Gran Depresión versus Gran Recesión, a análisis en el 89 aniversario del crac de 1929

Tue Nov 06 14:02:29 CET 2018

El lunes, día 29, se cumple el 89 aniversario del ‘Martes Negro’, una de las jornadas fatídicas que dieron lugar al crac de la bolsa de Nueva York y a la Gran Depresión. Hace poco más de un mes se cumplían 10 años de la caída de Lehman Brothers que provocó lo que popularmente se conoce como la Gran Recesión. El profesor de la UAH, Pablo Martín Aceña, experto en Historia de la Economía, reflexiona sobre ambas crisis.

 

Primero, las coincidencias:

-El origen: ambas se producen en el centro del sistema económico, en Estados Unidos. La crisis del 29 tuvo su origen en la bolsa de Nueva York y dio lugar a la Gran Depresión en la década de los años 30. La Gran Recesión de 2007/2008 tuvo su origen en una crisis bancaria, centrada en los grandes bancos de inversión de los EE.UU., debido a inversiones no supervisadas por la Reserva Federal y no calculado el riesgo por parte de sus responsables.
Son comparables también por su escala internacional, porque ha habido pocas áreas que han quedado fuera del alcance. En 1929 el mundo era más pequeño en economía, ya que el 75-80% de la economía se centraba en EE.UU. y Europa. Muchos países de Asia y África en 1929 aún eran colonias europeas. Ahora, las fuerzas están más equilibradas. Solo China supone 1/3 de la economía mundial, pero igualmente se han visto afectadas todas las áreas geográficas. ‘Es cierto que en menor medida, porque ha sido una crisis financiera, una crisis bancaria, y los sistemas financieros de los países asiáticos están menos globalizados’, indica el experto. Además, se caracterizan ambas porque la contracción económica y del empleo en los años posteriores ha sido muy profunda.
Las dos cogieron de improviso: ‘la Gran Depresión, lo mismo que la Gran Recesión, pillaron de sorpresa a los responsables financieros. La Gran Recesión llegó después de un largo período de crecimiento económico (años 90 hasta 2007, que se denominó la Gran Moderación, un crecimiento sostenido y con estabilidad en los precios) y la crisis del 29 y la Gran Depresión vinieron precedidas por un período de expansión, más corto, en los años 20, tras la I Guerra Mundial.

Las diferencias:
Hay una diferencia sustancial, que se llama conocimiento: ‘El conocimiento que se tiene ahora de las economías y los instrumentos de que disponen sus responsables son ahora mucho más amplios. Hay más información y estadísticas y los bancos centrales y los tesoros públicos disponen de un instrumental económico que les permite encarar, con más éxito, si se utilizan bien, las crisis económicas’.
Otra diferencia importante es que en la Gran Recesión no se ha caído en políticas aislacionistas. ‘Se ha tratado sobre todo de que el comercio mundial no se desplomara porque eso hubiera agudizado aún más la crisis. La renta y el empleo cayeron, pero el comercio internacional no se resintió tanto como en los años 30. En general porque en las reuniones del G7 y el G20 hubo un acuerdo casi explícito de evitar la introducción medidas de carácter proteccionista (subida de aranceles, restricciones cambiarias, devoluciones de moneda…). Eso ha funcionado hasta la llegada del presidente Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos’.

Las recetas: tras el crac del 29 no hubo recetas y las que se aplicaron fueron las tradicionales: austeridad, proteccionismo, devaluación de tipos de cambio, dictadas por el patrón oro. Y no funcionaron. Por eso se alargó tanto la crisis. En el caso de la crisis más actual las recetas han sido distintas en EE.UU. y Europa. Martín-Aceña estima que las recetas aplicadas en Estados Unidos han funcionado mejor. ‘Reaccionaron antes y aplicaron medidas fiscales y monetarias efectivas, que pararon antes las consecuencias de la crisis. La Reserva Federal puso en marcha políticas fiscales y monetarias expansivas, anti-cíclicas y muy efectivas, de gran contundencia, que generaron una recuperación más temprana. En el caso de Europa hubo desconcierto al principio sobre cómo actuar y luego las recetas que se aplicaron inicialmente fueron poco efectivas, no actuaron sobre el centro de los problemas, que era solventar la crisis financiera. Las políticas ortodoxas de austeridad que lo que han hecho ha sido retrasar la recuperación’, dice.

A nivel político, la Gran Depresión contribuye al estallido de la II Guerra Mundial, en 1939. Y trae consigo también regímenes autoritarios, totalitarios, en ambos extremos, el fascismo y el comunismo. La democracia y los regímenes liberales se vienen abajo, con la excepción del Reino Unido en Europa. La Gran Recesión también ha provocado la debilitación de las democracias occidentales. ‘El mundo ha cambiado, la situación política y económica es más incierta que antes de la crisis y nadie ha salido bien parado. Lo estamos viendo con la proliferación de movimientos anti-sistema, anti-liberales y anti-democráticos’.

¿Qué lección debimos aprender con la Gran Depresión que tal vez sigamos sin aprender después de la Gran Recesión? Pues una básica y no por ello más fácil de asumir: ‘las economías de mercado a veces se paralizan y hacen crac. Siempre ha habido crisis y vendrán otras. Lo que debemos aprender es a interpretar mejor y supervisar una serie de indicadores (burbujas bursátiles, excesivo crédito, excesiva liberalización de algunos sectores claves, como el sistema financiero). Hay que vigilar estos y otros indicadores muy de cerca y estar atentos para que las crisis futuras sean lo menos intensas posibles’.