La policía científica conmemora su primer siglo de historia con una exposición en la UAH
La Comisaría General de Policía Científica, en colaboración con el Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Policiales (IUICP) y la UAH organizan la exposición ‘100 años de ciencia al servicio de la justicia’, que conmemora el centenario de la Policía Científica. (José Miguel Otero junto a la Projectina, un equipo de comparación macroscópica para el cotejo simultáneo de 2 balas).
La hoy Policía Científica nació en España como Servicio de Identificación Dactilar en junio de 1911. Ha pasado un siglo desde entonces y en este tiempo la investigación forense no es ni la sombra de lo que era; gracias, sobre todo, al ADN y a las nuevas tecnologías. El Secretario General de la Comisaría General de Policía Científica y subdirector del IUICP, José Miguel Otero, ofrece en esta entrevista una visión general de esta evolución y también de la exposición.
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Equipo de reseñas fotográficas para detenidos. |
-La Policía Científica ha evolucionado muchísimo en las últimas décadas...
-Sin duda. El Servicio de Identificación Dactilar se fundó en 1911, en una época denominada por muchos como una ‘edad de plata’ en España. Poco después, a las huellas dactilares se unirá la fotografía, tanto de los detenidos como la destinada a fijar las escenas del crimen estudiadas por los expertos de la Policía Científica. Se seguirá avanzando y consolidando, entrando en el estudio de la falsedad de documentos, etc...., En los primeros 70 se asienta la Balística como área de trabajo especializada, pero el primer gran salto desde el punto de vista de la técnica será la utilización de un Sistema Automático de Identificación Dactilar que va a permitir manejar colecciones de impresiones digitales que crecen cada día más y, lógicamente, buscar las que se correspondan con reseñados que cambian su nombre o con las huellas latentes reveladas en la Inspección Ocular Técnico Policial.
No obstante, la autentica revolución estaba por llegar y es la irrupción del ADN como herramienta de identificación, sustentada en unas sólidas bases científicas que permiten dar unos resultados, apoyados en estudios poblacionales, determinantes. A esto hay que añadir que el ADN arrastra a las demás técnicas en ese camino de asentar los estudios en bases científicas y en un cambio en la expresión de las conclusiones.
Y luego, por otra parte, ha habido un gran avance en química, desde la toxicología a los explosivos, en acústica forense, que identifica a hablantes; en la antropología forense que, siendo la cuna de la ciencia forense, da unas grandes posibilidades de identificación; en la entomología forense, que nos ayuda a conocer la data de la muerte de forma más precisa... En fin, que hay un gran número de disciplinas que se utilizan de forma rutinaria y que, en ocasiones, participan en un sólo caso. Podemos tener, por ejemplo, un secuestro, en el que después hay una reivindicación, y en el que pueden participar el estudio de huellas o de restos biológicos en el lugar del suceso, un estudio de escritura manuscrita, si envía una carta reivindicándolo, o un estudio de acústica, si la reivindicación se hace por teléfono...
-¿Cuáles son las secciones más novedosas que se han incorporado a la policía científica?
-Lo más novedoso es la unidad de infografía forense, mediante la que realizamos una reproducción tridimensional del lugar del suceso; y también se ha incorporado la informática forense, dedicada al estudio y análisis del material informático y electrónico.
-Es una de las secciones más atractivas del CNP; tal vez gracias a series de televisión como CSI, que ha popularizado este tipo de investigaciones
-Desde luego está claro que series de televisión, sobre todo CSI, ha puesto en la retina de los ciudadanos que hay una labor que es bonita, que es entretenida, que obtiene resultados... Yo siempre digo que la diferencia entre CSI y nosotros es que nosotros no resolvemos dos casos en 45 minutos, pero he de decir que la serie está muy bien planteada, los aparatos son un poco fantásticos y muy visuales, pero la base es la misma, y en definitiva se refleja bastante bien cómo es el trabajo.
-Imagino que esto también ha provocado una mayor demanda de policías que quieren dedicarse a la investigación forense...
-Yo no soy el más indicado para decir esto, porque llevo toda mi vida profesional dedicado a la policía científica, pero es cierto que ha cambiado la consideración y ya son muchos los policías que ingresan en el CNP, tanto en la escala básica como en la escala ejecutiva, con el propósito de terminar trabajando en policía científica.
-Un policía tiene que estar muy bien formado para acceder a la policía científica
-Hoy día, para entrar en la escala básica del CNP se exige estar en posesión del título de Graduado en Educación Secundaria, hacer un examen de ingreso y están un curso escolar en Ávila y después están un año en prácticas; los que acceden a la escala ejecutiva tienen que estar en posesión del título de Ingeniero Técnico, Arquitecto Técnico, o Diplomado Universitario, tiene que hacer un examen de ingreso, dos años de formación en Ávila y un año de prácticas. Hace muchos años había pocos titulados superiores y cuando empezó a haberlos eran de Derecho o Filosofía y Letras. Encontrar un economista era raro y alguien de ciencias casi imposible. Ahora ocurre lo contrario: químicos, biólogos, farmacéuticos, acceden al CNP, tanto a la escala básica como a la ejecutiva, de forma masiva. Ha habido un cambio importantísimo. Es cierto que nosotros preferimos que tengan unos años de experiencia antes de llegar a la policía científica, pero desde luego podemos nutrirnos, y lo hacemos, de este personal formado.
-De todos modos, la creación del IUICP también ha sido fundamental para mejorar la formación ¿no?
-Creo, personalmente, que es una de las cosas más importantes que se ha hecho en el campo de policía científica en toda su historia. Nosotros llevábamos colaborando con Virginia Galera en el campo de la antropología forense desde hace mucho tiempo. Era una colaboración informal, de amigos. Virginia Galera y Esperanza Gutiérrez nos ayudaban en investigaciones... Llegó un momento en que esa colaboración de amigos se convirtió en mucho más, con la creación del Instituto en 2007. Este instituto tiene 3 objetivos fundamentales: la celebración de cursos de formación, el desarrollo de un master, que ya va por la tercera promoción y, lo que nosotros consideramos fundamental, el desarrollo de líneas de investigación. La UAH tiene la capacidad y el personal investigador y nosotros tenemos el día a día, los casos forenses que están vivos y no son solo planteamientos teóricos, y esa conjunción es perfecta. Los proyectos de investigación se proponen por el CNP, la Guardia Civil o la UAH y los investigadores de las tres Instituciones los desarrollan. En este momento tenemos 10 líneas abiertas y pensamos que es un modo estupendo de cumplir con uno de los propósitos de la Universidad: trasladar el conocimiento a la sociedad.
-¿Qué caso puede resolverse hoy fácilmente que hace 25 años no podría haberse resuelto?
-El ADN ha sido fundamental. Hace 25 años a lo más que llegábamos era a reconocer el grupo sanguíneo de una persona; ahora el ADN nos permite hacer un informe pericial exhaustivo.
No hacíamos entomología forense, los bichos eran para nosotros algo “molesto”. Ahora los insectos son claves para el estudio de la data de la muerte... Son dos ejemplos, pero podría poner muchos más.
-La policía científica española está a la cabeza en Europa
-A mí no me gusta decir que estamos a la cabeza, pero sí digo que estamos en la cabeza de los mejores en Europa.
-Háblenos de la exposición...
-Lo primero que tengo que decir es que la exposición no recorre 100 años, entre otras cosas porque carecemos de objetos de hace 100 años. Ha habido traslados, ha habido pérdidas de material..., no somos una sociedad muy dada a conservar. Pero creo que va a ser bastante atractiva. Va a haber fotografías de casos, material dedicado a la reseña, material dedicado a la antropología forense, las primeras sillas de reseñas fotográficas, maletines de inspecciones oculares antiguas, equipos fluotest para la falsedad documental y de monedas... Habrá paneles explicativos en los que se podrá ver la evolución de la policía científica y también exhibiremos un vídeo.
Creo que va a ser muy atractiva en sí misma, igual que lo va a ser el ciclo de conferencias que la complementan, en la que hablaremos de la inspección ocular, la genética forense, la balística o la química forense, entre otros asuntos. La primera exposición se hace en Alcalá, pero vamos a estar en Oviedo, en Santander, en El Escorial, en Sevilla, en Valencia, en Granada, en Coruña y en Barcelona, en principio.
-¿El futuro, cómo lo ve?
-Yo creo que más que hablar del aspecto de la técnica, porque surja lo que surja lo vamos a incorporar, lo importante es el aspecto cultural, es una cuestión de entender ese cambio de paradigma, ahora basado en la verosimilitud, de entender la necesidad de incorporar el control de calidad, la acreditación de los laboratorios, que ya es obligatoria por ley. Creo que el futuro pasa por ahí...
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