Denis Rafter, un nuevo doctor irlandés
El actor y director Denis Rafter . se doctoró ayer en la UAH, recordando la llegada hace 400 años de los primeros colegiales irlandeses a Alcalá.
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El actor y director Denis Rafter frente a la Cisneriana el día de la ceremonia de investidura |
- ¿Qué siente al ser el primer estudiante irlandés que se doctora en la UAH, 400 años después de que los primeros colegiales irlandeses llegaran a la Universidad de Alcalá?
Es impactante porque yo de niño, en Irlanda, estudiaba la ciudad de Alcalá de Henares como sede y como sitio al que los estudiantes irlandeses acudían, en tiempos muy difíciles del siglo XVII, a formarse. Fue una sorpresa descubrir que soy el primero porque en realidad yo empecé mis estudios sobre Hamlet aquí en España y después me di cuenta de que estaba haciendo algo histórico. También hay mucha hermandad entre España e Irlanda y me siento orgulloso y me llena de satisfacción el pensar que, tal vez, formo otro pequeño puente entre los dos países
- A grandes rasgos ¿Podría explicarnos en qué consiste la tesis con la que se ha doctorado, ‘Hamlet en España’?
Han hablado mucho y escrito mucho sobre 'Hamlet'. Es la obra de Shakespeare más comentada y más enigmática. Yo hice un estudio desde el punto de vista del actor porque yo lo soy también. Quería ver los textos traducidos al castellano porque desde hace siglos ofrecían al actor español, el material correcto y suficiente con el que él podía interpretar a Hamlet. Hice el estudio, desde el año 1772, bajo cuatro aspectos: La racionalidad de Hamlet; la tonalidad o musicalidad, la pasión y la coherencia. De esta manera, podría construir un personaje de Hamlet en España y ver si coincidía con el de Shakespeare.
- Es decir, ha sido un trabajo largo y de investigación…
La parte más interesante de cualquier tesis, bajo mi parecer, es la investigación. Porque tú vas a la Biblioteca Nacional y es como una mina. Vas descubriendo diamantes interesantes, anécdotas y poco a poco estás construyendo un mundo que tú mismo estás viviendo. Es como una experiencia virtual. Con la imaginación, poco a poco, estás viviendo en tiempos pasado. Como creador, como hombre de teatro, y como actor me lleva atrás en el tiempo y entonces olvido lo que hay a mi alrededor.
- Este título se suma a su curriculum pero usted es actor y director, de hecho tienen en gira la obra de Shakespeare, ‘El mercader de Venecia’, entre otras. ¿Cuál va a ser su siguiente paso: sobre las tablas o entre bambalinas?
En general lo que me gustaría hacer es repartir mi experiencia sobre lo que he conocido y aprendido con otros actores y gente de teatro. Pero como artista, quiero trabajar más sobre las tablas. Volver a actuar. Ya he dado mucho desde fuera y he dejado un poco la parte actoral. Ahora mi reto es interpretar personajes. Sentir y hacer sentir.
- De todo lo que ha hecho en su carrera profesional ¿Qué es lo que más le ha llenado de orgullo y satisfacción?
Mi familia. Tengo tres hijas y una mujer maravillosa. Una de ellas ha venido desde Londres a Madrid para acompañarme en la ceremonia de investidura de la UAH y va a estar menos de 24 horas sólo por estar conmigo. Mis tres hijas y mi mujer siempre están a mi lado y me siento orgulloso de este doctorado. Se lo dedico a ellas porque todo vale la pena por ver su satisfacción.
- ¿Cuál ha sido el momento más amargo de su carrera?
Yo no guardo nunca rencores aunque hay momentos amargos, algunos causados por mí, he de confesar. En muchos de estos momentos malos de la vida, la propia víctima es también verdugo. Nosotros causamos estos momentos amargos. Lo que peor me hace sentir es haber hecho daño a otra persona.
- ¿Teatro clásico o teatro contemporáneo?
Yo vengo ahora de gira con una obra clásica ‘El mercader de Venecia’ y otras dos contemporáneas y me gustan las tres. Lo más importante para mí es que sea un texto lleno de pasión, belleza y música. Los clásico me gustan mucho porque es tratar algo que fue escrito hace 400 años y hacerlo interesante para el público de hoy.
- ¿Qué personaje de los que ha interpretado le gusta más?
Entre las obras que he hecho como actor, me quedaría con el personaje del espantapájaros de 'El Mago de Oz' porque, aparentemente, es tonto pero en realidad no es nada tonto. Es inocente. Cuando él acompaña a Dorotea a buscar la Ciudad Esmeralda, la contagia de esperanza; va con un punto de vista muy positivo sobre la vida y procesando mucho cariño hacia ella. Por eso, me quedo con él. Además, es una contradicción porque se mueve por el escenario pero es un hombre de paja y era muy difícil reproducir el movimiento pensando que no tienes huesos. Fue el personaje más completo: movimiento, canción e interpretación.
- ¿Qué le parecen los clásicos de Alcalá en los que usted dirigió ‘Noche de Reyes’ en 2004? ¿Qué le falta para llegar al nivel del Festival de Teatro de Almagro?
He trabajado en Mérida también y creo que cada sitio de España es muy diferente. Almagro lleva muchos años como festival pero son dos espacios y dos festivales muy diferentes. Alcalá tiene los clásicos de la Comunidad de Madrid y creo, que sigue creciendo y abriendo sus puertas a más obras. Lo que cualquier festival tendría que hacer es buscar la personalidad de su propia ciudad y desarrollarlo a partir de ahí. Hay que tener en cuenta que pocos sitios del mundo tienen tantos teatros diferentes como hay en España. Yo animo a Alcalá a seguir adelante con su festival porque es de mucho coraje apoyar a los Clásicos y esto es muy importante.
- Usted nunca ha actuado en el Corral de Comedias ¿Le gustaría? ¿Qué obra representaría?
Me encantaría actuar en el Corral porque es un espacio que me lleva atrás en el tiempo. Me gustaría hacer ‘El Rey Lear’ porque he llegado, no a la edad del Rey Lear (él tiene 80 años en la obra) pero, por lo menos, tengo toda la pinta con la barba blanca.
Publicado en: Archivo entrevistas-reportajes