Este viernes, 13 de junio, la promoción del 2000 volverá a pisar la Universidad de Alcalá 25 años después. Volverán cerca de 300 alumni graduados aquel año con carreras muy consolidadas, pero a la vez con futuros muy prometedores. Y, sobre todo, volverán con muchas emociones a flor de piel.
Porque, en realidad, el Encuentro Alumni es más un reencuentro que un encuentro. Una oportunidad de hacer balance y contar cuántos de aquellos sueños se han hecho realidad, cuántas de aquellas horas de esfuerzo merecieron la pena, qué ha sido de aquellos universitarios risueños y esperanzados que se pusieron en manos de la Universidad de Alcalá (UAH). Y, por supuesto, esta institución se sentirá orgullosa de sus progresos, sus victorias y su ejemplo. Feliz de haber sembrado la semilla que ha dado tan buenos frutos.
Lo que no saben esos cerca de 300 alumnos es que vuelven a una universidad muy distinta de la que abandonaron hace un cuarto de siglo para poner rumbo a sus carreras profesionales. La Universidad que dejaron en los albores del nuevo milenio rondaba ya los primeros 25 años de su etapa moderna y empezaba a desperezarse, a ambicionar para su futuro la gloria de su pasado. A no sentirse menos que nadie sino más bien al contrario: el origen de muchas cosas en el mundo académico español e incluso internacional.
Buena parte de ese nuevo espíritu impregna el Plan Estratégico UAH-2036, aprobado en diciembre de 2021 y en el que se recogen todas las cosas que la Universidad de Alcalá, a sus más de 500 años, quiere ser de mayor. Y lo que quiere ser la UAH se define, en muchos casos, desde la dualidad.
La institución que fundó el Cardenal Cisneros en 1499 quiere seguir siendo tan cercana como siempre, pero cada vez más global. Quiere sentir un respeto profundo por su historia y su tradición, pero al mismo tiempo ser rabiosamente moderna e innovadora. Quiere ser uno de los lugares sagrados del español, cuna del siglo de Oro y escenario de la entrega del Premio Cervantes, pero sin renunciar a esa otra alma anglosajona que le aportan el Instituto Franklin, el Colegio de los Irlandeses, el Departamento de Filología Moderna…
La UAH quiere ser más diversa, más solidaria, más abierta a los problemas del mundo y más conectada con su entorno que nunca. Quiere seguir cumpliendo con los más exigentes estándares de calidad y los niveles más altos de excelencia científica para devolverle a la sociedad con creces la confianza y la inversión que pone en ella.
UN NUEVO IMPULSO A LA COMUNICACIÓN
Por supuesto, ese nuevo espíritu y esas renovadas ambiciones de la Universidad de Alcalá requerían una profunda resintonización de su comunicación institucional, y en eso es en lo que hemos estado trabajando los últimos dos años.
En ese periodo, hemos creado nuevos canales institucionales para la UAH, como la nueva cuenta de TikTok, UAHtsApp, el podcast De Viva Voz o Sigillum Nostrum, la newsletter desde la que ahora te escribo. Hemos producido el nuevo vídeo promocional de la UAH y lo hemos convertido en el centro de nuestra presencia en la Feria Aula. Nos hemos implicado activamente en la organización de eventos estratégicos como COSMOS UAH o La Semana de la Medicina y, sobre todo, hemos introducido nuevos códigos de comunicación complementarios al institucional: más desenfadados, más dinámicos y más creativos para los canales, los momentos y las audiencias que los venían demandando.
Porque gestionar la comunicación de una universidad es mucho más que postear contenidos en la web o en las redes sociales. Es ayudar a construir el relato de lo que una institución es y de cómo quiere que la perciban. Y no podía pasar ni un día más sin que el mundo percibiera las ganas de comerse el mundo que tiene la Universidad de Alcalá.
Seguro que esa hambre les sorprenderá a los 300 alumni de la promoción del 2000 que regresen este viernes a la UAH 25 años después.