La Christmas anglosajona invade la Navidad
Santa Claus colgando de todas las ventanas, árboles de Navidad adornando nuestros salones, pavo en la cena de Noche Buena...¿Dónde se han ido los Reyes Magos, los portales de Belén y el cordero asado?. La influencia de la Navidad anglosajona cada vez cala más fuerte en España, donde poco a poco se van imponiendo las costumbres anglosajonas del Christmas y se van difuminando las propias. El profesor de la UAH, Ricardo Sola Buil, ha ofrecido una conferencia sobre este asunto recientemente.
-Ahora todos ponemos un árbol de Navidad en nuestras casas, pero esto es algo reciente en España y procedente, como tantas otras cosas, de la cultura anglosajona. Cuéntenos el origen del árbol navideño.
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Ricardo Sola Buil es profesor de la UAH y ha ofrecido hace unos días una conferencia sobre la Navidad anglosajona |
-El árbol de Navidad es una costumbre que procede de Alemania. La reina Victoria se casó con el Príncipe Alberto, alemán, y él trajo consigo la cultura de instalar el árbol. Un árbol que, en principio, se instalaba fuera de las casas. A la reina Victoria le gustó la idea y empezó a colocar un árbol enorme en su jardín. Los ingleses tienden mucho a imitar los gustos y los hábitos de sus monarcas y empezaron a copiar la idea. De Inglaterra, suponemos, saltó a Estados Unidos, y a nosotros nos llegó más o menos a mediados del siglo XX.
-¿Y por qué esa costumbre de poner bolas?
-Hay muchas teorías. A mí la que más me gusta es esa que habla de que los vikingos tenían la costumbre, por estas fechas, de colgar sus trofeos en el árbol para que le diera suerte de cara al nuevo año. También se habla de que las bolas de Navidad serían las manzanas del paraíso y que este rito de colgarlas traería consigo la redención del pecado original... Hay, incluso, una leyenda que dice que fue Lutero, cuando paseaba, que vio el árbol de la reina sin decoración y a través de las ramas vio las estrellas y se le ocurrió adornarlo.
-El segundo gran tema: Santa Claus
-La tradición de Santa Claus aparece en Nueva York, en una ilustración de 1863, durante la guerra civil americana. Y ya aparece como el prototipo descendiente del Father Christmas y de San Nicolás, trayendo regalos a los combatientes. Hay un pequeño poema que acompaña la ilustración y ya se le describe con un pequeño trineo mandado por 8 renos. A Europa, incluida Inglaterra y España Santa Claus llega por motivos meramente comerciales. De hecho, la historia del reno Rudolph, el de la nariz roja, la inventó un comerciante americano a mediados del siglo XX para atraer clientela.
-Hay grandes diferencias entre la celebración gastronómica de la Navidad anglosajona y la nuestra, todavía...
-Sí, si las hay, empezando por la hora, porque ellos empiezan a cenar las 7 de la tarde y, desde luego, no comen marisco, ni cordero. Comen lo de siempre: patatas asadas, nabos, crema de arándanos, bechamel... esa es la guarnición que acompaña al plato central, que es el pavo, o el pato, o el capón o, incluso en algunas zonas, como Escocia, el jabalí. El postre es el christmas puding, una especie de pantone que se rocía con licor flambeado y que contiene frutas, a veces. Encima de este pastel siempre ponen acebo.
Al final de la cena hay lo que se denomina un cracker, una caja con sorpresas y gracietas, como narices de payaso, coronas o matasuegras que sirven para alegrar la fiesta mientras esperan la llegada de Santa Claus.
-No hay celebración familiar de Navidad, ni de Noche Vieja...
-Bueno, ellos celebran también la llegada del año, pero como una celebración colectiva.Toman una cerveza especial y hay campanadas, como aquí. Y con la llegada del nuevo año todo el mundo anglosajón canta ‘Auld long sing’, que es esa canción tan popular que todos conocemos.
-La Navidad anglosajona está llena también de literatura. Ahora se ha hecho muy popular el Cuento de Navidad de Charles Dickens...
-Sí, el 'Cuento de Navidad' de Dickens se ha hecho muy popular, pero no es un cuento dedicado a Navidad. Es un cuento gótico, de fantasmas, y aunque se utiliza la Navidad como excusa lo que expresa, en realidad, es la ideología y el espíritu de la época.
Al hilo de lo dicho, lo que es muy curioso es que Shakespeare no tenga nada dedicado a la Navidad. Sólo hay un fragmento, formado por 8 versos, en Hamlet, relacionado con este asunto y lo relaciona con una estación agradable y bonita. Una auténtica simpleza. Las malas lenguas dicen que no le gustaba la Navidad porque su mujer nació ese día y lo odiaba.Sin embargo, sí tiene 'Noche de Reyes'...
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