En la Semana de la Ciencia, un paseo epigráfico por Alcalá



El profesor de Historia Antigua de la UAH, Joaquín Gómez-Pantoja, será el guía del itinerario didáctico ‘Un paseo epigráfico por Alcalá’, que se organiza dentro del programa de la Semana de la Ciencia.

Alcalá de Henares es muy conocido por su pasado barroco y renacentista, pero su historia guarda otros secretos, tal vez no tan visibles al común de los mortales, como los restos de la ciudad romana de Complutum que aún se pueden contemplar en la ciudad moderna.

Una de las inscripciones mejor conservadas está en el Torreón de la Fuente.

De la mano de un guía excepcional, el profesor de Historia Antigua de la UAH, Joaquín Gómez-Pantoja, se pueden rastrear en Alcalá de Henares hasta 130 inscripciones romanas. El recorrido comienza en el Museo Arqueológico Regional y prosigue en los alrededores de la Plaza de los Santos Niños y la Plaza de las Bernardas y es una propuesta tan interesante que, según Gómez-Pantoja, las plazas ofertadas (60) se cubren el primer día de la convocatoria y normalmente con personas que no residen en Alcalá de Henares.

Las inscripciones, que se encuentran en el claustro del MAR, pero también en la fachada de la catedral Magistral, o en los edificios y murallas del Palacio Arzobispal, entre otros puntos, son inscripciones que tienen que ver con la vida cotidiana y con sus ritos más comunes: inscripciones funerarias, dedicatorias a los dioses, firmas de artesanos, listados de nombres.... Por ejemplo, en la fachada de la catedral Magistral se localizan hasta 9 fragmentos de inscripciones antiguas de la zona sepulcral. Es una labor de ‘reciclado’, de uso de las piedras viejas para la construcción de los edificios nuevos...

“Todos son epitafios de emigrantes, procedentes de la meseta norte”, explica Gómez-Pantoja, “y es una muestra de que Complutum fue un lugar de atracción para gentes de otros lugares”, algo que no ha variado con los siglos.

La pieza epigráfica mejor conservada de todas las que se localizan en Alcalá de Henares se sitúa en el Torreón de la Fuente, en el Palacio Arzobispal. “Es el pedestal de una estatua de mujer, que debía estar en el propio jardín sepulcral de la familia y que después se usó en la construcción del torreón”, explica el profesor.

Fuera del casco histórico también pueden localizarse inscripciones romanas; el caso más conocido es, sin duda, el de la fuente de la Salud, detrás de la rotonda de la Fiat. En este caso, es una copia de la inscripción original,, destruida durante el tendido de la vía de ferrocarril y que decía como sigue: ‘Al sagrado Numen por la victoria y la salud del César’.

Con el 'hallazgo' sorprendente de estas inscripciones también descubrimos otra visión de las villas y las urbes romanas, alejadas del gris de la piedra, inmortalizado por el tiempo, y más próximo a una realidad de lugares llenos de colorido y de grafitos en los que estas inscripciones que aún se conservan eran, como dice Gómez-Pantoja, “verdaderos anuncios de neón” hechos para ser vistos, leídos y también para ser inmortales.

El paseo epigráfico se celebrará el día 21 de noviembre, entre las 11.00 y las 13.00 horas, y el punto de encuentro será frente a la entrada del Museo Arqueológico Regional.