El valor de una huella



Esperanza Gutiérrez Redomero
encabeza el equipo de investigación en dactiloscopia, dentro del Instituto de Investigación en Ciencias Policiales (IUICP).

En los últimos tiempos este equipo de investigación ha publicado varios trabajos pioneros en las investigaciones sobre la variabilidad morfológica de las crestas papilares destinados a avanzar en la construcción de un sistema cuantitativo que permita desarrollar un cálculo probabilístico de la identidad.

En esta entrevista Esperanza Gutiérrez Redomero acerca a los neófitos al mundo de la dactiloscopia y habla de los últimos avances en este ámbito.

Esperanza Gutiérrez.


-¿Qué es la dactiloscopia, profesora?
-La dactiloscopia aborda el estudio de las crestas y surcos papilares que aparecen sobre la superficie de los dedos para determinar la identificación personal. El uso de las impresiones dactilares es uno de los sistemas más antiguos de identificación y ha sido el principal referente de las Ciencias Forenses durante más de un siglo. La dactiloscopia, como herramienta de identificación, fue aceptada muy rápidamente a principios del siglo XX y los principales cambios producidos en el seno de la misma durante este tiempo han estado asociados al desarrollo de técnicas para la mejora de la visualización y el revelado de huellas, siendo especialmente importante el desarrollo de los sistemas automáticos de búsqueda (SAID). Sin embargo, el método de identificación casi no ha sufrido modificaciones hasta el desarrollo de las ciencias genéticas y la aparición de la identificación con perfiles de ADN. Aun así, hoy sigue siendo, junto con el ADN, la principal herramienta en la resolución de casos delictivos.

La identificación dactilar está basada en la coincidencia del tipo de patrón principal y de sus puntos característicos (minutiae), entre una huella de origen desconocido y una impresión dactilar de origen conocido, junto a la ausencia de discrepancias que no sean explicables. Esta técnica de identificación es aceptada por todos los tribunales de justicia aunque, dependiendo de los países, el número de puntos característicos coincidentes que son tenidos en cuenta para establecer una identificación varía de unos a otros. A principios del siglo XX se acordó que el número mínimo de puntos característicos para probar la identidad tenía que estar entre 8 y 12 puntos, aunque en la actualidad, existen países como Sudáfrica con un estándar de 6 puntos y otros como Italia y Francia con uno de 17. Estas diferencias de criterio provienen de la no existencia de bases científicas sólidas que establezcan cuál es el número mínimo de puntos que tenemos que encontrar en correspondencia para establecer una identidad. De hecho, hay países como USA, Canadá, Reino Unido o Noruega que abandonaron el uso del estándar numérico como único elemento y lo han combinado con un sistema que evalúa no sólo características cuantitativas sino también cualitativas. Ahora, por tanto, hay dos sistemas diferentes de realizar una identificación a nivel internacional.

La huella.
-Entonces, en casi un siglo apenas ha habido investigación avanzada sobre el proceso de identificación en dactiloscopia.
-Es cierto. Ahora se está investigando para poder obtener un cálculo científico de identidad, digamos, similar al del ADN, pero durante décadas nadie se cuestionó el uso del sistema numérico. Y es que, aunque las impresiones dactilares sean tremendamente variables y pueda ser cierto que la huella es única, la cuestión es ¿cuánta de esa variabilidad puede ser extraída de una huella parcial para establecer su identidad?, ¿y cuántos puntos son necesarios comparar para que no haya error?... Y en esas estamos...

-Digamos que las exigencias ya no son las mismas...

- Efectivamente, en estos momentos se realiza un mayor escrutinio sobre la aplicación de la técnica, demandándose una mejor base científica, como consecuencia de la evidencia de que se pueden cometer errores –ya lo vimos con el error cometido por los agentes del FBI en el caso Brandon Mayfield en la tragedia del 11-M–. Nos encontramos así ante un cambio de paradigma en el proceso de identificación requerido por las cada vez mayores exigencias judiciales.

-¿El modelo científico por el que apuestan es similar al del ADN?
-Sí, para realizar un cálculo probabilístico de identidad en cada caso particular, mediante el ADN, se necesita conocer la frecuencia con la que aparecen los polimorfismos de los marcadores que se utilizan en las poblaciones humanas. En dactiloscopia, a la hora de alcanzar un estándar numérico, de por ejemplo 12 puntos, no se tiene en cuenta la frecuencia de los diferentes tipos de puntos característicos utilizados, a pesar de ser tremendamente variable, y del hecho particular de que lo menos frecuente es lo más identificativo. De ese modo, en dactiloscopia, tiene el mismo valor identificativo un punto que es muy frecuente como otro que no lo es.

-¿Pero es cierto que la identificación mediante huellas todavía tiene ventajas con respecto a la identificación vía ADN...?
-Sí, es cierto. La identificación mediante huellas, a día de hoy, además de ser tremendamente segura para impresiones o huellas completas cuando son de buena calidad, es también más económica, más rápida y, además, permite identificar gemelos monocigóticos o idénticos, lo que es aún complejo con las técnicas del ADN, aunque no imposible.

-Háblenos de sus últimas investigaciones.
-Nuestro grupo de investigación cuenta también con la participación de la doctora M. Concepción Alonso y la doctoranda Noemí Rivaldería, ambas de la UAH, así como con los inspectores de Policía Científica Luis Enrique Hurtado, José Luis Villalba, M. Angel Peire, Ricardo Morillo y Luis M. Martín. Más recientemente, se han incorporado otros miembros, éstos de la Guardia Civil, como son el Capitán Nicomedes Expósito, el Teniente Francisco José Gómez, la Sargento Rosa María Juanino García y el Sargento 1º Raúl Cruz.
Nuestros últimos trabajos publicados abordan el conocimiento de la variabilidad que presentan los puntos característicos que constituyen la base de la identificación dactiloscópica, con fines a construir un sistema cualitativo que permita desarrollar un cálculo probabilístico de la identidad.
En marzo de este año publicamos el último trabajo en el Forensic Science International, siendo este estudio el más importante a nivel científico sobre la variabilidad de la frecuencia de los puntos característicos en las poblaciones humanas. Estos resultados son especialmente interesantes al servir de referencia a los peritos, de cara a apoyar sus informes periciales, y constituyen la base para un futuro desarrollo del cálculo probabilístico de identidad.

-¿Estamos muy lejos de lograr ese cálculo probabilístico?
- Todo depende de la inversión que se quiera hacer en esta área de la ciencia. A pesar de la necesidad de investigación que existe en el tema, como se ha puesto de manifiesto por distintas organizaciones internacionales, entre ellas la Academia Nacional de las Ciencias Norteamérica en su informe emitido en 2009, y a diferencia de lo que ocurre en el campo del ADN, en dactiloscopia, el único grupo de investigación que trabaja en España en este ámbito, somos nosotros y, por desgracia, con recursos muy limitados.
No obstante, yo creo que estamos en un momento importante, de remodelación de una disciplina muy útil y que el papel de la Universidad, a través de los grupos de investigación del IUICP puede ser relevante. La dactiloscopia está haciendo avances importantes y eso redundará en beneficio no sólo de la ciencia, sino de la sociedad ya que, no olvidemos, que en muchos casos, el resultado de una pericia dactiloscópica sobre una huella, puede enviar a una persona a la cárcel o a su casa.