Hablar del Campus de Guadalajara es hablar de una historia compartida, de un proyecto que ha crecido con ilusión, constancia y un enorme compromiso de la Universidad y las instituciones con la provincia y con Castilla-La Mancha. Desde 1978, este campus ha sido mucho más que un lugar de estudio: ha sido la puerta hacia la educación superior para miles de jóvenes que, gracias a él, han podido formarse sin abandonar su tierra, arraigando talento y generando oportunidades para Guadalajara y su entorno compartido.

A lo largo de casi medio siglo, el campus ha evolucionado de forma continua. Primero, integrando los estudios de Magisterio y Enfermería ya existentes. Después, ampliando su oferta para acompañar el progreso cultural y económico de la provincia. Sus raíces, sin embargo, son más antiguas: la vinculación universitaria en Guadalajara se remonta al siglo XV, cuando en 1483 el Cardenal Cisneros impulsó la Universidad de Sigüenza, germen del gran proyecto educativo que más tarde cristalizaría en Alcalá de Henares.

En la capital, la Escuela de Magisterio de 1842 y la Escuela de Ayudantes Técnicos Sanitarios creada en 1968 marcaron el inicio de una tradición educativa que, tras la puesta en marcha de la Universidad de Alcalá en 1977, continúa oficialmente en ella en 1979.

La adscripción del Hospital Universitario de Guadalajara fue un paso decisivo. Se convirtió en el primer hospital de la red universitaria de la UAH. En 1993, el Paraninfo-Auditorio en la Iglesia de Los Remedios abrió sus puertas, gracias al apoyo económico de la Diputación Provincial, y ese mismo año nació la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales. Poco después, en 1996, se creó la Escuela Universitaria de Turismo. Ambas escuelas comenzaron impartiendo diplomaturas que permitieron formar a cientos de profesionales en áreas clave para el desarrollo económico provincial. Con el tiempo, aquellas diplomaturas evolucionaron hasta convertirse en los actuales grados de ADE y de Turismo, a los que se sumó más adelante el doble grado en ADE y Turismo, consolidando a Guadalajara como referente académico en estos campos.

DINAMISMO E INNOVACIÓN EN LA OFERTA DE GUADALAJARA

En 1995 se implanta también la Diplomatura Arquitectura Técnica, que pasa convertirse en Grado y a integrarse posteriormente en la Escuela de Arquitectura. En 2011, se iniciaron los Grados de Lenguas Modernas y Traducción y Comunicación Audiovisual, dependientes de la Facultad de Filosofía y Letras. El doble grado de magisterio en Educación y Primaria, y modalidades bilingües de los grados existentes, demuestran también el dinamismo en la Facultad de Educación Cada nueva incorporación amplió horizontes y respondió a necesidades reales del territorio.

En el curso 2023-2024, comienza su andadura el Grado en Matemáticas y Computación, con aplicaciones directas en inteligencia artificial. Su puesta en marcha abrió camino a la Escuela Politécnica Superior en Guadalajara, preparando el terreno para futuras titulaciones tecnológicas, entre ellas una Ingeniería Industrial con especialización en Logística, especialmente relevante en una provincia situada en uno de los principales nodos logísticos del país.

El fortalecimiento de la relación con el tejido empresarial ha sido otro avance clave. La firma de numerosos convenios con empresas de tecnología punta, como Cummings, con colegios profesionales, o la creación del Aula CEOE-CEPYME, ha permitido acercar aún más la universidad a las empresas de Guadalajara, impulsando la formación práctica, la transferencia de conocimiento y la inserción laboral de los estudiantes, auspiciando nuevas oportunidades que vinculan directamente la formación académica con las necesidades reales del sector productivo.

Este impulso también se ha reflejado en la actividad investigadora. En los últimos años, Castilla-La Mancha ha incrementado de manera notable su apoyo a la investigación universitaria, financiando proyectos competitivos que han permitido consolidar grupos científicos en áreas estratégicas. Programas como las convocatorias Investigo y otras iniciativas han facilitado la contratación de jóvenes investigadores, la creación de empleo cualificado y el desarrollo de proyectos con impacto directo en la provincia. En un entorno académico donde captar fondos de investigación es cada vez más complejo, estos avances representan un logro significativo que refuerza el papel del campus como motor de conocimiento y progreso.

Todo este crecimiento no habría sido posible sin un esfuerzo conjunto en un contexto económico difícil. Desde 2017, la financiación del campus se ha duplicado gracias a los contratos-programa firmados por los rectores Galván y Saz con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, alcanzando en la actualidad casi 15 millones de euros anuales. Además, se han sumado recientemente 4 millones de euros adicionales a los 50 ya comprometidos para finalizar la construcción del nuevo campus. Conseguir este incremento sustancial de recursos en un escenario poco favorable ha sido uno de los grandes éxitos institucionales de los últimos años.

La colaboración entre instituciones ha sido decisiva. El Ayuntamiento de Guadalajara ha contribuido en la adquisición del inmueble del antiguo colegio de Las Cristinas y con la cesión del parque Coquín, mientras que los acuerdos alcanzados con el Ministerio de Defensa han permitido disponer del espacio necesario para el desarrollo del nuevo campus. En un entramado institucional complejo, con cinco administraciones, con gobiernos de distinto signo, se ha logrado el acuerdo en beneficio de los ciudadanos. Hoy, las obras de rehabilitación avanzan con paso firme, el complejo de Cristinas va cambiando su aspecto interior y exterior, se ha construido un edificio de aparcamiento, y ya ha comenzado la construcción de un nuevo aulario, preparando un recinto moderno y sostenible que marcará un antes y un después para la ciudad, y que, en un futuro integrará la restauración de la antigua muralla árabe.

La presencia de la UAH en la provincia siempre ha ido más allá de la capital. Actividades culturales, académicas e investigadoras han llegado a lugares como Brihuega, Molina de Aragón, Sigüenza, Pastrana, Tamajón o Zorita de los Canes, contando con el apoyo constante de la Diputación Provincial y contribuyendo al desarrollo educativo y cultural de un territorio afectado en gran medida por la despoblación. En efecto, Guadalajara presenta una realidad compleja y desequilibrada, donde el crecimiento demográfico más elevado de España, en el Corredor del Henares, convive con extensas comarcas despobladas. Nuestro compromiso con la reversión de esta realidad, cristalizó en la creación del Observatorio de la Despoblación, numerosos proyectos de investigación y los programas de prácticas rurales para nuestros estudiantes, tratando siempre de detectar oportunidades en la dificultad.

Miles de profesionales formados en Guadalajara trabajan hoy en centros educativos, en hospitales, empresas y administraciones. Son la prueba viva de que esta relación ha transformado la provincia y el Corredor del Henares y ha impulsado su progreso.

El Campus de Guadalajara es, hoy, un pilar esencial para la educación superior en Castilla-La Mancha y una parte fundamental de nuestra universidad. Su historia demuestra que Guadalajara y la Universidad de Alcalá han crecido juntas. Y lo más importante: todo apunta a que lo mejor está aún por llegar. Con nuevas titulaciones, un campus renovado, una firme alianza con las empresas y una investigación en crecimiento, el futuro no es solo prometedor, sino verdaderamente emocionante para toda la comunidad.