Almudena Quintana, una bibliotecaria en el Instituto Cervantes de Tetuán



Almudena Quintana Arranz
realizó en la UAH la licenciatura de Documentación y recientemente ha terminado el Máster de Documentación que ofrece esta universidad. Hace unas semanas recibió el VIII Premio Nacional CEDIC a la Calidad e Innovación en proyectos digitales.

En este momento, Almudena Quintana Arranz trabaja en la sede del Instituto Cervantes en Tetuán, donde ha llevado a cabo el proyecto de digitalización del fondo documental del arquitecto Alfonso Sierra Ochoa, custodiado en la biblioteca del Instituto en esta ciudad. El trabajo desarrollado ha sido premiado con el VIII Premio Nacional CEDIC a la Calidad e Innovación en proyectos digitales.

Almudena Quintana Arranz.


También ha sido comisaria de la exposición ‘Tetuán Desafío Moderno 1912-1920. Alfonso Sierra Ochoa y la cuestión de la vivienda', que se ha exhibido en Tetuán y Casablanca.

En esta entrevista, Almudena explica su implicación en la digitalización de este fondo documental.

-¿Qué estudió en la UAH?

-Estudié la Licenciatura de Documentación, que finalicé en 2007, y el año pasado decidí seguir formándome en el nuevo Máster de Documentación, en modalidad semi-presencial, que terminé en junio.

-¿Que recuerdos tiene de su paso por la UAH?

-Recuerdo sobre todo la época de la licenciatura, la formación presencial, los viajes en tren y coche de Madrid a Alcalá todas las tardes, el jardín de la parte de atrás de la antigua Facultad de Documentación, los enormes ventanales, y la rareza arquitectónica del edificio... Recuerdo compañeros de todas las edades y diferentes procedencias, la maravillosa ciudad de Alcalá, los edificios de la Universidad… Pero recuerdo especialmente a algunos profesores que, además de enseñar, se implicaban personalmente con los alumnos y fueron un motor importante de motivación: Carmen, Yolanda, Mónica, Ubaldo, Julio, Emilio... De lo que guardo también muy buenos recuerdos es de la beca Erasmus: todo un mundo académico nuevo por descubrir, una de las mejores universidades donde completar los estudios de Documentación, la Universidad de Boras, en Suecia, y una de las mejores experiencias de mi vida.

-Acaba de recibir el premio nacional SEDIC, pero vamos a empezar por el principio: háblenos de tu trayectoria profesional y cuéntenos cómo recala en el Instituto Cervantes de Tetuán
-Comencé a trabajar en el Instituto Cervantes de becaria en el departamento de Documentación de la sede central de Madrid. Fueron cinco meses en los que aprendí mucho de la institución, del trabajo en red, de la búsqueda documental, de todas las herramientas y utilidades que un profesional tiene que ser capaz de manejar y de la importancia de la actualización y formación continuas. Cuando estaba trabajando en la sede salió una oportunidad de trabajo de bibliotecaria a media jornada en la biblioteca de Casablanca y me presenté sin pensármelo, con muchas ganas de conocer un país diferente y, al mismo tiempo, de conocer la institución en el exterior. Allí me encontré con una compañera maravillosa con la que hice muy buen equipo y llegué a conocer la institución desde el otro lado, su acción en el exterior. Sobre todo, el trabajo de bibliotecaria en el Instituto Cervantes de Casablanca me dio tablas y seguridad para abordar proyectos y tirar hacia delante. Después de pasar tres años en Casablanca, conseguí la plaza de bibliotecaria en Tetuán, donde llevo ya casi cuatro años que se han pasado rapidísimo.


-¿Cuáles son sus funciones en este momento dentro del Instituto?
-Soy la responsable de la biblioteca del centro que, además de apoyar la labor académica y cultural de la institución, está abierta al público y cuenta con muchos lectores y actividades de extensión bibliotecaria. La historia de la biblioteca del Instituto Cervantes de Tetuán se remonta a la mitad del s. XX y es una biblioteca de referencia en la ciudad; en sus orígenes llamada Biblioteca Española. Es una biblioteca un poco especial dentro de la Red de Bibliotecas del Instituto Cervantes (RBIC) por la historia misma de la ciudad, antigua capital del Protectorado Español en Marruecos, y la documentación patrimonial que conserva, así como por la cantidad de usuarios que recibe por la cantidad de hispanohablantes que sigue habiendo y la intensa actividad universitaria de Tetuán y sus alrededores.
La biblioteca facilita el préstamo y consulta de los fondos patrimoniales y modernos, y dispone también de un departamento de documentación desde donde se responde y orienta cualquier consulta relacionada con la lengua y cultura hispanas. Desde aquí se gestionan también las bibliotecas de las extensiones del Instituto Cervantes en Chauen y Larache.
Además, realizamos clubs de lectura, participamos en Ferias del Libro, llevamos las redes sociales del centro y proyectos puntuales como la digitalización del Fondo Alfonso de Sierra Ochoa, un fondo patrimonial de arquitectura de la época del Protectorado Español en Marruecos (1912 – 1956) de alto valor histórico.

-Y, ya centrándonos en el proyecto premiado, ¿qué ha supuesto para usted este galardón?

-Es un reconocimiento a muchos años de trabajo de diferentes profesionales involucrados en la salvaguarda de la documentación, valorando el vasto potencial del fondo. Los bibliotecarios que estuvieron antes que yo en la biblioteca se encargaron de su recuperación, evaluación, clasificación, conservación, descripción e inventario, y cuando yo llegué parecía claro que el paso final del proceso consistía en la digitalización.
Esta última etapa de digitalización y difusión han supuesto dos años de trabajo y la implicación de diferentes profesionales, arquitectos, antropólogos, traductores, diseñadores y, por supuesto, bibliotecarios, archiveros y documentalistas. Es un Premio muy repartido para todos los que han hecho posible el proyecto.

-¿Quién es el arquitecto Alfonso de Sierra Ochoa y cuál es la importancia del fondo documental digitalizado?
-Fue el último arquitecto municipal de Tetuán durante la época del Protectorado, ejerciendo esta labor en dos etapas de 4 años cada una, de 1945 a 1949, y de 1955 a 1959. Tenía un profundo conocimiento de la ciudad, de los diferentes problemas urbanos y de la forma en que podrían ser abordados. Sus numerosos escritos y publicaciones sobre urbanismo, vivienda y construcción en Tetuán y sus apuntes para una teoría sobre la vivienda marroquí son documentos de obligada referencia para estudiosos e investigadores. Los documentos cedidos por este arquitecto documentan tanto su actividad privada como su experiencia como arquitecto municipal.
Con vistas a la preservación y conservación del fondo, se plantea su digitalización, evitando de esta forma su deterioro por las diferentes consultas de los usuarios. Siendo en gran medida inaccesible en territorio marroquí buena parte de la documentación original relativa al urbanismo y arquitectura de la época del Protectorado español en Tetuán, este Fondo Alfonso de Sierra Ochoa de la biblioteca de Tetuán supone una rica fuente documental de la acción española en el norte de Marruecos, de la mano de uno de los arquitectos más implicados de la época.

-¿Qué aporta de innovación y calidad este proyecto de digitalización de fondos?
-Este proyecto abarca tanto la valoración, descripción, digitalización y difusión de la documentación como la conservación física del material original y digital. Se trata de una iniciativa basada en la responsabilidad de la labor de diferentes bibliotecarios y documentalistas a lo largo de un extenso período de tiempo, que tiene en cuenta todos los elementos de un proceso de digitalización atendiendo a la calidad como requisito imprescindible, y que promueve el acceso democrático al patrimonio documental y el derecho a la información a través del acceso digital. El repositorio se encuentra accesible, a través del repositorio institucional creado con el gestor de colecciones digitales ContentDM, en las colecciones digitales del Instituto Cervantes.
Quizás la principal innovación que supone este proyecto es la importancia que se le ha dado a la difusión del mismo a través de diferentes iniciativas: inclusión en otros repositorios, la creación de una exposición que aglutinaba el fondo original, digitalizado, e investigaciones contemporáneas a partir del mismo fondo, la elaboración de un catálogo digital con los contenidos de la exposición y la difusión del proyectos en Congresos internacionales.

-La documentación, el universo del archivo, ha adquirido una relevancia enorme en la era digital y de las nuevas tecnologías de la información...
-La metodología investigadora cambia cada día y el acceso en línea a los contenidos digitales crece exponencialmente, sin duda. De igual manera, también se descubre que la Internet invisible, aquella no recuperable por los buscadores comunes, que no tiene acceso a los repositorios y catálogos de las instituciones custodias de la documentación, supone un freno para la comodidad del investigador actual.
De eso nos hemos dado cuenta en este proyecto: la importancia de aparecer en la web, camino obligado para los bibliotecarios como proveedores de información. La web es el escaparate de primera consulta que orienta al usuario hacia nuestros fondos, bien sean referenciados, descritos o digitalizados. Por ello, además de conservar, se convierte en una tarea fundamental la difusión de nuestros servicios y colecciones a través de la presencia en otros portales, directorios, repositorios, gestores de contenido o redes sociales. A partir de unos objetivos claros deben establecerse estrategias de difusión que permitan dar visibilidad y promocionar los recursos con los que contamos.
Los gestores de la información tienen un papel clave en este nuevo contexto digital donde la 'infoxicación' y la delicada gestión de los recursos para su mayor aprovechamiento requiere de profesionales actualizados para este nuevo panorama de gestión, catalogación y conservación de la información. Sin duda, no se puede convertir todo lo analógico a digital, bastante esfuerzo requiere ya hoy la conservación de la información nacida digital, pero sí se debiera considerar la digitalización de aquella documentación importante, patrimonial, o relevante que, con un juicio de valor y unos criterios establecidos y consensuados, sirva como un medio más para la conservación de la misma.

-Es un ejemplo de éxito profesional, ¿qué recomendaría a los estudiantes de la UAH?

-Sobre todo confianza y motivación, creer en lo que haces, y que el reconocimiento sea la satisfacción del trabajo bien hecho; si después se reconoce de otra manera, mucho mejor, pero la responsabilidad y la superación deberían estar siempre presentes permitiéndonos aprender cada día. No hay mejor manera de crecer laboral y espiritualmente.