El libro Los Patios, un patrimonio beneficioso y en peligro, es obra de Antonio Gómez Sal (en la fotografía) y Alberto González García (Dpto. de Ecología, UAH). Basado en los patios coloniales de la ciudad de León en Nicaragua, los autores hacen una reflexión sobre el concepto de patio como componente esencial del hábitat humano, exportado de España. La conservación y proyección de estos históricos lugares requiere documentar tanto los servicios que prestan para el bienestar de la población, cómo su relevante papel patrimonial, arquitectónico y ecológico.

- ¿Cómo surgió la idea de hacer el libro Los Patios, un patrimonio beneficioso y en peligro?
El libro surge como consecuencia de nuestro trabajo en Nicaragua en el marco del Programa de cooperación con Nicaragua y con la UAH.
Soy director desde hace 10 años del programa y este libro es producto del Programa de Medio Ambiente de la UAH-UNAN-León, con la colaboración de los estudiantes del Campus en Centroamérica. Promovimos una serie de trabajos dirigidos a documentar la biodiversidad de León, el patrimonio, la cultura, el eco ambiente y al juntarlo todo vimos que podíamos hacer algo en común.

- Ustedes hablan en su libro de las raíces históricas de los patios americanos ¿Cúales son?
Proponemos el concepto de patio como componente esencial del hábitat humano y éste tiene raíces históricas muy antiguas. Precisamente España exporta a America, con la fundación de las ciudades americanas, tanto el modelo urbanístico de plaza-parque central, con calles paralelas, como el modelo de vivienda, un modelo de vivienda que entonces en España consistía en un la casa y el patio. En este lote de casa y patio también viajan a América toda la biodiversidad de plantas agrícolas que se habían estado cultivando en España, procedente del conjunto de Eurasia (los cítricos, la caña de azúcar) y al saltar a América, con el descubrimiento, se integra con este modelo que a su vez se expande a lo largo de todas las ciudades americanas.

- ¿Y se han conservado así hasta la actualidad?
Sí y eso es lo más sorprendente. En algunas ciudades que no han tenido gran desarrollo económico y por tanto tampoco una gran modificación urbanística, se han conservado con una gran integridad, hasta la actualidad, las casas con sus patios, incluso después de varios siglos y este es el caso de la ciudad de León en Nicaragua. Es una de las ciudades americanas que mejor conserva toda la estructura de casas con patios y un urbanismo renacentista. Aquí hay una raíz muy interesante que liga a esta ciudad con Alcalá porque también Alcalá, en sus palacios y conventos conservan los patios de este tipo. Esto tiene un significado patrimonial de interés como patio heredero del patio romano, es decir, la conservación de viviendas que había en el renacimiento.

- ¿Cómo se fundó la ciudad de León? ¿Cuál es su historia?
La fundación de esta ciudad es muy curiosa. León se funda tardíamente, en 1610, en el siglo XVII porque es la consecuencia del traslado de la primera fundación que fue en el primer tercio del siglo XVI, alrededor de 1530. En esta primera fase, la ciudad se funda al lado de un volcán que entra en erupción y se destruye varias veces. Es en 1610 cuando se decide trasladarla y se crea una nueva ciudad pero con mucha experiencia acumulada ya que habían estado 50 años fundando ciudades a lo largo de América. Se diseña en un lugar que está rodeado de campo, con unas perspectivas muy abiertas a la naturaleza y se funda, además, a un lado de una ciudad indígena que ya estaba localiza por los españoles y que se llamaba Sutiada. Esta ciudad constituía un segundo núcleo fundacional. Por lo tanto, se considera que la ciudad de León se funda con dos núcleos originarios: un núcleo colonial estricto y núcleo de raíz indígena.

- ¿Cuáles son las características de los patios de la ciudad de León?
Todo lo que vienen del núcleo de Sutiada tiene una configuración distinta en cuanto a patios. Ahí los patios eran comunales, alrededor de las casas. Eran espacios comunes que se utilizaban como lugares de abastecimiento: se cogían plantas medicinales, ornamentales, condimentales, etcétera, y con un modelo que imitaba mucho al bosque de la periferia, un bosque tropical seco con alta diversidad de especies. En la actualidad se conocen los dos tipos de patios y muchas situaciones intermedias. En el núcleo colonial hay patios coloniales que tiene un carácter más ornamental, como el salón de la vivienda donde se hace vida y las habitaciones están conectadas al patio.
Otras casas tienen un primer patio que es patio jardín y luego un traspatio, que estaba dirigido al abastecimiento de plantas y animales como las iguanas que la gente caza y muchas aves. Hay una amplísima biodiversidad. Han aparecido 300 especies diferentes de plantas ornamentales, medicinales, comestibles, condimentarias, mágicas, frutales. Este segundo patio estaba más dirigido a dar servicios.
El hecho de que existan la gran variedad patios y la biodiversidad nos han llevado a darlos a conocer y con el objetivo de que hay que conservar porque están muy amenazados.

- ¿Cuáles son las principales amenazas actuales de conservación de estos patios?
Los patios se tienden a dividir y ya no es lo mismo; están también pavimentándolos: algunos se están trasformando en locales comerciales, sin conservar la estructura original y abriéndolos a la calle…

- En su libro recalcan el relevante papel patrimonial, arquitecto y ecológico de los patios ¿Cómo se podrían conservar este basto y rico patrimonio?
En León puede haber en el orden de 1000 viviendas con estructura de patio central. Es un modelo muy interesante de organismo y de gestión de los espacios verdes privados como un elemento patrimonial.
En el libro hay un capítulo que recoge el complemento de uso turístico como un apoyo para la conservación de los patios. Nosotros propusimos al Ayuntamiento de la ciudad de León, unos recorridos por los patios escogidos dirigidos a un turismo, que aún es incipiente. Así, los propietarios podían obtener un beneficio, ofreciendo alimentos, o explicando la historia, etcétera. Una iniciativa que tuvo mucho éxito al principio pero que necesita mucho apoyo.
La idea es que el concepto de patio, tal y cómo se conserva en León y en otras pocas ciudades americanas, en nuestra opinión, merece ser considerado como un patrimonio inmaterial a la humanidad. Y es así porque está asociado al hábitat urbano original donde empezaron las ciudades, la casa patio. El hecho de que esto se conserve en algunas ciudades debería ser objeto de una protección internacional a fondo. La UAH por su hermanamiento puede ayudar a la Universidad de León y al Ayuntamiento a proponerlo y en esa empresa queremos colaborar.

- Y en cuanto a los patios alcalaínos ¿Qué opinión le suscitan?
En Alcalá existe una colección de patios de la Universidad que responde a diferentes estilos. No solo hay patios renacentistas, sino que también hay jardines como el de Económicas. Existiría la posibilidad de hacer una recuperación pedagógica de lo que son los patios y los jardines, consolidando los estilos originales, enriqueciéndolos, recuperándolos y proponiendo una colección de patios y jardines de distintos estilos para que la gente los conozca y los disfrute. Esto es una empresa que podríamos emprender. En la ciudad complutense la mayoría de los patios que se conservan son los que están en los conventos (que son patios romanos que se hicieron durante la Edad Media). Además de estos patios de colegios y conventos, están los patios de viviendas privadas o de fundaciones sociales. Incluso hay otros patios que se conservan como corralas en viviendas de varios vecinos que podrían tener mucho interés también.

- ¿Con que patio se queda, entonces? ¿Con los de Alcalá o con los de León?
Hay una diferencia notable entre los patios de Alcalá y los americanos, y es que estos últimos poseen tres componentes que me parece una magnífica la idea: El componente romano, el árabe y el tropical de América, es una combinación explosiva.

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