Virginia Galera, profesora de Antropología Física de la Universidad de Alcalá, explicó que el proyecto lo están haciendo junto a Policía Nacional y Guardia Civil, y que forma parte de un programa más amplio que comprende el estudio de la morfología de la toda la cara. Lo primero que han hecho es evaluar las necesidades de los agentes y ver qué caracteres de la oreja se tenían que destacar: orejas más o menos redondas, más o menos ovaladas, con un lóbulo pegado o despegado de la cara, etc., para luego ver su frecuencia.
Es decir, se ha establecido un protocolo para la identificación científica de esta parte del cuerpo, que se ha consensuado entre las tres partes implicadas en el proyecto y que servirá como una "hoja estandarizada", con las diferentes características y de utilidad en la identificación forense. Existen formas de orejas triangulares, ovaladas, redondas y rectangulares, según este manual, que integra una clasificación de otros muchos caracteres de esta parte del cuerpo.
En muchos delitos se obtienen imágenes de los culpables en cámaras de vídeo o de un banco. Una de las primeras cosas que hace la policía es identificar las partes del cuerpo visibles; en el caso de que se vea la oreja se aplicará el protocolo con los distintos caracteres, lo que permitirá identificar al delincuente. Por ejemplo, hay caracteres, como el lóbulo de la oreja hendido, que sólo lo presenta el 1,92% de la población española. Por tanto ayudan a establecer la identificación de criminales: cuanto menos frecuente es una característica de una oreja, más identificativa es ésta.

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