Josep Colom, uno de los 'maestros' del Aula de Música
Es uno de los más 'fieles' en la programación de los cursos del Aula de Música, y uno de los grandes pilares del prestigio que se ha labrado este aula en los últimos años. Josep María Colom habla en esta entrevista de lo que más sabe: la música.
Hace algunas semanas inauguró, junto a Carmen Deleito, el ciclo de conciertos del Aula de Música de la UAH, sumando así un granito más a la montaña de un proyecto que ha logrado un prestigio sin precedentes en la formación musical en España. Josep María Colom habla en esta entrevista de la importancia del aula y de su música.
Josep M. Colom.
-Usted inauguró con Carmen Deleito el ciclo de conciertos del Aula de Música de la UAH. Este tipo de iniciativas son fundamentales para esa labor de difusión, más allá de la formación, que deben de tener este tipo de aulas…
-Efectivamente, este tipo de aulas dedicadas al estudio de disciplinas artísticas deben dedicar una parte de su actividad a la difusión de su labor. Por ejemplo siempre al final del año académico se organizan conciertos públicos con la participación de los alumnos de disciplinas instrumentales. Con el paso de los años un público habitual siempre creciente se ha ido consolidando, básicamente formado por habitantes de la ciudad de Alcalá, aunque no exclusivamente, y ellos siguen esta parte de la labor del Aula.
Este ciclo de conciertos básicamente con pianistas vinculados muy directamente como profesores o como ex-alumnos a este proyecto entra de lleno en estas iniciativas. He elegido un programa a cuatro manos en colaboración con Carmen Deleito porque desde hace un par de años abrí la posibilidad de trabajar dúos pianísticos en mi curso y creo que es bueno que un profesor predique con el ejemplo.
-Usted ya es un veterano en el Aulta de Música, ¿qué opinión le merece este proyecto, sobre todo teniendo en cuenta que se promueve desde una universidad pública?
-Sí, estoy vinculado al Aula desde el año 1990, se puede hablar de veteranía. He asistido de una manera privilegiada al crecimiento de este proyecto ideado en su momento por Almudena Cano, amiga muy querida y recordada que creo que está en la memoria de infinidad de músicos por la huella que ha dejado su valía como músico y pedagoga y por su capacidad de iniciativa y su generosidad entre otras muchas cualidades. Ella presentó el proyecto en su momento a varias entidades y fue asumido con entusiasmo por la Universidad de Alcalá en una apuesta pionera por entonces para una Universidad pública. Fue secundada magistralmente como directora de los cursos por Avelina López Chicheri cuya labor continúa en la actualidad en manos de María José Colorado. A pesar de las dificultades económicas que sufrimos todos, especialmente las entidades públicas, el esfuerzo de personas como María José y Alicia Lucena consigue mantener la continuidad y el espíritu del proyecto.
Este espíritu con el que nació el proyecto original era complementar la labor de los conservatorios y nunca competir con ellos. Para ello era importante ofrecer seminarios o monografías sobre análisis, pedagogía, compositores o épocas determinadas, etc. por profesores no vinculados a conservatorios españoles o abordando temas o aspectos musicales no desarrollados en las asignaturas de los mismos. También se abrió a la ejecución musical pero siempre como un posgrado impartido por profesores sin vinculación con ningún conservatorio oficial. En definitiva creo no incurrir en el vicio de ser juez y parte opinando que en sus ya más de veinte años de existencia, el Aula de Música ha aportado una preciosa formación complementaria a varias generaciones de estudiantes y profesionales de la música.
-¿En qué radica el éxito y el prestigio del aula, según su opinión?
-Esta pregunta creo que está parcialmente contestada en la anterior respuesta. Su éxito y prestigio radica en la originalidad de su planteamiento, sobre todo en España, y naturlamente en la excelencia del profesorado invitado, y también ahí no quiero dar la impresión de echarme flores indirectamente. Realmente son tantos los profesores de prestigio nacional e internacional que a lo largo de veinte años han colaborado en todos los campos (compositores, musicólogos, pedagogos, técnicas de conocimiento del propio cuerpo y mente, instrumentistas), que citando de memoria incurriría en imperdonables olvidos. Basta con consultar en la página web del Aula para darse cuenta de que no exagero en modo alguno.
-Y hablando de usted. Tiene todos los premios posibles y está considerado como unos de los pianistas más importantes del momento. Podría estar ofreciendo cursos en cualquier entidad… ¿por qué año tras año repite en Alcalá?
-Lo de “todos los premios posibles” es, obviamente, una amable manera de exagerar, y en cuanto a mi importante, yo diría que muchos, o más bien todos los pianistas e instrumentistas en general somos importantes a condición de que nos empleemos a fondo en hacer revivir la música que, sin nuestra colaboración, permanecería muda, congelada en los pentagramas. Es cierto que existe la grabación, pero aún en el caso de que sea la reproducción de un momento afortunado, no deja de ser un “recuerdo tecnológico” que, como cualquier recuerdo, va siendo menos estimulante a fuerza de repetirlo. La importancia del instrumentista viene, creo, de comprender que cada ejecución es una aventura distinta aunque se trate de la misma obra y que nunca podemos saber si va a surgir la magia… pero me estoy saliendo de la pregunta. Si repito cada año en Alcalá es porque es un marco donde puedo seleccionar con total libertad todos mis alumnos, los cuales me eligen a mí previamente, por lo que es de suponer que hay una afinidad de antemano. Otra razón es que venir al Aula significa tener la oportunidad de frecuentar músicos de otras disciplinas, algunos de los cuales el único lugar de España donde enseñan y exponen sus ideas es precisamente en el Aula. Este intercambio con otras especialidades es muy interesante tanto para los alumnos como para mí y supone una de las características propias del Aula de Música de Alcalá que la distingue de otros centros en los que este intercambio no se da.
-¿Qué tiene el piano que no tengan otros instrumentos y qué tiene de especial el repertorio de piano a cuatro manos?
-El piano es un instrumento, como todos los de teclado en realidad, autosuficiente. Es decir, tiene unas posibilidades de textura, de polifonía, de manejar simultáneamente diversos procesos que hace que haya sido, prácticamente desde su aparición, el taller de experimentación de los grandes compositores de los s. XVIII y XIX y también del s. XX. Por ello, solamente ciñéndonos a obras realmente importantes y que tengan un peso en la evolución de la música, el repertorio para piano es inabarcable en una sola vida. Si consideramos también la música de cámara y repertorio más marginal el volumen de música para piano es enciclopédico. Esto tiene el inconveniente de que uno no termina nunca de conocer el repertorio pero al mismo tiempo es una ventaja, porque siempre estás motivado. Naturalmente hay otros instrumentos históricos como el órgano y el clave que también permiten interpretar diversos planos sonoros, pero la amplitud de gama dinámica que posee el piano, la capacidad de producir sonidos al borde del silencio pero también sonidos muy potentes, sólo la tiene el piano. De hecho esta fue la intención de Cristofori [inventor del piano], crear un instrumento que pudiera sonar piano y fuerte. Esta característica unida a la variedad de ataques hace que el piano pueda mimetizarse en diferentes texturas que pueden evocar la sonoridad de otros instrumentos y del canto haciendo infinitas sus posibilidades de combinación.
Por una parte, el repertorio a cuatro manos, durante bastante tiempo tuvo la connotación de música doméstica porque en los x. XVIII y XIX no había tantas orquestas ni medios de grabación que permitieran difundir la música, su forma de difusión fue a través de infinidad de arreglos de piano a cuatro manos en los que las dificultades se reparten entre los dos intérpretes, haciendo que su dificultad estuviera más al alcance de aficionados. Pero al lado de todo este tipo de arreglos con razón de ser funcional, hay extraordinarias obras originales para piano a cuatro manos pensadas para esta formación, que es un repertorio muy estimable que merece ser reconocido. Es cierto que es un repertorio menos espectacular que no tiene la vistosidad, por ejemplo, de las obras a dos pianos. También tiene una característica peculiar y es que, es el único repertorio en el que se requiere que dos instrumentistas toquen simultáneamente en el mismo instrumento. Hay que reconocer que la estructura del propio instrumento permite que dos instrumentistas se sienten ante él, lo que sería impensable en otros instrumentos. Por otra parte, es interesante recordar que la música para cuatro manos nace con el piano, no incluyendo el repertorio de instrumentos anteriores al piano obras para esa formación. La dificultad de interpretación estriba en que dos personas han de tocar en un mismo instrumento, teniendo que lograr una unidad de sonido absoluta. El programa que presentamos en este concierto tiene un tema común que es la infancia: cuentos, juegos de niños como las piezas de Bizet; Ma mère l’Oye de Ravel que es una ilustración de instrumentos originales; Dolly, de Fauré que está dedicada a la hija de una amigo de Fauré, en fin, es música no realmente para que la toquen los niños, porque sería muy complicadad para que la tocase un niño, sino piezas que evocan la infancia. La única pieza que es un arreglo del Peer Gynt de Grieg, que es un cuento nórdico.
-¿Cuáles son sus próximos proyectos?
-Lo cierto es que no me gusta aprovechar las entrevistas para hacerme publicidad, de modo que te diré que mi proyecto es seguir compartiendo la música, disfrutando de ella, con proyectos de música de cámara, de piano solo y con orquesta.
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