Un humedal en medio de un polígono, ¿milagro de la naturaleza?
La Cátedra de Medio Ambiente de la Fundación General de la UAH detectó en el año 2008 la formación de una laguna de más de 30 hectáreas de superficie y una profundidad de entre 40 y 150 centímetros en el polígono industrial de Meco. La construcción de la R-2 y las aguas pluviales canalizadas por una nave industrial de Inditex han configurado este ‘milagro de la naturaleza’.
A un lado la R-2, ya construida, al fondo la nave de Inditex, de unos 30.000 m2, a lo lejos los muros de la cárcel de Alcalá-Meco y en el centro de este ‘paraje’ típicamente industrial surge el poder de la naturaleza en todo su esplendor: un humedal de unas 80 hectáreas en la que, de momento, se han detectado más de 130 especies de aves, algunas de ellas criando por primera vez en la Comunidad de Madrid, como el fumarel cariblanco.
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| Juan Luis Aguirre. |
Y la pregunta es ¿cómo y por qué ha surgido esta balsa de agua ingente?. La respuesta la aporta el director técnico de la Cátedra de Medio Ambiente, Juan Luis Aguirre, que lleva estudiando la laguna desde su aparición, en el año 2008: “con la construcción de la R-2 se sacó mucha graba de esta zona del polígono y se dejó casi al descubierto la capa freática de las terrazas del río Henares. Eso coincidió con la construcción y puesta en marcha de la inmensa nave de Inditex. Las aguas pluviales de la nave han ido vertiendo al agujero y de forma natural se ha creado esta laguna”. La naturaleza, que camina sola y, cuando no encuentra obstáculos, sigue su curso.
Aguirre explica que este fenómeno no es tan extraordinario. De hecho, enumera otras lagunillas que han aparecido en distintos entornos ‘agredidos’ por la extracción de tierra, pero lo verdaderamente llamativo es el valor de las especies detectadas en la laguna de Meco. “Hay lagunas más pequeñas en Arganda y en Azuqueca, por ejemplo, pero son más profundas. Lo bueno de esta laguna es que es más superficial y eso propicia la llegada de las aves más interesantes”
En la Cátedra de Medio Ambiente llevan 3 años observando todas las semanas el ir y venir de especies ornitológicas. Aves migratorias que ya han establecido parada en la laguna y otras que, incluso, nidifican: “las aves acuáticas se adaptan muy bien. Vuelan muy alto y detectan con mucha facilidad las zonas húmedas y rápidamente las colonizan y las usan, también las especies vegetales ligadas a estos medios son especialmente eficaces en la colonización ”, matiza el director técnico.
De momento, se han registrado más de 130 especies distintas, de las que unas 40 disponen de algún nivel de protección o están en listados de especies amenazadas. Algunas, como el fumarel cariblanco, no habían criado nunca en la Comunidad de Madrid y, sin embargo, en la laguna se han localizado 22 ejemplares y otras, como la gaviota reidora, hacía años que no criaba en la Comunidad de Madrid.
Las huellas de otros animales, como la culebra o el corzo, auguran un futuro optimista para esta ingente balsa de agua en la que la vegetación no para de crecer y multiplicarse.
Pero... Siempre hay un pero, esta laguna se ubica en un polígono industrial, aprobado en un Plan General de Ordenación Urbana que prevé usos logísticos para esa zona. La Cátedra de Medio Ambiente ya se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Meco y con Arpegio, el organismo público de la Comunidad de Madrid propietario del terreno y ha solicitado que se apruebe un convenio en el que se especifiquen los cambios de uso de suelo necesarios para que la laguna sea respetada en la configuración futura del polígono o se adopten las medidas necesarias para adecuarla a los espacios verdes y dotacionales del nuevo polígono.
La solución, según Aguirre, pasaría por respetar la laguna en su lugar original o trasladarla un poco más hacia el sur del polígono industrial, donde los terrenos están calificados para equipamientos. El Ayuntamiento ya ha dado el visto bueno apoyando el mantenimiento o traslado de la laguna. Arpegio lleva meses estudiando el caso.
Mientras la respuesta de Arpegio llega, a día de hoy sin noticias, en la Cátedra de Medio Ambiente Alejandro Aparicio, Carlos Talabante, Gustavo Díaz y Alberto Larrán y Aguirre siguen haciendo trabajo de campo en la laguna. Casi cada semana registran nuevas aves que llegan hasta Meco, ajenas al hecho de que alguien, en su día, proyectó en su interior un polígono industrial.
Publicado en: Archivo entrevistas-reportajes
