Una doctora de la UAH defiende el acceso universal a los seguros de salud

María del Val Bolívar Oñoro, miembro del Departamento de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Alcalá, desempeña una labor de investigación, divulgación y concienciación sobre las trabas que se encuentran las personas con condiciones preexistentes de salud.

Contratar un seguro o pedir la hipoteca son trámites ágiles que realiza cualquier persona cuando, en principio, no tiene más impedimento que el de asegurar que puede pagarlo. Sin embargo, hay muchos otros individuos que son discriminados por sus discapacidades o condiciones de salud preexistentes. Tener VIH, diabetes o haber padecido cáncer puede ser motivo para denegar estas prestaciones privadas, un hecho que María del Val Bolívar Oñoro, miembro del Departamento de Ciencias Jurídicas de la UAH, denuncia en sus investigaciones. Doctora por la Universidad de Alcalá, la experta acaba de defender la tesis titulada El derecho de acceso de las personas con VIH a los seguros de salud privados. Un análisis desde la perspectiva del ordenamiento jurídico multinivel, además de ser ganadora en el I Certamen de Artículos Universitarios sobre Abogacía con Brevísimas notas sobre discapacidad y acceso a los seguros de salud privados como cuestión de derechos fundamentales. 

"Los seguros tendrían que ser 100% accesibles para las personas. Eso implica que las condiciones preexistentes de salud no se tengan en cuenta para la contratación de seguros", resume la entrevistada. "Si se conceptualiza la cobertura sanitaria universal como que una persona no se exponga a riesgos financieros inasumibles para cuidar su salud, esto debería de incluir un derecho de acceso no discriminatorio a todos los derechos y servicios de salud". Es decir, no por el hecho de poseer alguna discapacidad se ha de ignorar a estas personas.

El interés de María del Val por la cuestión comenzó al empezar como voluntaria de la Clínica Legal de la Facultad de Derecho de la UAH, donde realizan una labor de alfabetización jurídica a los pacientes y asociaciones que se integran en la institución. "Tenemos un buzón abierto en el que cualquier persona particular y, si lo quisiera, anónima, puede enviar una duda de corte legal, eso se pasa al coordinador y se asignan los casos con la supervisión de un profesor que trabaja con el alumno que responderá a la consulta". En el año 2014, se acercó a la realidad de tantas personas que están invisibilizadas por el sistema. La idea parte de que "el sistema nacional de salud no cubre a todas las personas ni a todas las prestaciones, por lo que si tienes una condición preexistente de salud y no puedes acceder a un seguro ni tampoco el sistema te presta cobertura, no tienes un acceso a la asistencia sanitaria en igualdad de condiciones que los demás". 

La doctora indica que, a pesar de que se comparte una sensación común acerca de que el sistema de salud es "garantista", hay productos, al estilo del medicamento Fortasec que, al salirse de la cartera de financiación debido a la crisis del 2008, su precio se ha incrementado desde los 2 euros iniciales a los casi 9 euros actuales: "Para una persona sin recursos, eso es mucho dinero". Eso es solo una sencilla muestra de lo que ocurre a gran escala con tratamientos específicos o experimentales para quienes desean curarse o mejorar su vida. Por tanto, la investigación académica que ha elaborado es un "fino equilibrio" por respetar la libertad de empresa y, al mismo tiempo, atender al derecho a la igualdad y no discriminación y el derecho a la protección y a la salud. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en torno al 15% de la población mundial tiene algún tipo de discapacidad. Con el propósito de defender la dignidad de este colectivo, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y Protocolo Facultativo dispone en el Artículo 25Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y Protocolo Facultativo dispone en el Artículo 25, sobre salud, que los estados que ratifiquen el acuerdo "prohibirán la discriminación contra las personas con discapacidad en la prestación de seguros de salud y de vida cuando estos estén permitidos en la legislación nacional, y velarán por que esos seguros se presten de manera justa y razonable". 

La investigadora aplica la condición preexistente de salud en aquellas personas que tengan diabetes, VIH, Parkinson, alergias, Síndrome de Down, intolerancias múltiples, y demás. "La cuestión es que la Convención tiene una no definición. En vez de encontrarse en el Artículo 2, está en el Artículo 1, respecto al propósito, y dice que cuando exista una condición de salud a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, provoque que una persona no pueda ejercer sus derechos o participar de la vida normal de la comunidad en igualdad de condiciones que los demás, esa persona queda amparada por esta Convención", explica, "tendemos a pensar que una persona con discapacidad es alguien que es usuario de silla de ruedas, por ejemplo, pero hay múltiples condiciones de salud que generan estas barreras. Es un concepto muy complejo y maltratado debido a que la discapacidad no es algo estático, sobre todo, viviendo en una sociedad que se ha desarrollado al margen de la diversidad". 

La experta de la UAH, durante la estancia en la Clínica Legal, se ha encontrado con casos llamativos, como el de personas con VIH que, aunque estén siguiendo un tratamiento de retrovirales que les permite tener una vida normal y sana, se les niega el acceso a los seguros de vida, muy importantes a la hora de pedir una hipoteca para la compra de una vivienda. "España ratificó la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad y, desde 2008, está obligada a hacer los seguros accesibles", subraya. "Si no los podía hacer accesibles en ese momento, debía proporcionar los ajustes razonables necesarios", comenta la jurista con respecto a la actualización del año 2013 de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social. 

Razones injustificadas para rechazar a una persona

En un mercado que crece, como se contempla en los informes de algunas aseguradoras, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) ha denunciado en varias ocasiones que la discriminación en la contratación de seguros es una "práctica común" en las empresas asegurados. María del Val adelanta algunas soluciones que podrían mejorar esta situación: "Habría que establecer una especie de sistema de compensación de riesgos para que las aseguradoras no cayesen en la inestabilidad financiera. Entonces, el sistema se articulará de tal manera que las personas con riesgos menos agravados subsidien con una persona con un riesgo más agravado. Así habría una igualación de la prima, y cuando esas personas, con un menor riesgo, pasen a grupos de mayor riesgo, como puede ser el envejecimiento, habrá un grupo de jóvenes que vuelva a compensar el subsidio. La idea es esa: que las personas con condiciones preexistentes de salud puedan acceder a los seguros de salud, vida, de personas". 

Otra trampa legal que denuncia la estudiosa es la disposición adicional cuarta y quinta de la Ley del Contrato de Seguro. En estos párrafos se atiende a la no discriminación por razón de discapacidad o de VIH/SIDA u otras condiciones de salud, pero hay una última línea sobre la que llama la atención: "... salvo que se encuentren fundadas en causas justificadas, proporcionadas y razonables, que se hallen documentadas previa y objetivamente". Según su experiencia, hasta ahora no ha encontrado otros motivos que no sean los de salud de estas personas afectadas. "Si quieren luchar, tienen que ir a la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, que está tardando hasta cuatro años en resolver expedientes, y si no, ir a un proceso judicial, donde hay barreras muy altas". En cada uno de los pasos la persona afectada deberá repetir cuál es su padecer, por lo que "ya no es solo un daño a la salud, sino a la integridad moral y a la integridad física y, tal vez, aquí, en Madrid, no sea un problema decir que tienes VIH, pero sí tal vez en otro lugar en el que vivas", denuncia la investigadora. 

Después de cinco años, María del Val puede enorgullecerse de haber presentado su tesis doctoral sobresaliente. "La UAH es una gran institución en la cual me he sentido apoyada y respaldada, considero que soy muy afortunada y que, además, cuenta con un programa propio de investigación muy bueno, al que aplicaré ahora para las becas postdoctorales", resalta. ¿Y qué le aconsejaría a los futuros doctorandos que se atreven a emprender el camino? "Elijan al director de tesis con mucho cuidado y cariño porque es una persona muy importante en tu vida, ya que no solo te orienta en la tesis sino que te enseña cómo funciona el mundo académico. Además, otro consejo fundamental es que el bibliotecario es tu amigo, la labor que se hace desde la biblioteca de la UAH es impresionante. También, que si necesitan ayuda, la pidan, todos la necesitamos en algún momento y, por último, que escribieran la motivación que les lleva a hacer su tesis para que, cuando duden o tengan un momento difícil, vuelvan a la justificación del tema y, como me ocurría a mí, cojan fuerzas para seguir adelante. Yo lo que quería era ayudar a las personas con VIH que había visto en la Clínica, darles una solución completa, ese fue mi fundamento para acabar la tesis". Este es solo el comienzo de un largo y prometedor camino.  

Publicado en: Entrevista