En el Barroco ellas escribían de su vida privada, ellos de política



La segunda sesión programada del Seminario Interdisciplinar de Estudios sobre Cultura Escrita (SIECE) abordó como temática el modo en que escribían las religiosas y cortesanas en la época Barroca.

 

¿Por qué religiosas y cortesanas?. Porque en aquella época la cultura seguía siendo un coto privado para las mujeres en general y las pocas ilustradas que existían pertenecían a esos dos selectos grupos. Entre uno y otro también había diferencias: las cartas de las religiosas hablaban, sobre todo, de religión; las cartas de las cortesanas se refieren a la

Antonio Castillo es el responsable del SIECE.
educación de sus hijos, a la familia.. El director de este seminario, Antonio Castillo, indica que en estas fechas la temática de las cartas entre hombres y mujeres difiere mucho, porque ellos se dedicaban sobre todo en su correspondencia a hablar de aspectos públicos, como la política o los negocios; las mujeres, por el contrario, escribían cartas más personales.
En esta sesión el estudio se ha concentrado en la correspondencia escrita de dos mujeres: la monja Cecilia del Nacimiento y Victoria de Toledo. Pero también se ha hablado de la importancia de las cartas escritas, por ejemplo, por Santa Teresa de Jesús, mediante las cuales puede analizarse paso a paso su proyecto de reforma de la orden del Carmelo. También es muy llamativa la correspondencia de otra religiosa: María Jesús de Águeda, confesora de Felipe IV, ya que según ha explicado Castillo en esta correspondencia epistolar aparecen muchos consejos de cómo gobernar.
En este encuentro interdisciplinar también se han analizado cartas más ‘mundanas’, por denominarlas de algún modo: las de las mujeres, madres y esposas, de los hombres que emigran a América. Desde el punto de vista sociológico este tipo de correspondencia es mucho más interesantes, entre otras cosas porque en la mayoría de los casos requerirían de los servicios de un escribiente o alguien letrado, ya que a mediados del siglo XVII en España sólo el 20% de las mujeres estaban alfabetizadas, frente al 50% de los hombres.
En todo caso, con este seminario se ha tratado de recuperar un patrimonio epistolar de mujeres que está muy disperso y muy poco investigado, sobre todo porque la mayoría de estas correspondencias se guardan en monasterios y muy pocas veces, como puede ser el caso de Victoria de Toledo, cuya correspondencia epistolar se encuentra en el Archivo de los Duques de Medinasidonia, está catalogado y conservado.
Este seminario interdisciplinar continuará en 2010 con nuevas sesiones, dentro del proyecto SIECE de investigación, apoyado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, que pretende realizar un estudio de las cartas desde el siglo XVI hasta nuestros días. En febrero la sesión se dedicará al siglo XVIII.
El estudio de la correspondencia epistolar es muy interesante sobre todo si tenemos en cuenta que la estructura de las cartas ha cambiado muy poco a lo largo de los siglos y sólo se ha transformado con la llegada del correo electrónico que, pudiéndose considerar como una especie de correspondencia, no respeta mucho de las fórmulas establecidas.
Así que tomen buena nota los que deseen mantener las normas tradicionales de las cartas: “una buena carta debe ser legible, con una letra cuidada; tiene que ser correcta en las formas, evitando la pedantería y las cursilerías y tiene que convertirse en una verdadera conversación escrita”, dice Antonio Castillo.