El profesor Antonio Castillo analiza cómo lee y escribe la sociedad actual

El aumento de la alfabetización ha hecho que en nuestro país se lea más y mejor. Lejos todavía de alcanzar las tasas de los países escandinavos, con la llegada de las nuevas tecnologías, el precio de los libros se abarata y el modo de lectura cambia del tradicional formato de papel, con un buen ejemplar sostenido en las manos, al soporte digital, en el que las pantallas nos muestran páginas de relatos, poemas o ensayos. Pero ¿Cómo leemos los españoles? ¿Cómo se difunde la lectura en nuestros días? ¿Qué nuevos productos, en la práctica lectora, se avecinan? El profesor y doctor en Historia de la Cultura Escrita de la UAH, Antonio Castillo Gómez, arroja luz sobre estas cuestiones, tras su conferencia, la primera que ofrece la Universidad en 2009, "Del rollo a Internet. Libro y lectura de la Historia"

"Quiero creer que el libro seguirá siendo la forma más cómoda de disfrutar de la novela, la poesía o un buen ensayo"

Antonio Castillo durante su conferencia "Del Rollo a Internet. Libro y lectura de la Historia"

Bajo el título "Del rollo a Internet. Libro y lectura de la Historia", la UAH celebra su primera conferencia del año 2009. El doctor en Historia y profesor titular de Historia de la Cultura Escrita, Antonio Castillo Gómez, ha sido el encargado de analizar las etapas fundamentales por las que han pasado la escritura, desde la Antigüedad clásica hasta nuestros días, con el punto de mira puesto en los cambios acontecidos en los formatos y las tecnologías, y con el objeto de mostrar su relación con las diferentes maneras de leer y con la difusión social de las lecturas en las distintas épocas de la cultura occidental.

"Cada época y cada sociedad pueden ser mejor conocidas y valoradas a partir del uso que hacen de la escritura, del modo en que proveen a la distribución social de la capacidad de escribir y de leer, de la función que asignan a los productos escritos y a sus distintas tipologías"

Armando Petrucci

- Quizá es demasiada síntesis pero ¿Podría decirnos tres etapas fundamentales por las que han pasado la escritura a lo largo de la Historia?
Dando por sentada la aparición de la escritura como factor necesario para entender el resto de transformaciones, en el caso de la historia del libro y de la lectura me atrevería a señalar tres momentos atendiendo a los cambios que se han producido en el formato, la manera de leer y la sociedad lectora. Respecto al primer aspecto, sin duda el hito fundamental lo supuso la invención del códice o libro formado por cuadernillos en el siglo I de nuestra era, pues se trata de la forma que el libro ha mantenido desde entonces hasta nuestros días con independencia de que primero se copiaran a mano, a partir del siglo XV se difundiera la imprenta y en el XIX se industrializara dicho procedimiento. En lo que concierne a la manera de leer, una etapa clave corresponde a la creación de la Universidad en la Europa medieval dado que en relación con ella y a partir del siglo XII se hizo más evidente la lectura en silencio, sin lugar a dudas como resultado de los cambios en la materialidad del libro, en particular la separación de las palabras. Y en cuanto a la sociedad lectora, entiendo que es clave lo que sucede a partir de mediados del siglo XIX con el principio de la democratización de la cultura escrita y la progresiva incorporación a la misma de las mujeres, la infancia, la clase trabajadora y, en general, los sectores populares.

- Cada vez hay más publicaciones que usan formato digital o libros que se descargan de Internet o se leen de forma on-line ¿Cree que el formato papel acabará desbancado a la hora de leer, por el soporte digital?
Actualmente parece difícil pensar en una desaparición de los libros en papel y en su formato tradicional, el llamado códice al que me refería anteriormente, por más que las empresas implicadas en la revolución informática están realizando numerosas investigaciones.
Quiero pensar, o casi creer, que el formato digital suplantará al papel en determinados tipos de libros (enciclopedias, obras de consulta, revistas científicas, etcétera), mientras que el libro conocido hasta la fecha seguirá siendo la forma más cómoda de disfrutar de la novela, la poesía o un buen ensayo.
Por otro lado, en el caso de producirse dicha suplantación, también deberíamos pensar en las consecuencias que puede tener para la conservación de gran parte de nuestra memoria, la que se acumula en los libros, documentos o periódicos. Por el momento los soportes digitales son menos duraderos que el papel lo que obliga a la duplicación constante de los mismos registros. Que sepa aún no existe ningún soporte de ese tipo capaz de durar los cientos e incluso miles de año que lo han hecho algunos de los documentos o libros conservados en archivos y bibliotecas.

- ¿Hacia dónde caminan las tendencias?
De un lado es evidente que se producirá una consolidación de los libros electrónicos y los dispositivos on-line en determinados sectores del mundo editorial y de manera concreto en el ámbito de las publicaciones universitarias, dado que el público lector potencial es, en término general, reducido y muy especializado.
De otro lado se aventuran nuevos productos que combinan los distintos lenguajes de la comunicación (escritura, palabra e imagen), buscando una mayor interactividad en la práctica lectora con objeto de acercar ésta a usos ya instalados en nuestra sociedad, especialmente entre las generaciones más jóvenes. Y en tercer lugar, otra tendencia estará marcada por la creciente digitalización de libros y documentos con objeto de "colgarlos" en la Red con acceso público, como están haciendo ya numerosos archivos y bibliotecas o algunas de las empresas informáticas más potentes. Hay que pensar que, por ejemplo, en el Proyecto Gutenberg nacido en 1971 y que actualmente alberga más de 19.000 libros electrónicos, o en el más reciente de la Biblioteca Digital Europea.

- ¿Cómo leemos la sociedad española?
Si dejamos de lado las estadísticas, no se puede decir que la sociedad española lea de una forma determinada pues las prácticas de lectura son universales. En ese sentido lo que caracteriza a nuestra época, sobre todo por la sobresaturación informativa que padecemos, es una manera de lectura que los expertos denominan extensiva, es decir, basada en la consulta o lectura superficial de un numero de textos amplio, aún más desde el momento que los tenemos accesibles a través de Internet. Esto, en particular, por lo que afecta a la lectura informativa y de conocimiento. A su lado está la lectura de
placer o evasión, en la que aún predomina la relación individual con el libro sostenido en las manos.

- ¿Que cambios y qué semejanzas existen a la hora de difundir la lectura?
Desde mi modesto punto de vista, el principal factor de promoción o difusión de la lectura está en el reconocimiento social de la misma y su plena inserción en la familia y en el curriculum escolar. El día que entendamos el valor cultura que tienen los libros, las ventanas que abren al conocimiento y al disfrute, es posible que nuestras tasas se acerquen algo más a las que ofrecen algunos de los países mejor puntuados en los Informe Pisa, caso, por ejemplo, de los países escandinavos. No se trata sólo de hacer campañas en la televisión o el Metro, sino de promover la existencia y uso de las bibliotecas públicas, donde todavía el ratio de libros por habitante no está al nivel recomendado por la UNESCO, así como potenciar la presencia social del libro y de lectura.

- En relación con la cita de Armando Petrucci ¿Cuales son las características de los últimos siglos en cuanto al uso de la escritura y sus productos y la capacidad de la sociedad de leer y escribir?
Como decía antes, a partir de mediados del siglo XIX y en el caso de España algo más tarde se ha ido produciendo una aumento notable de la alfabetización favorecido por la extensión de las escuelas y bibliotecas públicas, de manera que, con todos los problemas que queramos señalar, nos encontramos en el momento histórico de mayor número de lectores y lectoras. Obviamente esto se ha visto favorecido también por los nuevos sistemas de impresión de libros, primero de tipo industrial y más recientemente digital, ya que todo esto ha supuesto un abaratamiento importante del precio. Hoy día resulta difícil de justificar que no se lea porque los libros sean caros.
Al lado de estos aspectos indudablemente positivos no puedo dejar de señalar algunos problemas que aún persisten. Por un lado, en el llamado mundo desarrollado todavía se mantienen algunas bolsas de analfabetismo que penalizan en mayor medida a las mujeres y a los sectores populares. Por otro lado, si bien los progresos del alfabetismo han sido notorios en los últimos tiempos, no debemos olvidar que en muchos de países del Sur de Asia, el Mundo Árabe y el África subsahariana aún existe en torno a un 40 % de analfabetismo.