José L.Zamorano, profesor de la UAH, investiga una prenda inteligente que monitoriza el corazón


Es jefe del Servicio de Cardiología del hospital Ramón y Cajal y profesor de la UAH. José Luis Zamorano es un referente en la investigación cardiovascular y también un convencido de que la educación es el mejor instrumento para prevenir las enfermedades cardiovasculares, consideradas como la primera causa de muerte en España y en el mundo.

En esta entrevista habla de los avances que han facilitado las nuevas tecnologías en la monitorización del corazón. Un asunto que no le es ajeno, ya que es investigador de una prenda inteligente, similar a una top deportivo femenino, que permite grabar lo que hace el corazón de los pacientes de forma permanente y telemática. También aporta algunas claves para prevenir una enfermedad que está muy relacionada con el estado anímico y la forma de afrontar la vida.

José Luis Zamorano.


-Profesor, los avances en la monitorización del corazón son imparables y muy importantes

--Sí, el corazón funciona como una máquina perfecta: expulsa 7.000 litros de sangre al día, late 100.000 veces al día de forma rítmica y constante, gracias a una especie de ‘pila’, que es el nodo sinusal. El registro de la actividad del corazón siempre ha sido importante. No olvidemos que en el comienzo, se utilizaba el Holter, una máquina de 10 kilos. Después fueron reduciendo su tamaño de forma paulatina y ahora hay dedales que tienen las mismas funciones que ese Holter original pero el cableado es el mismo. No obstante, en los últimos 20 años la técnica ha innovado de forma revolucionaria y estamos en otro estadio en el que se está desarrollando ropa inteligente que identifica alteraciones del ritmo cardíaco. En este ámbito entra la prenda inteligente que estamos investigando para monitorizar la actividad cardíaca de nuestros pacientes de forma telemática. Y lo que queda por venir… ya que estamos desarrollando proyectos en los que la monitorización del corazón se lleva a cabo mediante implantes subcutáneos a través de una jeringa. En definitiva, la cardiología no es ajena a la revolución tecnológica existente en la sociedad.

-La UAH ofrece una formación muy cualificada en el ámbito de la cardiología

-La cardiología tiene un peso muy importante en los estudios sanitarios que se ofrecen en esta Universidad. No solo durante los estudios de Grado, también se están desarrollando varias tesis doctorales en este ámbito y tenemos una formación postgrado muy interesante, con un Máster en prevención global de riesgo cardiovascular on line y, gracias a la Cátedra de Trombosis Cardiovascular Daiichi Sankyo – UAH, este año vamos a inaugurar un curso de experto en trombosis cardiovascular .

-Una Cátedra que ya ha sido premiada, a pesar de su corta trayectoria

-Sí, hemos recibido un premio a la innovación por parte del Diario Médico. Esta cátedra se ocupa de la investigación, la divulgación científica y la educación médica continuada en el ámbito de la trombosis. No olvidemos que la enfermedad cardiovascular es un tema muy importante en la sociedad y, por tanto, tenemos que educar mucho para concienciar.

-Las cardiopatías son la primera causa de muerte en el mundo pero ¿estamos concienciados de lo importante que es cuidar nuestro corazón?
-No, en absoluto. Creo que queda mucho trabajo para concienciar a la población en general y también al paciente. El problema de los factores de riesgo cardiovasculares, tal y como yo lo concibo, es que no solo no duelen, es que además gustan. Yo puedo insistir una y mil veces que el tabaco es malo, pero el paciente, antes de que empiecen los síntomas, fuma porque le gusta. Es cierto que cuando el corazón empieza a ‘doler’, ya contamos con pacientes entregados, dispuestos a cualquier cosa, pero previamente es muy difícil que tú le digas a alguien que deje de comer grasas porque el colesterol malo es muy dañino para la salud cuando comer grasas está proporcionándole placer.
La educación, de verdad, es docencia de por vida. Sobre todo en la Universidad. Nosotros como profesores impactamos de por vida en los miles de estudiantes que pasan por nuestras aulas, porque ellos serán los futuros médicos y los que tendrán capacidad de influir en su entorno para que la educación sanitaria mejore. Esto es uno de nuestros principales retos.

-Profesor, hemos hablado de factores de riesgo relacionados con los hábitos de vida saludable, pero estos hábitos tienen que extenderse también a nuestra forma de afrontar la vida…
-Sin duda el nivel de estrés influye muchísimo en este tipo de enfermedades. Yo siempre digo que debemos tener un tipo de vida plena y eso incluye evitar el estrés al que está sometido la sociedad occidental.
Por eso, yo recomendaría evitar factores de riesgo como el tabaquismo o el colesterol ‘malo’, (el LDL tiene que estar bajo), tenemos que tener la tensión arterial por debajo de 14/9, tenemos que cuidar y saber si somos diabéticos y hay que hacer ejercicio, pero una sonrisa sana hará un corazón feliz.