La tesis de Francisco Martín, dirigida por el profesor Roberto Goycoolea, ha obtenido un sobresaliente cum laude por unanimidad. En estos momentos trabaja en la Escuela como profesor asociado en el área de Expresión Gráfica Arquitectónica.

Francisco Martín ha obtenido un sobresaliente cum laude por unanimidad con su tesis.

Esta tesis doctoral está basada en la obra y el pensamiento de Esteban Vicente, que además de pintor fue un teórico de la expresión artística, ejerciendo la docencia en varias cátedras de universidades de Nueva York, Los Ángeles y Puerto Rico. La síntesis de su planteamiento artístico son unos “paisajes interiores” en los que la evocación espacial, la libertad creadora, la invención artística, la recreación de la realidad y la intuición de lo no artístico se funden en el proceso de creación.

-Explíquenos un poco el contenido de la tesis...
-La tesis se plantea como un contrapunto entre dos disciplinas artísticas que, desde perspectivas diferentes, llegan a un punto común en la conceptualización de la pedagogía de la creatividad. Porque es necesario conocer procedimientos de geometría y saber cómo se dibuja un plano, un alzado, una planta, pero yo creo que lo importante para un arquitecto es adquirir una estructura de pensamiento que el pintor Esteban Vicente denominó ‘paisajes interiores’.
He tratado de descifrar qué son los paisajes interiores, según el pensamiento de Vicente, para abordar la vertiente creativa del arquitecto. La síntesis de su planteamiento artístico son unos “paisajes interiores” en los que la evocación espacial, la libertad creadora, la invención artística, la recreación de la realidad y la intuición de lo no artístico se funden en el proceso de creación.
Es desde luego una propuesta pedagógica en la que la libertad, la búsqueda del color y las formas, la expresividad, una nueva visión del entorno pictórico y, muy destacadamente, la poética aplicada a la invención arquitectónica como objetivo pedagógico, configuran un modelo de enseñanza artística.

-¿Cómo llegas a esos ‘paisajes interiores’ de Esteban Vicente?
-Conocí personalmente a este pintor, que fue amigo personal de mi padre, y tenía mucho material inédito sobre él, sobre todo cartas que intercambiaba con mi padre. El nació en Turégano y yo también soy de allí. Mi padre tuvo un papel destacado en la creación del Museo de arte Contemporáneo Esteban Vicente, en Segovia, cuando era diputado provincial de Cultura.

-¿Y qué son, para usted, los paisajes interiores?
-Paisaje para un arquitecto es dotar de una estructura aquello que ves, aquello que proyectas; e interiores porque el proyecto, su estructura y configuración, depende de la mirada interna de cada uno y la mirada depende del entorno donde vives, del momento histórico en el que se desarrolla tu vida, de la formación cultural que hayas recibido.

-La tesis ha sido un trabajo laborioso y prolongado...
-Sí, empecé en noviembre de 2002 y acabé en noviembre de 2009, pero digamos que eso no se corresponde con la dedicación real, porque entre medias he estado dedicado a otras muchas cosas. No ha sido una prioridad, pero siempre he estado en contacto con Roberto Goycoolea y tengo que decir que hacer esta tesis me ha hecho mejor persona, me ha dado otra perspectiva de las cosas mucho más científica y más trascendente, me ha dado una visión distinta de todo, de la sociedad, de la cultura y de la historia.

-¿Por qué cree que ha tardado tanto tiempo en leerse la primera tesis en la Escuela?
-Bueno, han tenido que salir 4 promociones de arquitectos para que se leyera esta tesis, pero no es difícil de explicar. Cuando yo dije en el colegio de arquitectos que estaba haciendo la tesis doctoral me dijeron, pero ¿por qué la haces, si hay mucho trabajo?. Es verdad, hemos vivido años muy intensos a nivel laboral y eso ha podido influir en que los arquitectos recien titulados no optarán por el camino de la investigación, sino el del ejercicio profesional. De todos modos, yo creo que la propia Escuela también necesitaba un poquito de madurez para llevar a cabo la lectura de la primera tesis...
En estos momentos, aunque yo haya sido el primero, hay más de una decena de compañeros que están en el proceso de elaboración de la tesis, así que esto es sólo una fase que acaba de empezar.

-Ha dicho que la elaboración de la tesis le ha cambiado la vida, es curioso...
-Sí. Tener que hacer un discurso científico en el que aportas tus ideas y las de otros de forma metodológica te obliga a ser más culto, a formarte mucho y a ser muy humilde, porque transmites tus conocimientos al lado de los conocimientos de muchos otros.

-¿Qué hay más en la arquitectura contemporánea, creatividad o negocio?
-No hay que confundir la arquitectura con el negocio de la construcción y en estos años se ha visto de forma muy clara. En esta euforia constructiva que hemos tenido no se ha tenido nada en cuenta el urbanismo (como transformación del paisaje tanto del territorio como social) y eso también ha provocado que se hayan producido muy pocas innovaciones en los sistemas constructivos. En mi trayectoria como arquitecto he tenido muy pocas ocasiones de hacer arquitectura intelectual y la verdad es que se agradece cuando surgen esas posibilidades que pocas veces vienen del promotor particular. Pero tampoco hay que menospreciar a los arquitectos que hacen bien su trabajo y tienen la capacidad técnica para llevar a cabo los proyectos que realizan, puesto que, aunque no significan un aporte, sí resuelven un problema.

-Y después del frenesí, ¿cómo ve el futuro del arquitecto?
-Creo que como profesionales tenemos dos posibilidades: o nos especializamos para disponer de un conocimiento profundo de las cosas, o subimos de categoría y la figura del arquitecto se convierte en el aglutinante de los demás técnicos que intervienen en la obra. Creo que existen esos dos caminos, y luego, está la posibilidad de que el arquitecto se dedique a investigar, a crear nuevos materiales, al diseño en general o al ámbito de Internet, porque Internet también es arquitectura.

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