Y tiro porque me toca...
Cristina Moral Turiel, directora del Aula de Bellas Artes de la UAH y profesora titular de Dibujo, lleva más de una década arañando los misterios del Juego de la Oca y transformándolos en arte.
Es uno de los juegos tradicionales más conocidos, más sencillos y más atractivos. Ni las nuevas tecnologías han logrado acabar con el juego de la oca. Dos dados, unas fichas y un tablero conforman un juego que, como nos ha descubierto la directora del Aula de Bellas Artes de la UAH, miembro del grupo de investigación Cultura, Imaginario y Creación Artística, está lleno de magia y de secretos. Ella lleva más de 10 años trabajando en el tablero del juego de la oca y dedicando toda su producción artística a este juego. Hoy destapa algunos de los misterios ocultos de un juego que, según sus investigaciones, tuvo su origen en el Disco de Phaistos, fechado en torno a 1700 a.C., en el que aparecen 61 casillas, 8 de ellas con pájaros de gran tamaño.
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Cristina Moral Turiel. |
El tablero
No obstante, la teoría más extendida y, desde luego, secundada por Cristina Moral Turiel en sus investigaciones, es la que relaciona al juego de la oca con los templarios, que transmitirían el juego a través del Camino de Santiago entre los siglos XI y XII. El tablero de los templarios era una concha de nautilus en la que las 63 casillas se corresponden con las 63 oquedades de la concha. En estas oquedades estaban las claves para los iniciados y la pata de oca era el símbolo de los maestros iniciados.
Siguiendo con estos argumentos el formato del actual tablero “es una espiral que simboliza el camino de la vida que hemos de recorrer para alcanzar el paraíso. En el tablero cada casilla tiene su significado y finalidad, siempre encaminada a enseñarnos lo bueno y lo malo de la vida desde un punto de vista moral”, explica Cristina Moral, que se inició en el juego de la oca “porque me llamaban la atención las imágenes del tablero y empecé a comparar unos con otros, hasta que descubrí que el tablero se presenta como el camino de la vida que se ha de recorrer hacia el interior”, agrega.
El tablero de la oca está estructurado en 3 recintos, concebidos a imagen del Templo de Salomón: “está construido por guías que canalizan la energía y la dirigen al centro atravesando los 3 estadios que simbolizan los 3 mundos de la Edad Media o los 3 grados iniciáticos: el mundo terrenal, el mundo celestial y el mundo astral". Cuerpo, alma y espíritu; Santísima Trinidad: padre, hijo y espíritu santo; 3 elementos: tierra, aire y agua y, nuevamente oca, que es acuática, que es aérea y que es terrestre.
Las casillas especiales
En la época de los templarios las casillas eran claves para los iniciados, ya que les ayudaban a recorrer el Camino de Santiago y, de hecho, como recuerda Cristina Moral, en el Camino hay muchos pueblos que tienen la palabra oca (Montes de Oca, Mozoncillos de Oca...).
El juego se extendió con la expansión de los templarios y a España llegó en tiempos de Felipe II. Pero siguiendo con su significado exotérico y cabalístico, hay que decir que son las casillas ‘especiales’ las que tienen más significado y es el número 3 –otra vez el 3- y sus múltiplos el que lidera el juego.
Las casillas especiales tienen una importancia clave, empezando, claro está, por las ocas: las ocas son casillas de fuerza. Los egipcios creían que eran las encargadas de transportar el alma a un estadio superior. Las ocas eran las mensajeras del mundo espiritual y las intermediarias entre el cielo y la tierra y utilizaban la expresión ‘de oca a oca’ para expresar el tránsito inverso de la reencarnación, desde la muerte al nacimiento. Esa es la reflexión de esta investigadora.
Cuando se cae en una casilla de oca se avanza hasta la siguiente oca y se vuelve a tirar.
En el tablero hay un total de 14 casillas de oca y se ubican cada 4. Curiosamente, la numeración de las casillas suman siempre 5 ó 9 (5, 9, 14 (1+4), 18 (1+8), 23....)
Y, después, están las otras casillas especiales, 7, como los 7sellos con los que estaba cerrado el libro del Apocalipsis, libro iniciático por excelencia.
Las casillas que tenemos que superar para poder llegar al final son: El Puente (6), La Posada (19), El Pozo (31), LOS DADOS (26) Y (53), (El Laberinto (42), La Cárcel (52) y La Muerte (58). Con estas casillas se puede avanzar o retroceder y en alguna de ellas está indicado un castigo. A continuación, la opinión de la experta...
El puente: es el comienzo del camino iniciático, símbolo de tránsito, relaciona 2 contrarios, tanto a nivel físico como metafísico y une dos orillas. Cuando se cae en el puente se vuelve a tirar.
La posada: representa un alto en el camino para descansar. El reposo no es sólo físico, sino espiritual". Cuando caes en La Posada estás 2 turnos sin jugar.
Los dados: el dado es la medida armónica del universo y pone de manifiesto la idea de un destino que es predeterminado y que, a la vez, está determinado en el presente. Está en las casillas 26 y 53 que, sumados los números, dan como resultado 8, número de la armonía.
El pozo: es la conexión entre lo interno y lo externo. En todos los patios medievales y renacentistas hay un pozo que conecta la tierra con las fuerzas telúricas” Cuando se cae en la casilla no se puede volver a jugar hasta que otro jugador cae en ella.
El laberinto: muestra lo fácil que es perderse y afirma la idea de un saber que no es intelectual o que no se sustenta en los típicos argumentos racionales, que proviene de la intuición. Cuando se cae en esta casilla estamos un turno sin jugar y retrocedemos hasta la casilla 30, justo delante del pozo.
La cárcel: simboliza el concepto de ser prisionero de uno mismo, de nuestras ideas y de estar cerrados a otras formas de ver y concebir la realidad. También expresa el castigo que se impone al que viola la ley: se le aparta del camino, aunque siempre hay nuevas oportunidades. Cuando se cae en la cárcel se pierden 3 turnos.
La muerte: es la última prueba antes de llegar al paraíso. Cuando se cae en esta casilla se vuelve a la casilla 1, y se grita regreso a la oca. Por lo tanto, no es una casilla de castigo absoluto, pues no se pierde la partida de la vida; esta casilla te da una nueva oportunidad, devolviéndote al principio del juego para recomenzar con una nueva vida. Está en la casilla número 58 (5+8=13)
El juego se acaba, llegamos al Jardín del Edén. Es la última casilla y con ella se completa el ciclo vital. En esta casilla hay que entrar con el número exacto y si sale más alto se cuenta hacia atrás. Es el lugar donde no todos entran a la primera, donde muchos tienen que esperar largo tiempo hasta que el dado les proporciona el número exacto... “El Jardín del Edén es el recinto mágico al que pertenece el reino del espíritu, es el final del ciclo vital, es el lugar privilegiado en el que se encuentra la inmortalidad y la armonía”, dice Cristina Moral, que continúa indagando en este proyecto, al que considera el proyecto de su vida “porque cualquier trabajo que realizo lo vinculo al juego de la oca”.
Próximamente expondrá en Arco una de las obras que ha realizado inspirándose en este juego y también está ultimando un tablero completo, del que forman parte las obras que hemos publicado en este reportaje.
Un último mensaje antes de acabar: sigan jugando al juego de la oca, pero recuerden que es mucho más que un simple juego....
Publicado en: Archivo entrevistas-reportajes