Una investigación en la que ha participado la UAH analiza qué habilidades son las más requeridas en función del puesto de trabajo

Luis Fernández Sanz es profesor titular en el Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Alcalá e investigador principal del proyecto Skills Match, un sistema que ayuda a valorar individualmente las soft skills, es decir, características individuales como liderazgo, tesón o trabajo en equipo que tan importantes son tanto para estudiar y aprender en comunidad como para trabajar.

Como explica el profesor, se denominan soft skills a aquellas habilidades no especializadas para un puesto (hard skills) y que suelen ser comunes a muchas ocupaciones, él afirma que, ‘aunque suelen referirse a las habilidades del comportamiento como liderazgo, capacidad de comunicación, de trabajo en equipo o tenacidad, en algunas ocasiones se incluyen otras habilidades transversales como capacidad matemática básica, manejo básico de tecnologías de la información, comunicación en idiomas no maternos, etc. En general, las denominaciones y las descripciones de estas habilidades no están estandarizadas y existen muchas referencias, algunas creadas de forma poco profesional o sin base sólida de información, que suelen ser confusas y poco prácticas’.

Para ayudarnos en la tarea de identificar estas capacidades, nace Skills Match, un gran proyecto europeo financiado por la DG Connect de la Comisión Europea que ha durado dos años y donde ha participado la Universidad de Alcalá junto a socios de Suecia, Italia e Irlanda. Su objetivo ha sido la creación de un sistema, disponible gratuitamente, para que cualquier persona pueda valorar sus soft skills, orientándola sobre las habilidades más demandadas en cada una de las más de 2900 ocupaciones de ESCO, y le recomiende posibles cursos online para mejorar las habilidades que tenga menos desarrolladas y, a la vez, le permita mantener un currículo en línea donde acumular todas sus experiencias de formación, laborales o de otras actividades, incluyendo las soft skills que ha desarrollado. ‘Yo recomendaría entrar en el sistema tanto a los estudiantes, porque les puede servir de ayuda para su futuro laboral, como a los docentes, porque es una herramienta que pueden integrar en el desarrollo de estas habilidades’ aconseja Fernández Sanz.

La demanda de estas habilidades es muy distinta según la ocupación que nos puede interesar. En el caso concreto de la Universidad, como explica Fernández Sanz, ‘no podemos distinguir exactamente por titulaciones, ya que una carrera puede orientarnos a ocupaciones muy variadas en cuanto al perfil de habilidades demandado: por ejemplo, los puestos comerciales demandan un perfil muy distinto de técnicos o de gestores. Lo que sí podemos mencionar, como indicación general, son las habilidades más demandadas sin distinguir por sectores u ocupaciones. Con el proyecto europeo Skills Match hemos revisado grandes cantidades de datos abiertos (open big data) para responder esta pregunta, analizando los 32 millones de ofertas de portales de empleo capturados por la herramienta OVATE de la Comisión Europea o los perfiles recomendados por expertos para las casi 3000 ocupaciones y las 13000 habilidades de la nueva clasificación laboral europea ESCO, que será obligatoria en 2021 en toda Europa, también en España. Así, la capacidad de adaptación al cambio, la comunicación efectiva, la de trabajo en equipo y la de resolución de problemas nos aparecen en los primeros lugares’.

Foto de luis fdez SM

Luis Fernández Sanz durante la presentación del sistema en la Malta IT Professionalism Conference 2019

Y en el ámbito educativo, los docentes también tienen necesidad de estas habilidades para lograr los mejores datos en enseñanza e investigación. ‘Si hacemos caso a lo más mencionado en ofertas de empleo, encontramos la capacidad de adaptación al cambio, el trabajo en equipo, la comunicación, la creatividad y la capacidad de resolución de problemas’ asegura el profesor.

Más que ser puramente aprendidas, estas habilidades se pueden desarrollar no solo a través de cursos y acciones específicas sino también como parte de las asignaturas incluidas en los planes de estudio. Fernández Sanz cita un ejemplo: ‘la capacidad de comunicación se puede entrenar realizando presentaciones públicas y el trabajo en equipo eficaz se puede fomentar mediante actividades conjuntas con otros compañeros de clase. Sin embargo, para que estas acciones realmente permitan desarrollar eficazmente habilidades hace falta que los docentes orienten a los alumnos y que puedan retroalimentarles sobre sus resultados. Por ello, podría ser buena idea que tanto docentes como alumnos pudieran contar con fichas orientativas prácticas sobre las habilidades más demandadas’.

Este análisis de la demanda de soft skills puede guiar a los estudiantes a la hora de saber qué habilidades se demandan más teniendo en cuenta los millones de datos usados como base de las conclusiones. Sabiendo lo que se demanda para la ocupación que le interesa, cada persona puede prepararse con formación específica o con actividades que ayuden a mejorar esas facetas que puedan estar menos desarrolladas. La información también permitiría saber, con el perfil actual de soft skills de una persona, en qué ocupaciones su perfil se ajustaría mejor a la demanda. ‘En el caso de los másteres, conviene conocer, y demandar información, sobre qué habilidades se van a desarrollar más y cómo, para saber si cubrirá lo que habitualmente demanda el mercado en esa área o si debe complementarse con otros cursos o actividades’ puntualiza el profesor.

Publicado en: Reportaje