El profesor Vicente Ortuño y el apasionante mundo de los insectos

Más del 70% de las especies, cuando hablamos de biodiversidad, pertenecen al grupo de los artrópodos. Por eso no es de extañar que gran parte de los investigadores se centren en el estudio de estas especies, sin embargo, su alcance y cobertura -tanto mediática como social- no es de gran envergadura. Los resultados de sus trabajos suelen aparecer publicados en revistas de carácter científico "pero con poca trascencencia en los medios a no ser que la noticia sea curiosa o tenga algo de espectacular", -explica Vicente Ortuño-, profesor de la UAH y entomólogo.

- Galería de imágenes: Vista de algunos insectos conservados en ámbar y otras nuevas especies.

La entomología es el estudio de los insectos y por extensión, también de los artrópodos. Cuando hablamos de entomología nos referimos a los insectos, pero en biología se extiende a grupos taxonómicos próximos como los arácnidos... Esta entomología se divide en dos categorías en función del tiempo: Neoentomología, que estudia la fauna moderna y contemporánea a nosotros y la Paleoentomología, que investiga sobre los insectos y artrópodos del pasado en cualquier yacimiento fosilífero.
A Vicente Ortuño le han apasionado los insectos desde que era pequeño y comenta que tuvo la suerte de encontrar el apoyo de su familia, más en concreto de su padre, para dedicarse a la investigación de estas especies.

- La percepción que tiene la sociedad de estos animales es más bien de repugnancia, es fácil cambiar este estigma? ¿A qué se debe esa percepción tan negativa?
Sí, estoy totalmente de acuerdo. La percepción es negativa, es verdad que hay insectos perniciosos, también artrópodos, pero ocurre que normalmente lo negativo es más noticia porque hace más ruido que lo positivo. Hay insectos que producen plagas y enfermedades y eso es grave, pero hay otros muchos que son beneficiosos como agentes polinizadores y también muy beneficiosos desde un punto de vista más silente; los insectos se encargan del mantenimiento de los ecosistemas. Estamos rodeados de cantidad de aves que ponen diversidad, color y musicalidad a nuestro ambiente y esos animales subsisten gracias a los insectos porque se alimentan de ellos. Lo que ocurre es que tradicionalmente prevalece ese aspecto negativo y culturalmente se transmite la repulsión y el rechazo hacia los insectos.

- ¿Son los insectos los grandes olvidados de la investigación?
No son los grandes olvidados de la investigación pero no son los grandes favorecidos. Hay mucha gente en el mundo que estudia los insectos y artrópodos. Aproximadamente el 70% de la biodiversidad son artrópodos. Se investiga mucho pero el problema es el calado social que tiene esa investigación. Se publica en muchas revistas de investigación y muy especializadas pero si no es verdaderamente singular no sale en los medios de comunicación y pasará inadvertido. No son igualmente reconocidos que los vertebrados.

- ¿Puede que su pequeño tamaño les haga pasar más inadvertidos?
No todos los insectos son minúsculos, algunos coleópteros tienen una envergadura tan grande como la de un gorrión y pueden llegar a pesar casi 200 gramos y eso es un tamaño más que considerable. Sí es cierto que la media del tamaño de los artrópodos es muy pequeña y eso les hace menos visibles y hace que nos fijemos menos en ellos.

¿Intentas transmitir este gusto por los insectos en tus clases?
Sí, sí que lo intento y a veces lo consigo. Yo soy un apasionado por la vida en sentido biológico y procuro entusiasmar a mis alumnos y hacerles ver que quien estudia biología debería concebir la vida de otra manera. Porque vivir la biología es vivir más en el ser que en el tener.

¿Podrías explicar cómo llega a fosilizarse un insecto en ámbar?
El ámbar es una resina mineralizada que con el paso del tiempo se convierte en una especie de gema, en un mineral de origen orgánico. Las coníferas exudan resina y los insectos que al volar son arrastrados por el viento quedan enganchados a esa resina, una sustancia pegajosa que sale de las cortezas de las coníferas. Si al insecto que ha quedado prendado en esa sustancia le sigue cayendo más, termina por cubrirle quedando inmerso en ella. Cuando esa resina ha quedado oculta por sedimentos, se produce un proceso de polimerización de la resina. El insecto se conserva momificado casi a la perfección.

¿En la actualidad trabajas en algún grupo de investigación?
En compañía de otros paleoentomólogos hemos formado un grupo de investigación que estudiamos y gestionamos el ámbar de Álava y otros yacimientos ambarígenos que se han descubierto en otros puntos de la península. En concreto, en Álava, nosotros estudiamos las piezas, que están perfectamente preparadas por un gemólogo que las deja en condiciones óptimas para que nosotros podamos estudiarlas. Sin su colaboración nuestro trabajo sería mucho más farragoso.

¿Qué has aprendido de los insectos?, ¿Qué te han enseñado?
Me han enseñado a ser disciplinado. Básicamente, para tener éxito en la investigación hay que ser una persona disciplinada y trabajadora. Yo le digo a mis alumnos que para ser un buen investigador no hace falta ser Einstein, sólo hay que echar muchas horas de trabajo y tener un buen manejo de las fuentes bibliográficas. La investigación me ha enseñado a ser disciplinado y trabajador y en un sentido más filosófico a buscar la felicidad durante el camino y no en la meta. En todas esas horas de trabajo también hay que ser feliz, ese trabajo no tiene por qué ser un sacrificio para conseguir una meta.

¿Algún proyecto de futuro?
Sí, me gustaría potenciar el estudio de la fauna subterránea, una línea de investigación fantástica. En cuestión de poco tiempo sacaré media docena de artículos para publicar en revistas extranjeras que son las que realmente reconocen nuestro trabajo, y así poder seguir trabajando en el estudio de la fauna subterránea. Sin dejar los insectos fósiles, por supuesto.

Vicente Ortuño lleva varios años dedicándose a la docencia en la Universidad de Alcalá y destaca que trabajar en este centro es de lo mejor que le ha pasado en la vida, no sólo por el prestigio y las oportunidades que le ha brindado esta universidad, también por el elenco de profesores con el que trabaja en el departamento, del cual se siente muy agradecido por la acogida que tuvieron con él.