La sal utilizada para deshacer el hielo podría ocasionar riesgos medioambientales

La sal es el compuesto más usado para deshacer las placas de hielo por su eficacia y por su bajo precio. Sin embargo, el precio que están pagando algunos países donde las nevadas son mayores como Alemania, Austria o EEUU, es mayor ‘ambientalmente’ hablando. El uso de la sal común se ha restringido e incluso prohibido en algunas ciudades precisamente por los perjuicios al medio ambiente, a coches y a infraestructuras. “Su riesgo ambiental esta asociado con el empleo continuado de grandes cantidades que puede producir problemas de salinización del agua, del terreno y la oxidación de ciertos materiales” explica Juan José Vaquero, titular de química orgánica en la UAH, aunque también apunta que en España, lo limitado de su uso hace que su riesgo sea mínimo.

"Determinadas especies vegetales o animales pueden ser muy sensibles a los efectos de la salinización y resultar dañados"

Juan José Vaquero, profesor de Química Orgánica de la Universidad de Alcalá
“Bendita sal” tuvieron que pensar muchos vecinos cuando camiones cargados de cloruro sódico, esparcieron su contenido por calles y carreteras para acabar con las placas de hielo. Los temporales que azotan el país dejan tras de sí, una blanca y bonita estampa invernal pero han venido acompañados por la polémica de la sal y es que, este compuesto es el más usado para deshacer la nieve por su eficacia, a la hora de disminuir el riesgo para la movilidad de coches y personas, y sobretodo, por su bajo precio. Sin embargo, el precio que están pagando algunos países donde las nevadas son mayores como Alemania, Austria, Canadá o EEUU, es mayor ‘ambientalmente’ hablando. El uso de la sal común se ha restringido e incluso prohibido en algunas ciudades precisamente por los perjuicios al medio ambiente, a coches y a infraestructuras. “Su riesgo ambiental esta asociado con el empleo continuado de grandes cantidades que pueden acabar generando problemas de salinización del agua, del terreno y la oxidación de ciertos materiales” explica Juan José Vaquero, titular de química orgánica en la UAH, aunque también apunta que en España, lo limitado de su uso hace que su riesgo sea mínimo.

- ¿Podría explicarnos, para que lo entendamos todos, cómo funciona el proceso en el que la sal acaba con la nieve y el agua congelada?
La finalidad de añadir sal u otro aditivo químico a la nieve tiene por objeto evitar la formación de hielo. Esto se consigue porque la mezcla nieve-agua-sal que se genera tiene la propiedad de que disminuye el punto de congelación del agua que a nivel del mar es de 0 ºC. La mezcla puede llegar a rebajar el punto de congelación del agua hasta -21 ºC y, por tanto, a las temperaturas que habitualmente tenemos en España -incluso en días muy fríos- se evita total o parcialmente la formación de placas de hielo con la consiguiente disminución del riesgo para la movilidad de automóviles o personas.

Operario preparándose para esparcir la sal a las calles
- ¿Usted opina que el uso de la sal o el cloruro sódico para derretir la nieve, es perjudicial para la naturaleza? Al fin y al cabo si la sal acaba finalmente en los acuíferos, podría perjudica a la fauna, a la flora y podría acabar afectando al uso doméstico ¿Qué opina sobre ello?
En términos generales el cloruro sódico (sal común) es un compuesto químico que ingerimos en nuestra dieta de forma regular y que se utiliza desde muy antiguo como conservante alimentario y, por tanto, su ingestión no entraña riesgo para nuestra salud salvo en personas hipertensas que deben cuidar la cantidad de sal que ingieren en su dieta.
En cuanto a uso para prevenir la formación de hielo, su riesgo ambiental esta asociado con el empleo continuado de grandes cantidades que pueden acabar generando problemas de salinización del agua, del terreno y la oxidación de ciertos materiales. Este uso masivo normalmente no se produce en España en las que las nevadas son esporádicas y, en general, de baja intensidad comparada con los países del norte de Europa. En los países en los que se emplea de forma masiva, sí puede aumentar de forma notable su incidencia negativa en el medioambiente y si puede ser aconsejable restringir su uso en zonas sensibles sus efectos.

- En España no caen tantas nevadas como en otros países y por eso el tema del uso de la sal no es muy debatido en los círculos científicos pero, bajo su punto de vista, ¿Deberíamos tomar cartas en el asunto? Por aquello del más vale prevenir que curar o sin embargo, ¿Se está exagerando la situación?
En mi opinión, en España, lo limitado de su uso hace que su riesgo sea mínimo aunque es cierto que en determinadas carreteras de montaña su uso pude ser más necesario y extendido en el tiempo para poder transitar o acceder lugares de esquí y se pueden producir alteraciones locales de la flora y la fauna por acción de la sal. No se puede olvidar que determinadas especies vegetales o animales pueden ser muy sensibles a los efectos de la salinización y resultar dañados.

Una vez la sal deshace el hielo, los operarios recogen los restos con las palas
- ¿Se tendrían que adoptar alternativas al uso de la sal como el acetato de calcio y magnesio (más biodegradable y menos corrosivo), o arenas, gravillas, productos agrícolas residuales, la urea o la salmuera mezclada con arena? ¿O simplemente es más caro y acabarían haciendo la misma función, con los mismos resultados?
Por el momento, hasta donde yo conozco, no hay alternativas claras al uso de la sal para este fin. Las alternativas que apuntas son más caras y no hay evidencias que resulten superiores desde un punto de vista medioambiental. Por ello, la restricción de su uso es la alternativa cuando hay evidencias de efectos perjudiciales como resultado de su uso masivo pero ello puede conllevar también la restricción de la movilidad en determinadas zonas durante ciertas épocas del año. Otra alternativa que se baraja pero que por el momento no parece muy viable, es la sustitución de los pavimentos actuales por otros que lleguen a evitar o al menos minimizar la formación de placas de hielo.