La sombra que todos llevamos dentro
Rebeca Retamales, profesora titular de la Facultad de Medicina de la UAH es especialista en Psicología Clínica de Jung y, como tal, experta a la hora de hablar de esa zona oscura presente en las psiques de todos los seres humanos. En esta entrevista echa luz sobre esa parte de nuestra mente llamada ‘sombra’.
El periódico La Vanguardia la convocó hace poco para hablar, junto a otros especialistas, de esa zona oscura que todos los seres humanos guardamos en el inconsciente. Ahora, la psicóloga y profesora titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Alcalá, Rebeca Retamales, profundiza en esta entrevista acerca de esos sentimientos y defectos que a nadie le gusta aceptar.
-¿Cómo definiría usted esa zona que los psicólogos llaman sombra?
La profesora Rebeca Retamales, en su despacho de la Facultad de Medicina.
-Como la zona oscura de la mente, del alma. Todos somos individuos que tratamos de adaptarnos, dar una buena imagen, vivir en sociedad y respetar sus normas. Hoy en día se le da mucha importancia a la apariencia, el brillo y mucho menos a lo más íntimo e individual de cada ser humano. Si nos dejamos llevar por las influencias de la sociedad, tendemos a querer ser perfectos, ideales, infalibles, y negamos nuestros defectos y limitaciones, como la envidia, el odio o la vulgaridad. Nos resulta horrible descubrir esos sentimientos, no podemos aceptarlos, porque nos escandalizan, avergüenzan y duelen. Por eso los reprimimos y pasan automáticamente al área inconsciente de la psique, a lo más profundo.
-¿Cómo puede influir esto en nuestra vida cotidiana?
-Puede aparecer de repente, de manera traicionera, porque la psique es un conjunto, y eso está ahí aunque no queramos darnos cuenta. Siempre que recalcamos algo que no nos gusta de los demás, posiblemente sea lo más negativo de eso de nosotros mismos que tenemos reprimido. Por ejemplo, decir “no puedo ver a los egoístas, o a los perezosos”. A lo mejor, somos nosotros los que luchamos día a día para no serlo. Y suele resultar la pareja el mejor blanco para proyectar nuestras miserias, aquello que tememos sea un rasgo importante de nuestra personalidad. Cuando uno no ha contactado con esa parte reprimida, suele proyectarlo en el otro y terminar rompiendo una relación. Por eso es tan importante hablar de las miserias. Sería conveniente que todo lo que nos produce rechazo en los demás, lo revisáramos. La pareja es un poco un espejo en donde proyectamos lo bueno y lo malo. Incluso elegimos guiados por esa parte oscura y eso nos hace escoger mal.
-¿Se da sólo con la pareja esta proyección, o hay otras relaciones en las que solemos volcar nuestras frustraciones?
-Sucede mucho también entre padres e hijos, y en todas las relaciones significativas e importantes. Pero también en el trabajo, al que dedicamos muchas horas de nuestra vida.
-¿Qué pasa cuando los demás nos señalan esos defectos?
-Eso ayuda mucho. El desarrollo psicológico comienza por tener conciencia de esa zona. Los demás, de algún modo lo van a decir, a mostrar. Y es ahí cuando uno tiene que pararse y preguntarse.
-¿Cómo dar ese paso? ¿Qué implica?
-Ser conscientes que uno no es sólo la apariencia o un rol profesional, que lo importante es lo de dentro. Si te cierras, sigues igual. La introspección es un método para conectar con el mundo interior, las emociones. Si algo te da mucha rabia, hay que preguntarse por qué.
-¿Hay que pedir ayuda o lo podemos resolver solos?
-La psique se divide en dos, consciente e inconsciente, y cuando reprimimos esas partes están muy separadas, y es como tener dos personalidades. Se da en personas cariñosas y tiernas que, de golpe, montan un tremendo escándalo. Cuando decimos “he perdido los papeles”, ahí ha salido la sombra. Y muchas veces, en situaciones dramáticas, de grandes crisis, necesitamos ayuda externa de un profesional. En ocasiones menos extremas, podemos hablar con alguien, un amigo, pero siempre es necesario un contexto humano, al menos en el comienzo. Luego uno aprende, aunque el desarrollo psicológico necesario para la estabilidad, que llamamos ‘proceso de individuación’, es un camino para toda la vida. También sirve analizar los sueños, un regalo que nos da la vida porque dicen mucho de nosotros. O poner por escrito las fantasías, esos temores que muchas veces nos bloquean.
-Es un trabajo arduo entonces…
-Sí, pero en la medida que te vas dando cuenta, sientes un alivio tremendo. Siempre que liberas algo negativo, adquieres un potencial de vida y creativo muy grande. He oído a muchos creadores, como Nacho Duato o Miquel Barceló, decir que el arte los ha salvado de ser seres antisociales.
-¿Hay quien se muere sin haber siquiera vislumbrado su sombra?
-Van Gogh, por ejemplo. Y haciendo mucho daño, destruyendo todo lo de su alrededor. Cuando no se integra, la sombra tiene un efecto devastador.
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