Los antibióticos que tomamos están dañando el ecosistema acuático
Los antibióticos que tomamos, que usamos para la ganadería y la agricultura y para otros procesos productivos están dañando seriamente el ecosistema acuático. Así lo determinan las investigaciones desarrolladas por un equipo de investigadores del área de Ingeniería Química de la UAH.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Alcalá y publicado en una de las revistas de mayor índice de impacto en el sector de las tecnologías ambientales, ‘Water Research’, se titula‘Toxicidad de 5 antibióticos y sus combinaciones en los organismos acuáticos fotosintéticos: implicaciones para la evaluación del riesgo medioambiental’ y pone en evidencia que la presencia de antibióticos en el agua, en concentraciones muy bajas, es potencialmente dañina para
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Roberto Rosal y Karina Boltes. |
Este estudio lo lideran en la UAH el catedrático de Ingeniería Química, Roberto Rosal, la profesora Karina Boltes y la investigadora postdoctoral Soledad Gonzalo, pertenecientes al grupo de investigación ‘Gestión Integral del Agua y Procesos Biotecnológicos’, en colaboración con investigadores del departamento de Biología de la UAM. El objetivo es analizar el efecto de los siguientes antibióticos de uso común: amoxicilina, tetraciclina, levofloxacino, norfloxacino y eritromicina en las algas verdes y las cianobacterias, organismos que están en la base de los ecosistemas acuáticos.
'La investigación pone en evidencia, además, que cuando los antibióticos se mezclan entre sí su toxicidad aumenta, siendo mayor que cuando están por separado, aparecen sinergias y los efectos nocivos se potencian', señala Rosal.
Es decir, que los residuos de antibióticos combinados 'son mucho más dañinos para el medio ambiente que por separado”, matiza.
¿Cómo llegan esos residuos a los acuíferos?. La respuesta es simple: en las aguas residuales, sobre todo. Como explica la profesora Boltes, ‘al igual que ocurre con otros compuestos emergentes (componentes de geles, perfumes, pastas de dientes…) los antibióticos y otros medicamentos, como los antiinflamatorios, no se eliminan completamente en los procesos de depuración llevados a cabo actualmente en las estaciones depuradoras de aguas residuales y pasan directamente al medio acuático, donde se mezclan entre sí y con otros compuestos.
El problema es importante, porque 'los antibióticos analizados se usan por los seres humanos, en ganadería y acuicultura, para incrementar el peso de los ejemplares, y también en agricultura, para prevenir daños generados por bacterias en los cultivos vegetales, y su uso no está controlado ni sujeto a ningún tipo de exigencia legal hasta el momento, como sí ocurre con compuestos químicos de otra naturaleza'.
¿Qué efectos producen en las algas verdes y las cianobacterias, que están en la base del ecosistema acuático?. Los antibióticos generan estrés oxidativo en estos organismos y destruyen los componentes de sus células, provocándoles la muerte o afectando a su reproducción. Y eso, claro está, afecta a toda la cadena. “Estamos en la punta del iceberg, ciertamente, y no sabemos hasta dónde pueden llegar los efectos; es evidente que las algas y las cianobacterias se están adaptando a la nueva situación, pero no sabemos cómo ni qué efectos provocará a medio y largo plazo”, agrega Rosal.
¿Soluciones?. La más sencilla sería eliminar los residuos de antibióticos de las aguas depuradas. Las técnicas existen, pero son costosas; la solución pasa también por mentalizar a la sociedad en el uso controlado de los antibióticos y por establecer una normativa que controle tanto el uso como la gestión de los compuestos emergentes que, hasta la fecha, carecen de regulación.
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