Maniquíes robotizados para la simulación clínica



La UAH es la sede de la Jornada de Integración de la Simulación en Ciencias de la Salud, dirigida a fomentar la simulación clínica como herramienta de enseñanza-aprendizaje.

Un equipo completo compuesto por ordenadores, videocámaras, material clínico real y maniquíes robotizados, con un software tan complejo que son capaces de parpadear, hablar, respirar, quejarse, sangrar e, incluso, expectorar o toser. Este es parte del equipo que se utilizará en algunos de los talleres que se ofertan en la Jornada de Integración de la Simulación en Ciencias de la Salud que se celebrará mañana viernes en la Escuela de Enfermería y Fisioterapia.

Carmen Yegler.

¿El objetivo?. No es sólo uno: explicar el concepto de simulación como herramienta didáctica en entornos universitarios y, más concretamente, en estudios de ciencias de la salud; mostrar cómo este tipo de técnicas son muy útiles para proporcionar una formación y evaluación completa en distintos niveles de experiencia; describir las habilidades básicas para utilizar la simulación como herramienta para la enseñanza y el aprendizaje, mostrar cómo la simulación puede emplearse para desarrollar el análisis crítico, la toma de decisiones, el trabajo en equipo y el liderazgo y examinar los últimos productos de simulación los materiales educativos de apoyo.

En esta jornada participan profesores que se dedican a la docencia en todos los estudios relacionados con Ciencias de la Salud, incluida Educación Física y Deporte, y miembros de las distintas entidades que tienen convenios suscritos con la UAH, empezando por profesionales de los hospitales universitarios Ramón y Cajal, Príncipe de Asturias, entre otros, y continuando con representantes de la Escuela de Sanidad Militar y la Unidad Militar de Emergencias o el SUMMA 112.

La coordinadora de la jornada, Carmen Yegler, explica la motivación de este encuentro: “llevamos muchos años utilizando la simulación como herramienta de enseñanza-aprendizaje y las técnicas han evolucionado mucho. La intención es que los profesionales encargados de la formación conozcan de primera mano cómo se utilizan este tipo de equipos y cómo los pueden utilizar para mejorar la formación de sus estudiantes”.

En un proceso de simulación clínica el formador trabaja con un grupo reducido de estudiantes a los que se les somete, durante 15 minutos, a la resolución de un caso. El equipo toma decisiones y sus actuaciones se graban en vídeo que visualiza en directo otro grupo de estudiantes. Al final, se produce un encuentro entre los actores y los espectadores y se analizan las dificultades y el nivel de error o acierto en las decisiones adoptadas.

Una muestra de cómo se hace la simulación.

“Se les somete a una experiencia muy parecida a la real, se fomenta la crítica reflexiva y el aprendizaje en colaboración; es decir, que se adquieren competencias exigidas por el EEES, porque otorga capacidad de analizar y resolver problemas, los alumnos aprenden a trabajar en equipo y a comunicarse y también se promueven los valores éticos a la hora de desenvolverse en el espacio laboral”, explica Yegler, que está convencida que la simulación “motiva a los estudiantes, hace que pongan el foco de atención más en el aprendizaje que en el aprobado y, sobre todo, les ayuda a enfrentarse con su actividad futura y también a controlar el nivel de estrés”.

Este tipo de ejercicios van más allá de las prácticas convencionales y la particularidad es que el simulador, dirigido por un modelo fisiológico bajo el control de un profesor, permite entrenar desde las habilidades clínicas más básicas hasta las técnicas más complejas dentro de los estudios de grado y postgrado.

Además es un sistema muy utilizado en la formación continua, necesaria para que los profesionales de la salud mantengan actualizados sus conocimientos y habilidades de forma que se asegure la calidad y seguridad de los cuidados en la asistencia sanitaria.

Esta jornada se convertirá en un punto de encuentro de profesionales de la salud y la docencia procedentes de distintas instituciones interesadas en este tipo de aprendizaje experiencia. Sin duda animados por la simulación clínica con el objetivo, a medio plazo, de crear en la UAH un Instituto de Simulación. “Sería caro, pero sería rentable si entidades y organizaciones se suman al proyecto y apuestan por sacar el máximo rendimiento”, agrega la coordinadora de este encuentro.