Manuel Guzmán: "La aspirina marcó un punto de inflexión. Ahora el futuro está en la nanotecnología"
Hace 4.000 años ya existían tratamientos farmacotécnicos. Procesos muy rudimentarios para tratar enfermedades que, tras siglos y siglos de especialización, han superado etapas empíricas o filosóficas para llegar a fármacos que hoy en día salvan vidas yendo a la raíz del problema. Pero la evolución no para y continúa. Manuel Guzmán, profesor de Farmacia y Tecnología farmacéutica, nos da los detalles del “camino medicamentoso”; las características del fármaco del futuro; las medicinas que marcaron un antes y un después en la humanidad y perfila los trazos de una nueva forma de hacer farmacia. El pasado, el presente y el futuro del medicamento.
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Manuel Guzmán, profesor de Farmacia y Tecnología Farmacéutica |
"Antes se esperaba que el organismo aprovechara el fármaco como pudiera y ahora lo que se pretende es llevarlo hacia donde tienen que actuar. eso es la liberación controlada de medicamentos" |
Los primeros datos que aparecen en la Historia, documentados, de tratamientos son las tablillas sumerias de Nipur hace ya 2.200 años antes de Cristo. Allí, aparecen tratamientos y procedimientos fundamentales que eran básicamente maceraciones o infusiones de plantas y de drogas.
- ¿Podría contarnos algún proceso farmacotécnico rudimentario de la antigüedad que le llame la atención?
Había una cosa curiosa y es que conocían la anestesia y trataban algunas patologías. Por ejemplo cuando una persona tenía problemas de vejiga y no podía orinar, había que hacerle primero un tratamiento anestésico que se basaba en cerveza y semillas de adormidera. Se lo daban al paciente en una infusión y le introducían, posteriormente, un tubito por la uretra impregnado en aceite con una planta resinosa muy olorosa. En realidad lo que se hacía era sondarle para que pudiera evacuar. De esto hace ya 4.000 años. Fundamentalmente los procedimientos eran infusiones, extractos… Conocían también el proceso de fermentación de la cerveza, del vino o la leche y lo utilizaban para disolver las drogas.
- Los fármacos se han ido perfeccionando con el paso del tiempo. ¿Podría enumerarnos alguno de esos procesos de evolución que más hayan marcado la historia?
Después de la época arcaica, por ejemplo, un personaje fundamental fuel el romano Galeno (S II d. C) que es el padre de la farmacia y en concreto, de la tecnología farmacéutica porque él fue el primero que dijo que había que dar un determinado medicamento con una indicación concreta. La indicación consiste en que para cada patología se necesita una droga, un medicamento administrado de una forma determinada, con una dosis concreta y de una manera y durante un tiempo también concretos. Hoy es lo que nos dice el médico: tómese usted estas cápsulas cada ocho horas antes de las comidas y durante siete días… Galeno fue el primero en hacer esta apreciación e intentó dar una forma a los fármacos, a las sustancias activas para poder administrarlas.
- ¿Es tan importante la forma de los medicamentos?
Para que comprobéis la importancia os pongo un ejemplo con Nadal y Alonso. Ambos son número uno en sus especialidades. Para poder jugar al tenis uno se pone unos pantalones cortos, una camiseta y unas zapatillas. El otro se pone un mono y un casco. Pero si a Nadal le ponemos la indumentaria de Alonso, quizá alguno de nosotros le pueda hacer un punto. Si Alonso no se pone el casco, ni el mono y lleva un pantalón corto, no tiene la seguridad que tenía y no estaría protegido. Pues el fármaco sería lo que es Nadal o Alonso: una gran potencialidad para ganar, para llegar a donde tiene que actuar, pero si no le damos la forma adecuada para que el organismo lo aproveche, lo perderemos absolutamente todo. Por eso, hoy en día, se considera tan importante como el fármaco, la forma farmacéutica. Hay que llegar a donde hay que actuar y hay que llegar en las mejores condiciones.
- ¿Este concepto estaría enlazado con lo que ustedes determinan como liberación controlada de medicamentos?
Sí, hasta hace bien poco que el fármaco llegase a su lugar de acción era impensable, sin embargo hoy en día, con la liberación controlada de medicamentos conseguimos esto. Fue en los años 70 cuando apareció el concepto de disposición controlada de medicamentos. Antes se esperaba que el organismo aprovechara el fármaco como pudiera y ahora lo que se pretende es intentar llevarlo hacia donde tienen que actuar.
“El fármaco sería lo que es Nadal o Alonso: una gran potencialidad para ganar, para llegar a donde tiene que actuar”
- ¿Eso sería el medicamento del futuro?
Sí, una medicina personalizada y que llegue al sitio donde tienen que actuar. La enfermedad tiene varios frentes. Por un lado, tenemos las infecciones por virus, bacterias o parásitos, en las que hay que combatir el microorganismo patógeno y por otro lado, las disfunciones de nuestro organismo cuyo origen está en errores en la información que tienen nuestras células, en el núcleo, y concretamente en el DNA. En este caso, o hay un exceso de información o hay un defecto. El objetivo es combatir el problema , llevando al interior del núcleo el material genético necesario y específico que permita a la célula procesar correctamente la información para producir las biomoléculas que necesita (enzimas, hormonas) para restituir la correcta funcionalidad celular.
- ¿En qué punto está, en la industria farmacéutica española, las técnicas de liberación controlada de medicamento?
Hay que partir de la base que cuesta muchísimo poner en el mercado un nuevo medicamento. Se habla de 800 millones de dólares en términos económicos y se tarda entre 10 y 12 años en términos de tiempo. El futuro está en nuevos fármacos que se obtienen a partir de conocimientos de biología molecular o tecnológica.
En este momento la industria farmacéutica está volcada en los medicamentos genéricos y hay muchas empresas cuya forma de subsistencia es esa. Luego hay otras que apuestan por el futuro, cuyo desarrollo les cuesta más, que son empresas innovadoras y biotecnológicas. Aquí en España tenemos un ejemplo muy bueno que es Farmamar que está apostando por el desarrollo y por ejemplo, tienen en el mercado un medicamento anticanceroso. España está muy bien posicionada y creo que también en investigación. Tenemos unos investigadores muy buenos en el campo de la liberación controlada de medicamentos. Hay grupos muy potentes en Santiago de Compostela, en Vitoria, en Madrid, etcétera. El futuro está en la nanotecnología.
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"El poder manipular el DNA ha sido el último hito importante. El conocimiento de la estructura del DNA, el saber qué gen produce tal enfermedad, o cual está deficitario y el poder utilizarlo para tratamientos" |
- ¿Cual ha sido el hallazgo más sonado, el punto de inflexión en cuanto a medicamentos se refiere, para la humanidad?
Sin duda la aspirina. El acido acetil salicílico. Se conocía el ácido salicílico pero con la introducción del grupo acetilo aumentó su potencia. Ha sido analgésico y es un potente antitérmico y luego se ha visto que también es antiagregante para prevenir el infarto. Más de 100 años tiene de vida la aspirina y todavía le queda margen de maniobra. Creo que sin duda ese ha sido el punto de inflexión, por un lado por su eficacia y por otro porque apareció en el momento del desarrollo industrial, lo que permitió fabricarlo a gran escala y difundirlo. Luego los antibióticos, la penicilina…
- Y si mira al presente ¿Cuál es el hallazgo en farmacología con mayor relevancia?
Últimamente poder obtener hormonas y biomoléculas por procedimientos biotecnológicos. Pongo un ejemplo: antes los niños que padecían raquitismo y que necesitan la hormona del crecimiento, ésta se obtenía de la pituitaria de los cadáveres y se necesitaban bastante para poder administrar una dosis a un único niño. Era impensable poder extender su uso para tratar a todos. Hoy en día (desde 1985) se obtiene mediante biotecnología (tecnología de DNA recombinante) y el coste es mucho menor y se puede beneficiar del tratamiento una mayor cantidad población.
El desarrollo de la ingeniería genética y poder manipular el DNA de un microorganismo, de una céluda, para que nos fabrique la sustancia que nos interesa ha sido el último hito importante. Por otro lado, el conocimiento del genoma (la estructura del DNA) y saber qué gen produce tal enfermedad, o cual está deficitario y el poder utilizar esta información para desarrollar nuevos tratamientos es otro hecho de enorme relevancia para la medicina. Pero en este campo todavía nos falta mucho por investigar porque conocemos del DNA su secuencia. Por analogía sería como la cinta de un casete, tenemos una información plana. Pero el DNA tienen una estructura espacial enrollada y nos falta conocer qué funciones tiene esa disposición tridimensional. Ahí está el futuro.
- ¿Cree como profesional que abusamos del uso de los medicamentos?
Sí se abusa porque hoy se tiene muchísima información y se sustituye el acto de un profesional por la información que se adquiere en Internet, por ejemplo. Hay que tomar este tema con prevención. Cada medicamento está indicado para una cosa concreta y no hay que dar ni de más, ni de menos. Lo justo para que se pueda tratar esa enfermedad.
- Y hablando en términos académicos, ¿Cómo ve el proceso de adaptación de los estudios de Farmacia a Bolonia?
Lo veo de una forma muy esperanzada. No podemos cambiar mucho porque Farmacia tiene una directiva europea para poder homologar los estudios, igual que tiene Enfermería, Medicina o Arquitectura. Farmacia seguirá teniendo cinco años de estudios. Seis meses, como ahora, de prácticas en una oficina de farmacia o en una farmacia hospitalaria. Con el nuevo plan de estudios lo que sí espero es que se potencien más los aspectos curriculares que tienen que ver con la motivación y la actividad del alumno, que se puedan hacer orientaciones o ramas y que los alumnos puedan, aparte de hacer esas prácticas, ir a otras empresas a colaborar en trabajos o hacer prácticas dentro de los distintos departamentos de la Facultad. Eso permitiría que los alumnos conocieran cual es el mundo de la industria y traer la industria a la Universidad. Y no sólo hablo de la farmacéutica, también la alimentaria, análisis clínicos, etcétera.
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