Una investigación de la UAH genera un cambio de paradigma en la reanimación y el modo de abordar la muerte súbita extrahospitalaria en España

Mon Jun 25 08:06:36 CEST 2018

La tesis doctoral del profesor Iván Ortega, experto en bioética y enfermero de emergencias, favorece que la ECMO (técnica de circulación extracorpórea), utilizada en España hasta hace poco solo para preservar órganos en potenciales donantes afectados por muerte súbita extrahospitalaria, se empiece a usar también para reanimarlos y tratar de salvar sus vidas.

Los equipos de emergencias sanitarias se enfrentan cada día a las mismas preguntas: ¿cómo se puede aumentar la supervivencia de la gente que sufre una muerte súbita en su casa, en el trabajo o en la calle?; ¿en qué momento se puede considerar que deben cesar los esfuerzos de reanimación y, yendo un poco más allá, cuándo hay que declarar clínicamente muerta a la persona y trabajar por otro objetivo: intentar mantener sus órganos internos válidos para un potencial trasplante posterior, si ese es su deseo o su familia consiente la donación?
La tesis de Iván Ortega trata de dar respuesta a todas estas preguntas mediante dos revisiones sistemáticas de la literatura mundial para dilucidar la mejor evidencia médica, ética y legal actuales sobre la reanimación de máxima calidad tras la muerte súbita y también en preservación de órganos; porque, como reconoce el propio Ortega, ‘pueden existir conflictos de intereses entre la vida del paciente y la vida del receptor de los órganos de un donante recién declarado cadáver’.
La investigación ha generado un verdadero cambio de paradigma en la reanimación y el modo de abordar la muerte súbita cardíaca y el uso de la técnica ECMO en España (ECMO, técnica de Circulación Extracorpórea a través de una Membrana Oxigenada, que consiste en que una máquina fuera del cuerpo y a través de unos tubos que se conectan al paciente o donante bombea sangre enriquecida con oxígeno a todos los órganos. Si es para reanimar, ante todo al cerebro. Si es en un donante cadáver, a riñones e hígado). Confirma que la técnica ECMO, ‘que otros países brindaban en situaciones excepcionales y como último recurso, a ciertas víctimas de muerte súbita, es exactamente la misma que nosotros estábamos usando en España en individuos a los que ya considerábamos irrecuperables; y la usábamos para mantener sus órganos para el trasplante posterior. La pregunta es ¿Por qué si esa tecnología se usa en otros países para salvar a quien sufre una muerte súbita y, de hecho, lo están consiguiendo con éxito y con resultados muy prometedores, nosotros en las mismas circunstancias la estamos empleando para mantener órganos en pacientes que ya consideramos cadáveres y a los que quizás podríamos haber intentado salvar antes de hacerlo?’, señala Ortega.


Las conclusiones llevadas a cabo en la tesis doctoral de Ortega se han incorporado a las últimas recomendaciones internacionales: aconsejan usar la ECMO en pacientes seleccionados que sufran un paro cardíaco en la calle o en casa, cuando existan los medios y conocimientos para trasladarles al hospital bajo reanimación ininterrumpida y de alta calidad.
A nivel nacional también ha habido cambios: ‘España, que no ofrecía aún la ECMO para la reanimación de paradas cardíacas extrahospitalarias, comienza a implementar programas de este tipo. Hemos servido de acicate para ello. Y en donación cadavérica, que España fue pionera hace 3 décadas usando la ECMO, se están revisando los protocolos para evitar los conflictos de intereses y clarificar quién y cuándo debe ser considerado donante cadáver y, hasta entonces, paciente recuperable’.
Ante una muerte súbita, crucial la colaboración de testigos o familiares
Ortega considera crucial que testigos o familiares sepan llamar al 112 tras identificar que se trata de una parada cardíaca y sepan hacer una reanimación mediante compresiones torácicas y boca a boca. ‘Hoy sabemos que si eso se ha hecho de forma precoz y eficaz y si los sanitarios identificamos que la causa es reversible, debemos trasladar sin dilación al paciente mientras mantenemos la reanimación de forma ininterrumpida y con cuidados avanzados de calidad in itinere para llegar al hospital y, por supuesto, debemos ofrecer la ECMO, porque con ella aseguramos la llegada de sangre oxigenada al cerebro del paciente mientras podemos resolver la causa que hizo que ese corazón se parase de forma súbita’.