepultura. También hay documentación sobre cómo en el siglo XIX (en 1862) los restos del médico se exhumaron y se introdujeron en el recipiente metálico que, tras permanecer seis meses en dependencias de la Universidad, volvieron a emparedarse en la Capilla.

Imagen de la urna.
En esta entrevista, el delegado del rector para Patrimonio Universitario, Javier Rivera, y la experta en Antropología Forense y profesora de la UAH, Virgina Galera, aportan datos sobre este asunto que entusiasma a los investigadores, a los amigos de la Universidad de Alcalá y a los aficionados a la Historia.

-Profesor, el cofre de plomo queda a la vista de todos los visitantes de la Capilla. Podemos decir que esa urna ocupa un lugar privilegiado en la Capilla de San Ildefonso, ese tesoro patrimonial de la Universidad de Alcalá.
-Javier Rivera: La urna de plomo del siglo XIX, que se expone a partir de ahora en el mismo arcosolio en el que apareció, ha sido restaurada por la Comunidad Autónoma de Madrid en el Museo Arqueológico Regional. El trabajo ha corrido a cargo del restaurador Javier Casado, que ha eliminado diversas deformaciones y ha recuperado los colores originales. Por otra parte, la caja transparente que la protege y los perfiles de hierro los ha diseñado el arquitecto de la UAH José Luis de la Quintana.
Prácticamente vuelve al mismo lugar, pero al exterior del muro, para que el recuerdo de este gran personaje sea memoria y ejemplo para todos los que visiten la Capilla. También nos hará evocar a todos los estudiantes y profesores que fueron enterrados en este lugar hasta el siglo XIX y recordar que el espacio más emblemático de la ciudad de Alcalá a día de hoy, era donde se celebraban los fastos más notables de la Universidad.

-Profesora, ¿qué encontraron en esa urna y qué trabajos han llevado a cabo en este tiempo?
-Virginia Galera: Nos encontramos con una urna en muy mal estado de conservación, cuyo interior estaba recubierto con tablas de madera, en su mayoría rotas, y una mezcla de restos esqueléticos sin conexión anatómica alguna, algunos de ellos fragmentados y entremezclados con pequeños restos de material de construcción.
Cuando procedimos a la exhumación del contenido de la urna nos dimos cuenta de que había huesos de varios individuos,
Imagen de cómo se exhibe la urna en el exterior de la lápida.
algunos de ellos infantiles e, incluso, dos fragmentos óseos no humanos. Todo ello fue sacado y documentado por los especialistas que participamos en esta fase del estudio, quienes también actuamos como testigos de lo que contenía la urna.

-La urna se localizó en abril de 2011, han pasado prácticamente 4 años desde la localización de los restos y ahora vuelven a la urna…
-Virginia Galera: Tanto la exhumación como el estudio antropológico se llevaron a cabo en el 2011, con los medios materiales y personales de las instituciones participantes (UAH, IUICP, CGPC, SECRIM y MAR) y sin contar con ningún tipo de subvención específica para tal fin. Desde entonces, no se ha realizado ningún nuevo estudio sobre dichos restos, que han permanecido bajo custodia del MAR.
Desde mi punto de vista, la investigación sigue abierta y a la espera de fondos específicos para la misma.
Los datos históricos indican que tanto la esposa como el hijo mayor (Abad de Covarrubias) tenían derecho a ser enterrados junto a Vallés en la capilla de San Ildefonso, pero no se tiene información de si fueron inhumados allí o no.
Quizás la aplicación de algunos de los análisis moleculares (ADN) en uso sobre los restos de los adultos encontrados en la urna permita obtener nuevos datos tanto sobre el diagnóstico sexual como sobre la posible filiación madre-hijo, en el caso de que se tratara de la esposa de Vallés y de su primogénito, o sobre el número de individuos adultos representados en la urna. La identificación positiva del doctor Vallés y/o de su familia, requeriría la existencia de, al menos, un familiar próximo accesible (vivo o muerto) con el que poder contrastar los resultados de los análisis de ADN.
Incluso pudiera ser interesante la obtención de algunas fechas de Carbono 14 (MAS-C14) a partir de los huesos de los adultos, que quizás nos aclararan las dudas sobre las respectivas cronologías.

-Profesora, para una investigadora debe ser muy emocionante enfrentarse a un trabajo de este tipo, ponerse delante de unos huesos del siglo XVI, sabiendo que pueden tratarse de los retos de un hombre ilustre, como es el caso….
-Virginia Galera: Claro que es emocionante pensar que allí pueden estar los restos de tan ilustre personaje, tanto por lo que ha representado para la Historia como, más concretamente, para nuestra Universidad. También ha supuesto una gran responsabilidad a nivel personal.
Estoy enormemente agradecida a mis autoridades académicas por haber puesto en mis manos tan interesante caso, y también lo estoy con todas las instituciones y colegas que han participado en esta aventura y han ayudado a esclarecer el asunto.
Es emocionante pensar que vas a encontrarte con los restos del Vallés pero aún lo es más conocer lo que nos ha contado la Ciencia. Todavía no tenemos todas las respuestas. Esperemos que pronto, y gracias a los datos moleculares y ahondando en la historia, podamos seguir aclarando el misterio que esconde la urna del doctor Vallés.